Lo ha conseguido. La gran Kamala Harris nos ha dado una de las alegrías de 2020, que han sido pocas, convirtiéndose en la vicepresidenta de EEUU. La primera mujer, negra, con ascendencia india se sube al podio de liderazgo de un país donde ha ganado la democracia, donde ha llegado el cambio que desplaza a Donald Trump.
El trabajo de muchas mujeres y el suyo propio ha hecho que hoy podamos decir esto emocionándonos. Pero, cada detalle de estas elecciones tiene significados ocultos. Para empezar, su traje.
No es ningún secreto que el color blanco se ha convertido en un símbolo para las mujeres en el ámbito político, un homenaje al movimiento sufragista que empezó a comienzos del siglo XX. Y era el día para celebrar muchas cosas. Anabel Vázquez, cofundadora de Laconicum (nuestra web nicho de belleza favoritísima), da las claves que vemos más allá de una simple tela con forma bonita. La suscribimos:
"¿Cómo se viste alguien para hacer Historia, así, con una mayúscula bien merecida? Con un símbolo tras otro. El traje pantalón blanco es un homenaje recurrente entre las políticas estadounidenses a las sufragistas. Apuesto a que era el que Hillary tenía elegido para la noche nefasta en la que perdió, también lo viste en muchas ocasiones @aoc. El de Kamala es de Carolina Herrera, una mujer latina, otro símbolo más. Bajo la americana lleva una pussy bow de seda. La seda todo lo suaviza, lo aburguesa y lo calma. Con esta blusa la vicepresidenta electa reclama el uso de las pussy bows, asociadas en los últimos años a Melania Trump; de paso, nos da juego a todos los que disfrutamos con la comunicación política. Cambia Converse por tacón medio y collar de perlas por pendientes de oro (el oro es otro guiño a las sufragistas y al estado de Kansas) y ya tenemos imagen para el recuerdo. Ojalá todas las mujeres del mundo entremos con los brazos así en todas las habitaciones que podamos".