En la muñequera de Teresa Perales (Zaragoza, 1975), están grabadas, desde el antebrazo, las seis citas olímpicas que han marcado su vida deportiva: Sídney, Atenas, Pekín, Londres, Río y Tokio. Y aún queda hueco para una: París. Esta nadadora paralímpica, conferenciante, coach personal y deportivo y Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2021 se enfrenta este año a sus séptimos Juegos Paralímpicos, donde va a tratar de superar sus 27 medallas, el máximo de una deportista española en la historia.

Sin embargo, Teresa afronta este y otros retos con serenidad optimista. No en vano, si hay algún rasgo que define su carácter es precisamente la resiliencia, abonada siempre con una sonrisa enorme. "Yo, si tuviera que darle algún consejo a cualquier persona que inicia cualquier proyecto, lo primero que le diría es que no tenga miedo. Primero, de planteárselo, de tener un plan de acción, de tener todo organizado para ese día, porque no puedes dejar todo al albur de lo que pase en ese momento. Yo preparo mucho tiempo cada competición, primero, en mi cabeza, visualizo, me imagino y todo lo tengo ahí. Y luego parto de una cosa muy básica, que es que en realidad doy muchas gracias a la vida por tener un regalito que no le damos importancia, y es que estamos vivos. Es decir, es un regalo que no está garantizado y que la mejor manera de dar las gracias es vivirlo a tope. Se trata de aprovechar todos los días y hacer que merezca la pena, de no dejarte nada en el camino por tener miedo a cuál va a ser el resultado".

teresa perales nadadora paralimpica
Foto: Ximena y Sergio. Realización: Silvia Montoliú.
Teresa con bañador en rojo y nude, pantalón en seda, jersey de lino anudado a la cintura y sandalias, todo de Fendi. Créditos vídeo: Maxivestido de seda y escote ’halter’ de Silvia Tcherassi y sandalias de tiras azules de Ferragamo. En la muñeca, Teresa lleva un Apple Watch Ultra 2. #ShotOniPhone

La tecnología y la vida

El 16 de mayo, Día Mundial para Promover la Concienciación sobre la Accesibilidad Web –conocido en inglés como Global Accessibility Awareness Day (GAAD)– tiene como objetivo hablar, pensar y aprender sobre la accesibilidad de las tecnologías digitales y los diferentes tipos de usuarios, incluyendo las personas con discapacidades. Y el caso de Teresa es un ejemplo de cómo la tecnología facilita no sólo su carrera deportiva, sino la vida: "La tecnología cada vez tiene más impacto y nos ha ayudado muchísimo en el deporte", explica. "Nos ayuda a analizar cómo estamos realizando cada uno de nuestros entrenamientos, a hacer estudios biométricos, biomecánicos, de visionado... Antes era impensable el poder meter un iPhone en el agua para analizar cómo estás nadando, para ver los gestos, para ver cómo tienes que modificar la frecuencia, etcétera". E incide en otros aspectos de mejora y control de la salud, y aporta mucha información tanto a los propios deportistas como a los como a los entrenadores.

"Yo, cada año, entreno en Sierra Nevada, que es uno de los mejores centros de alto rendimiento en altitud del mundo. Y antes tenía que ir con un montón de pulsioxímetros e ir apuntando datos como la frecuencia cardíaca o la saturación de oxígeno. Ahora no tengo más que mirar el reloj o el móvil y veo la estadística del día, los resultados deportivos o los ciclos de sueño, que también te hacen entender cómo está respondiendo tu cuerpo y previene, por ejemplo, el sobreentrenamiento", aclara. Pero, más allá del deporte, ella emplea su Apple Watch, por ejemplo, para advertir de riesgos: "Si me caigo, tiene una alerta que llama a Emergencias. O si hay cualquier otro problema, avisa a mi madre, a mi hermano, a mi marido o a quien yo le diga que llame".

Pero también es útil en la vida cotidiana. "Cuando vas en una silla de ruedas y tienes tu casa domotizada, si tu hijo o tu marido van dejándose todas las luces de tu casa encendidas, tú le puedes decir al aparatito: 'Por favor, apágame todas las luces de la casa e inmediatamente lo hace. Como otras cosas: desde encender o apagar la lavadora, a programar los electrodomésticos, hasta subir y bajar una persiana. Para mí, en este momento, es complicadísimo. Así que yo le digo a Siri: 'Quiero subir la persiana del salón y la sube. Así que creo que es el mayor ejemplo de la tecnología aplicada al beneficio de las personas en el terreno deportivo, en el terreno de la salud o en la vida diaria", concede.

Lo que no se ve

Una deportista de élite sabe bien que el 90% de su trabajo es casi invisible para el público general. Teresa lo explica así: "Cuando la gente nos ve en el pódium, entrar en la piscina o a cualquier al terreno de juego, pocas personas realmente se dan cuenta de todo lo que hay detrás de ese momento. Y más si hablamos en el caso de unos Juegos Olímpicos o Paralímpicos, donde tienes una presión extra, un estrés, una responsabilidad con tu equipo y con tu país. La acreditación olímpica y paralímpica es como la de un cargo diplomático. Te conviertes en embajador de tu país y esa presión hay que saberla manejar. Y no solamente cuando estás compitiendo, porque ese momento ya es tarde. Todo eso hay que prepararlo tiempo atrás, hay que dedicarle horas y para eso cuentas con la ayuda de muchos profesionales, y también de la tecnología".

