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La Semana de la Alta Costura de París, cuyos desfiles con las colecciones O/I 25-26 comenzaron este lunes día 7, llega a su fin. Y con ella, concluye también una edición que será recordada no solo por la cantidad y poder de influencia de las celebrities que acudieron a shows como los de Chanel o Schiaparelli; también por la enorme expectación, novedades y ausencias notables que ha ofrecido. La desaparición en el calendario, y sin que sirva de precedente, de Dior –Maria Grazia Chiuri terminó con la maison con su desfile Crucero 2026 en Roma–, Valentino –cuestión de nuevas estrategias de Alessandro Michele– o Fendi , que aún no ha confirmado su nuevo nombre al frente de las colecciones tras la salida de Kim Jones, y el debut de Glenn Martens en Maison Margiela han hecho de estos días de la mejor haute couture un disfrute aún mayor.
Surrealismo, filosofía y glamour en estado puro
El lunes día 7, durante la primera jornada de esta Semana de la Alta Costura, el desfile de Schiaparelli volvió a convertirse en ese maravilloso delirio de fantasía, surrealismo y siluetas arquitectónicas al que nos tiene acostumbrados. Una vez más, Daniel Roseberry lo dio todo con una colección fabulosa, glamourosa e inquietante –y con aires de 'posfuturo' y hasta toreros–, que hace de la mezcla de emociones, y de una compleja y exquisita artesanía medida al milímetro, una constante.
Después, la diseñadora neerlandesa Iris Van Herpen fascinó de nuevo con sus artísticas propuesta de gran trasfondo filosófico e intelectual. La creadora, que es de las preferidas de la reina Máxima de Holanda, regresa a esta pasarela como uno de sus grandes nombres.
Giambattista Valli, por su parte, alardeó de su glamour en estado puro en el que la belleza se mide a lo grande: mangas XL tipo lazo, faldas con volúmenes inmensos o flores gigantes con efecto 3D. Un maestro de la sofisticación y la feminidad que nunca defrauda.
Novedades de moda que pasarán a la historia
Decíamos al principio que esta edición de la semana de la Haute Couture con mayúsculas nos ha dejado importantes novedades que pasarán a la historia de la moda. Y que son producto de los últimos ‘bailes de sillas’ acaecidos en un universo fashion que hacía tiempo que no experimentaba tantos cambios seguidos.
El martes día 8 destacó el desfile de Chanel, el último obra de su equipo de diseño interno y antes de la incorporación de facto de Matthieu Blazy, nuevo director creativo de la maison tras la salida de Virginie Vyard. El desfile se celebró en el esplendoroso y recientemente reformado Grand Palais, que se transformó en una réplica del famoso atelier de la casa en la mítica Rue Cambon de París. Entre los looks que desfilaron destacaron potentes juegos de contrastes de volúmenes y texturas protagonizados por el tweed, y su combinación con plumas y gasas. Una vuelta a los códigos más clásicos de la maison en su versión más exquisita.
El couturier Stéphane Rolland, que contó por supuesto en su espectacular show con su musa Nieves Álvarez, presentó todo un despliegue de impresionantes looks con esas siluetas arquitectónicas que tanto domina. E inspirándose en esta ocasión en la fabulosa inmensidad del universo y sus galaxias. Y también en ciertos aires muy españoles y taurinos, como adelantó el propio diseñador en sus redes antes de su imponente desfile.
La cordobesa Juana Martín, quien acaba de ser anunciada como la ganadora del nuevo Premio Nacional de Diseño 2025, volvió a fascinar con su colección de costura. Y una vez más, exhibió ese fantástico talento que tiene para unir tradición y la modernidad que, en este caso, contaba con algunos detalles deinspiración religiosos.
Por su parte, Giorgio Armani Privé, que celebra su 20 aniversario, presentó su colección Noir séduisant, todo un homenaje al color negro más exquisito y sofisticado. Además, el genio italiano, que a sus 91 ya no sale a saludar tras sus desfiles, imprimió reminiscencias de esos icónicos trajes sastre suyos que elevaron para siempre el power dressing de los años 80 a categoría fashion.
De la despedida de Demna a la nueva Maison Margiela
El martes fue el turno para el último desfile de Demna Gvasalia, ‘fichado’ ya como nuevo director creativo de Gucci, para Balenciaga. Un memento que coincidió lo que para muchos supone el fin de una era que ha durado 10 años, y que generó máxima expectación como no podía ser de otro modo. No obstante, en primera fila, junto a otras celebs como Nicole Kidman o Cardi B, estaba Pierpaolo Piccioli, que relevará a Demna en la maison. Kim Kardashian, otra VIP imprescindible en los desfiles de la casa, apareció esta vez sobre la pasarela. Y entre los looks de este histórico desfile destacaron la pata de gallo, la lana con siluetas estructuradas, los cuellos XXL y, también, ese cuero negro de aire futurista e icónico, of course.
Otro mago del glamour más teatral, Elie Saab, fantaseó con su colección La Nouvelle Cour, un homenaje a la grandeza y opulencia del teatro combinada con el glamour más sutil y sofisticado de la mujer para la que diseña. Así, fastuosos diseños dorados, negros, azul y rosa empolvado convirtieron esta colección en una sucesión infinita de esa fantasía estilística que tanto domina el creador libanés.
El dúo creativo Viktor & Rolf volvió a apostar por esa grandilocuencia y extravagancia visual a las que nos tienen acostumbrados con diseños flotantes y poéticos que parecen representar una obra de arte inigualable. Moda con mayúsculas y en movimiento.
Y cerrando ya los desfiles más destacados de esta Semana de la Alta Costura O/I 25-26, no podemos olvidarnos de la nueva etapa de Maison Margiela con Glenn Martens al frente de su dirección creativa. Una colección debut en la que las modelos ocultaban su rostro y desfilaban con voluminosos y arquitectónicos diseños que proporcionaron a los asistentes toda una experiencia multisensorial. El creador belga lo tiene claro: busca recuperar la unión de la artesanía más extrema con los códigos del futuro. Todo un espectáculo que garantiza aquello de 'the show must go on'.