Si alguien que puede perfectamente convertirse en la madre de la novia perfecta sin robar protagonismo, pero marcando tendencia, esa es Belén Rueda. La actriz se ha posssicionado como una de las invitadas más aplaudidas en la esperada hija, Belén Écija con Jaime Sánchez, en Menorca, y lo ha hecho con un estilismo que es pura inspiración para las bodas de verano.
La celebridad se ha decidido por un vestido de tirantes drapeado en color mostaza, uno de los tonos estrella de la temporada por su luminosidad y sofisticación. El diseño, con escote en V, falda cruzada y abertura estratégica, realza su silueta de manera natural y fluida, sin excesos, pero con una elegancia que es propia de ella. Belén confió una vez más en Cristina Valenzuela, la diseñadora también responsable del vestido de novia de su hija, reafirmando una alianza de estilo que funciona.
Belén Rueda espectacular como madre de la novia
La clave de este 'outfit' impecable no está sólo en el diseño, sino también en los accesorio: Belén ha elevado el estilismo con un tocado tipo casquete con detalles color teja intenso muy años 40, que aporta un aire retro al conjunto. El peinado, un recogido con coleta baja y pulida, demostrando que el glamour no tiene edad, pero sí actitud.
En los pies, unas elegantes sandalias de tiras en un sofisticado tono burdeos, que no solo aportan un toque cromático audaz al conjunto, sino que también crean un contraste armonioso con el vibrante color mostaza del vestido. Este tono, además, dialoga a la perfección con el tocado, creando una continuidad visual que demuestra atención al detalle. Como broche final, un clutch dorado añade un sutil destello de glamour, elevando el look con una pincelada de lujo discreto. En conjunto, una elección estilística impecable que equilibra color, textura y accesorios con maestría, y que confirma, una vez más, por qué Rueda es considerada una de las figuras más elegantes y con mayor personalidad del panorama nacional.