Y pone otros ejemplo concretos: "En los resultados analíticos puedes medir cosas como el cortisol. El cortisol es una hormona que indica claramente que estás viviendo un estrés y que ese estrés puede ser demasiado o poco. Y controlar esos datos nos ayuda a resolver situaciones o a prevenir problemas que se pueden dar luego en la alta competición".

Yo no entreno todos los días a pie de piscina con mi entrenador, pero él ve mis resultados

Para ella, estar conectada en su día a día a través de aplicaciones médicas con sus médicos o su entrenador resulta muy ventajoso. "Yo no entreno todos los días a pie de piscina con mi entrenador, pero él está viendo siempre mis resultados deportivos. A través de una aplicación, prácticamente en vivo y en directo, a él le está llegando los resultados de cuántos metros he nadado, a qué frecuencia o incluso la distancia de nado. La verdad es que en esto hemos notado muchísimo avance".

Emoción y salud mental

"Yo soy una persona muy sensitiva y muy pasional", asegura Perales. Por eso, más allá de la parte práctica de la tecnología, ella emplea otras tácticas para sacarle partido a la parte emocional de un entrenamiento. "Por ejemplo, para visualizar y prepararme mentalmente, yo utilizo mucho música. Música muy épica. De esa que sabes que te pone los pelos de punta. De hecho, yo empleo dos Apple Watch. Uno para entrenar y que me recoja los datos de entrenamiento y otro que me pongo enganchado a las gafas que va conectado a unos auriculares externos, cocleares, que van a hueso –y que, al no estar en el oído, no les afecta la entrada en el agua, y se escucha perfectamente. Así, puedo estar escuchando un audiolibro si me apetece desconectar cuando nado suave o estar escuchando música que también me ayuda para hacer pautas de ritmos y ciclos de nado".

Fuera del agua, ella desvela las ventajas de las aplicaciones y los nuevos iOS. "Mi hijo, por ejemplo, utiliza Apple Fitness+, se lo pone en la televisión con el Apple Watch y hace sus ejercicios en casa todas las mañanas antes de ir al cole", confiesa Teresa, que aplaude cómo actualmente hay rutinas deportivas para todo tipo de personas: "Para alguien como yo, que ya solamente puedo mover un brazo, necesito algo más acorde a mi poca movilidad, y esto es extensible a personas mayores que por la propia edad no se pueden permitir hacer movimientos grandes. Y todo esto ha avanzado muchísimo".

"No hay que tenerle miedo a la tecnología", insiste la nadadora. "Yo la veo como una forma en la que nos puede hacer todo más sencillo y tenemos que aprender a usarla. ¡Si hasta mi madre ha sido capaz de hacerlo! Creo que es algo muy, muy bonito. Y luego, cuando estamos en la distancia, la comunicación a través de las videollamadas es maravillosa. Yo, con el tiempo que paso fuera por las competiciones, concentraciones, entrenamientos y demás, he hecho los deberes con mi hijo y le contaba cuentos cuando era pequeño hasta que se quedaba dormido", recuerda con una sonrisa.

Sobre el éxito y el fracaso

A la hora de afrontar cada reto que se propone, la teoría particular de Teresa es muy sencilla: "Yo no le hago caso ni al éxito y al fracaso. Al éxito, porque es muy efímero, y al fracaso, porque no es tan rotundo, porque le damos demasiado importancia, como si fuéramos siempre protagonistas de un drama. Entonces me quito de en medio la frustración y vivo súper feliz".

No ganar una medalla no es perder, perder es no intentarlo

Esto le ha permitido convertirse en la máxima medallista olímpica española de todos los tiempos, además de un ejemplo de superación y resiliencia. La nadadora insta a todos a asumir retos con entusiasmo: "Así aprovecho mucho más el día a día y me atrevo a hacer cosas y proyectos que jamás se me habrían ocurrido. A veces porque se me ocurren a mí misma, a veces porque me los proponen y, aunque mi cabeza quiera decir no, de pronto mi boca suelta un sí y nunca me arrepiento, aunque en algún momento lo pase mal de nervios, de estrés. Pero siempre me digo: ¡qué narices tuviste de hacerlo! Eso es muy bonito. Eso en realidad es ganar. No ganar una medalla no es perder, no intentarlo es es perder".

Mis tres valores fundamentales de vida son libertad, amor y pasión

Por eso hace otra mención al símbolo de los Juegos Paralímpicos, que, a diferencia de los aros olímpicos, son como unas alitas –en realidad, agitos, del latín “me muevo”–: "Esos símbolos significan mente, cuerpo y espíritu; o espíritu en movimiento. Para mí también son la libertad. Puede parecer que por estar en esta situación hay muchas cosas que no puedo hacer. Pero aún no he descubierto ninguna que no haya podido hacer. ¿Sabes? Siempre hay una forma distinta de hacer las cosas: solo, con ayuda, con mucha creatividad, con mucha fuerza de voluntad... o dejando la imaginación que vuele. Pero siempre hay una forma distinta de hacer las cosas. Y nos educan mucho con que todo tiene que cuadriculado. Y yo tengo mi parte cartesiana también, porque si no probablemente no habría llegado hasta donde he llegado. Pero mis tres valores fundamentales de vida son libertad, amor y pasión. Y con eso fluyo. Como decía Buzz Lightyear: "Hasta el infinito y más allá".