Con el sol en la cara, los ojos de la supermodelo Toni Garrn (Hamburgo, 1992) viran a turquesa. Ella es todo menos previsible. A primera vista parece una teenager. Y un segundo después, su determinación, su profesionalidad y lo claro que tiene todo habla no sólo de su fuerte personalidad, también de los tres lustros en el mundo de la moda en los que ha visto la evolución de los estándares corporales. Desde que fuera descubierta con 13 años, ha abierto y cerrado los mejores desfiles, posado para fotógrafos-estrella y trabajado en casi todas las campañas de los grandes. «Entonces existía prácticamente una sola talla en la que todas las modelos encajábamos, ahora hay una mayor tolerancia y diversidad en lo que se refiere a los tipos de cuerpos, géneros, orígenes, alturas, tallas, edades y color de la piel. Percibo cierta inclusión, aunque no todavía en todas las Fashion Week, ni en todas las marcas ni en todos los diseñadores», apunta. Empezó a desfilar con 14 años –«Esencialmente, me cabía todo porque era una niña»– y en este tiempo reconoce haber sentido la presión de la talla en muchos momentos. Pero ahora se siente feliz y poderosa. «No puedes hacer nada, no se trata de un examen para el que estudias duro y ya está; hay cuerpos que no es posible cambiar solamente porque lo desees. Existen factores importantísimos, como el ADN o las hormonas, que te condicionan. Tal vez modifiques algo si vas al gimnasio, por supuesto, pero somos quienes somos. Las mujeres saben de lo que hablo».
Hace siete años creó la Fundación que lleva su nombre y que apoya el acceso a la educación de las jóvenes en varios países de África. «Allí, las niñas de las zonas rurales a las que apoyo no sabían que tenían la opción de ir a la escuela, pensaban que no podían. Creían que su destino es casarse a los 14 años con un señor de 80. Así que tratamos de apoyarlas para que, primero, vayan a la escuela, y después tomen sus propias decisiones». África es el continente en el que Toni se siente más tranquila y en paz, con su cultura y su gente. «Todavía no entiendo que yo no lleve sangre africana. Me hice hasta una prueba de ADN, y ni rastro... Fue una decepción», dice. Desde la Fundación, la modelo también se hace eco de la brecha salarial de género en el mundo. «No existe realmente un solo país en todo el planeta donde haya igualdad de derechos. Ni uno. Las mujeres necesitan alzar la voz de una vez y hablar de ello», sentencia.
Para encontrar su centro, reconoce saber de memoria lo que debe hacer, aunque también no practicarlo. «Se trata de escuchar a tu cuerpo. Meditar me parece esencial. Pero si no te apetece, simplemente guarda el teléfono y quédate en silencio 5 minutos», aconseja.
Toni vive en Berlín con su marido, el actor Alex Pettyfer, y la hija de ambos, Luca Malaika (ángel en suajili), a punto de cumplir dos años. Se siente feliz «¡y aún muerta de sueño! Quizá porque mi cuerpo hizo algo tan hermoso, estoy superorgullosa de él. No importa si un día está mejor que otro, él es la única casa que tenemos, no hay otra opción que amarnos todo lo posible. Y los demás te amarán en la medida exacta en que te ames tú misma», concluye.
- Maquillaje y peluquería: Vicky Marcos para Sebastian Professional. Ayudante de realización: Daniela Martín Gaitán. Modelo: Toni Garrn (View). Agradecimientos: Finca la Gaivota by Medems Catering (www.fincalagaivota.com).