Parece que las agendas de las 'royals' son incombustibles durante estos días y no van a parar entre tanto ajetreo de viajes, visitas oficiales y actos donde su presencia siempre es la más querida. De hecho, ya no paran ni aunque estén de baja por maternidad como es el caso de Meghan Markle. De hecho, hace unos días, pudimos ver a la duquesa de Sussex aparecer junto a su marido, el príncipe Harry, para conocer a dos equipos de béisbol norteamericano con motivo del London Series de la Liga Mayor de Béisbol.
Lo que parece ya una tradición es ver a Meghan disfrutando de un partido de tenis en Winbledon. De hecho, hoy el encuentro deportivo era uno de altura ya que, coincidiendo con el cuarto día de competición, Serena Williams y Kaja Juvan se batían junto a sus raquetas para ver quién era la mejor. Si el año pasado Meghan Markle disfrutó del tenis junto a Kate Middleton, este año no ha dudado en ir acompañada de dos amigas. De hecho, una de ellas no era otra que Lindsay Jill Roth, una de sus mejores amigas de la universidad.
Por supuesto, nadie ha querido (o podido) quitarle de encima el ojo al estilismo de Meghan Markle. Como siempre, un perfecto 'outfit', muy adecuado. Para esta ocasión, lucía un top negro con amplio escote en pico, vaqueros slim fit y una perfecta blazer en color crudo con finísimas líneas en color marrón. Por supuesto, el atuendo iba acompañado de un sombrero que, en esta ocasión, sí que pudo lucir.
Sin embargo, ¿no os habéis percatado del detalle más bonito de su look? Vaya, si no el más bonito, sí el más tierno. Nos referimos a esa cadenita de oro amarillo de la que cuelga una pequeñita letra 'A' en honor a su hijo Archie. ¿No os parece enternecedor?
Rafa es colaborador de moda y actualidad en la web de ELLE. Aunque siempre soñó con ser un chico Disney, su incontinencia verbal y su afán por contar historias hizo que se formara en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Amante del arte en todas sus vertientes, la moda es una de las corrientes que más le atraen, los entresijos de la industria son su ‘guilty pleasure’ y una cerveza es su verdadero talón de Aquiles.