Ni Zendaya ni Rosalía: la invitada de más de 80 años con el mejor look de la alfombra roja de la Met Gala 2025

No se trata de la primera vez que una mujer mayor de 80 años acapara todas las miradas en un acontecimiento tan importante como la Met Gala, pero sí es uno de los mejores ejemplos para demostrar cómo la edad no es un límite para no solo brillar en la alfombra roja, sino también para convertirse en una de las invitadas mejor vestidas.

Y es que, sí, Diana Ross ha conseguido a sus 81 años lo que muchas de las invitadas al evento esperan lograr esta noche: alzarse con uno de los mejores looks de la velada. ¿Cómo? Apostando por un impresionante diseño digno de alfombra roja que lo tenía todo para triunfar: plumas, cristales, una cola kilométrica...

La cantante y vocalista principal del grupo The Supremes llegó al evento dispuesta a robar todos los 'flashes' de las cámaras y, evidentemente, lo consiguió. Y lo logró desde el primer momento en el que pisó la alfombra roja.

Diana Ross derrocha elegancia a sus 81 años con plumas y cristales en la alfombra roja de la Met Gala 2025

Como bien sabéis ya a estas alturas, este año el 'dress code' es 'A medida para ti', en honor a la obra Slaves to Fashion: Black Dandyism and the Styling of Black Diasporic Identity, donde se pone en valor el estilo del dandi negro.

El diseño de Ross pertenece a Ugo Mozie, diseñador de moda nigeriano, aunque se creó con su ayuda y la de su hijo Evan. Y la verdad es que la elección no pudo estar más acertada.

La leyenda del soul regresaba a la alfombra roja tras más de dos décadas de ausencia, y lo tenía que hacer por todo lo alto. Así, con una capa kilométrica de casi 6 metros repleta de plumas y cristales y con los nombres bordados de sus cinco hijos —Rhonda, Tracy Ellis, Chudney, Ross Naess y Evan– y sus ocho nietos; y un sombrero de plumas de lo más llamativo, Diana Ross firmó uno de los momentos más emotivos y espectaculares de la Met Gala 2025.

Porque sí, musas de estilo hay muchas, pero figuras capaces de transformar la moda en un acto de amor solo hay una. Un estilismo de matrícula de honor con un mensaje potente sobre la importancia de honrar las raíces, la familia y la propia trayectoria.