La evolución de la ropa de embarazada a lo largo de los años

En la Edad Media, los vestidos que las mujeres vestían a diario eran muy amplios, lo que permitía utilizarlos durante el embarazo. No fue hasta comienzos del siglo XIV, cuando la ropa empezó a adaptarse poco a poco a la figura femenina durante el embarazo.

Sin costuras que permitieran estrecharlos o agrandarlos. Tan solo unos cordones que se podían desatar para ganar en comodidad a medida que avanzaba la gestación.

Los delantales también se usaban para disimular el embarazo.

Los abrigos llevaban cordones en la zona de la espalda para ajustarlos mejor al cuerpo.

El primer vestido de embarazada del que se tiene constancia es de época barroca y se lo conoce como "vestido Adrienne". Se trataba de un vestido voluminoso de corte imperio y falda elaborada a base de varias capas de tela plisada que proporcionaba una mayor comodidad en la zona de la barriga.

Según nos aproximábamos al siglo XVIII, el vestido Adrienne siguió evolucionando hasta incorporar una pechera para dar el pecho más fácilmente.

Este vestido tienen una abertura en el pecho para que dar el pecho fuera más fácil, una tarea que, durante gran parte del siglo XVIII, se encargaba a una nodriza.

En la Inglaterra victoriana de mediados del siglo XIX, el embarazo era una especie de tabú, que se intentaba ocultar con prendas especiales como este corsé. Esta prenda estaba confeccionada con unas varillas especiales que disimulaban la barriga. Y lo mejor de todo es que los médicos de la época los aconsejaban...

Añade unos pliegues y nadie se dará cuenta...

"El vestido de la futura madre debe ser al mismo tiempo bonito y cómodo". Un concepto muy novelesco.

Tristemente, el corsé seguía utilizándose con gran asiduidad a comienzos del siglo XX.

La mujer de Benito Mussolini durante uno de sus embarazos.