Es la más desconocida de la Familia Real inglesa. O al menos lo era hasta el estreno de 'The Crown' y de su tercera temporada. La única hija de la reina Isabel II, conocida como la working royal por su implicación con los compromisos de la Casa Real, ha sido toda una revelación. Ese carácter firme y esa lengua afilada con la que la vemos enfrentarse sin pudor a sus padres (incluso a su abuela) en la serie, es un fiel reflejo de la realidad.

Ella no es una princesa al uso: en 1970, un secuestrador la asaltó e intentó sin éxito que bajara del coche mientras ella permanecía impasible y sin perder los nervios. No nos extraña que sea 'la que manda' en unas cuantas organizaciones militares, y la primera capitana general de los Marines, ahí es nada.

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Se ha casado dos veces, la primera con capitán Mark Anthony Phillips en 1973, con quién tuvo dos hijos y la segunda con sir Timothy James Laurence, con quien sigue felizmente casada. Aunque las malas lenguas dicen que su primer matrimonio fue un acto de despecho al no poder casarse con quién amaba (Charles Parker Bowles).
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Puedes que su firme carácter sea fruto de sus renuncias, o de crecer a la sombra de su hermano y ser consciente de su papel secundario. Como su personaje afirma en la serie cuando comentan el estricto trato de la reina hacia Carlos: 'preferiría que fuera así conmigo, indicaría que tengo cierta importancia'. Elucubraciones a parte, lo cierto es su personalidad firme y sin pelos en la lengua le ha valido algunos titulares en la prensa. Y su vestuario parece ser una prolongación de esa personalidad: prendas honestas, atemporales, y todoterreno. Cuando hay que llevar un vestido de princesa lo hace como nadie, su porte señorial se lo permite y tener la misma talla desde hace 40 años también. Pero donde de verdad se mueve con soltura es en el estilo country-chic: barbours, vaqueros, jerseys de lana gruesa y pañuelos de seda. Ahí es ella en todo su esplendor.

Su dedicación al caballo le ha ocupado gran parte de su vida y sus estilismos ecuestres son, sin duda, sus más representativos.

princess anne
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anne at horse trials
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princess anne
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Es el miembro de la familia real que asume el mayor número de compromisos reales, lo que seguramente condiciona la elección de su vestuario: prendas que permitan el movimiento, que luzcan correctas lo mismo en el campo que en una presentación y que se mantengan intactas al final del día. A pesar de llevar años con la misma dama de compañía, Rowena Feilden, también de sangre azul, se dice que es ella misma es quien elige su vestuario, se maquilla y se coloca sus tocados y tiaras.

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princess anne pregnant with zara
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Como buena inglesa, adora los colores pastel. Y se atrevió con el butter yellow mucho antes que el resto de los mortales. A Ana le gusta el amarillo.

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princess anne
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royals balcony trooping
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Se atreve a combinar los estampados en total look, pero no solo conjugando dos piezas sino extendiendo dichos prints a sombreros y zapatos. Algo que raya el horror estético pero que los británicos defienden como nadie.

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Pero nuestra versión favorita es la de la Princesa es paseando por el campo, en sus ratos de ocio, con sus looks relajados y ese toque desenfadado.

princess anne
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Ana Blanco Canalejo es redactora de Redes Sociales y contenidos de moda. Tras licenciarse en Sevilla, se especializó en Moda y Lujo en universidades de Madrid, París, y Londres (Saint Martins School of Arts). Con 9 años de experiencia en el sector de la moda y la comunicación, adora el arte, la moda y ‘todas las cosas bonitas’. Su tiempo transcurre entre trenes de Sevilla a Madrid, fotos de Pinterest y los biberones de su hijo.