La sobreproducción de ropa es uno de los grandes problemas de la industria de la moda. Los excedentes textiles están en el punto de mira y algunos gobiernos, entre ellos el español, están empezando a legislar para tratar de reciclar esos sobrantes de ropa sin usar, que en muchas ocasiones termina siendo incinerada o abandonada en vertederos. Se produce mucha más ropa de la que se vende, y se vende mucho. Se estima que cada español compra, de media, 34 prendas al año, según datos del informe de la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil elaborado en 2017. Pero la ropa termina por estropearse, deja de gustarnos o simplemente pasa de moda y acaba en el fondo del armario hasta que el carácter cíclico de las tendencias vuelva a devolverle su esplendor.

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Raimonda Kulikauskiene//Getty Images
Invitadas a la semana de la moda de Copenhague a comienzos de febrero.

Cuando se trata de prendas con rotos, descosidos, agujeros inesperados... muchas veces son sustituidas por otras nuevas, en lugar de ser reparadas. Cuando no se adquirían tantas prendas, era una rutina habitual remendar aquello que se hubiera estropeado. En la carrera hacia la sostenibilidad, la moda trata de recuperar esta práctica y grandes marcas están empezando a ofrecer servicios de reparación de prendas. ¿Por qué los servicios de reparación de ropa son un negocio al alza? se preguntaba el portal Business of Fashion el pasado agosto, apuntando al incremento de este tipo de servicios entre grandes sellos.

Es el caso de Uniqlo. En la tienda que el gigante textil inauguró en Gran Vía, 37 el pasado octubre, incorporó el servicio Re.UNIQLO Repair Studio, una iniciativa que "tiene como objetivo alargar el ciclo de vida de los productos de la marca a través de los servicios de reparación y sastrería disponibles junto con otras opciones de personalización", explican desde la marca. En este caso, colaboran con Atelier Aletheia, una firma española de ropa elaborada en exclusiva con tintes naturales. La marca proporciona los tejidos necesarios para los parches y reparaciones puestos en práctica en la tienda, según apuntan desde Uniqlo. Desde la apertura de la tienda, la marca asegura haber tenido 322 pedidos de upcycling (reparación) y 93 sashikos (una técnica de bordado japonesa que emplea parches ornamentales para la reparación de prendas), dentro del servicio Repair Studio.

En H&M tampoco han dejado pasar la oportunidad de alargar la vida útil de sus prendas. En 2013 lanzaron su servicio de recogida de ropa con el objetivo de fomentar el reciclaje textil. Después, bajo el concepto de H&M Take Care abogan por concienciar a los clientes de la importancia de cuidar la ropa para lograr que dure el máximo tiempo posible. En este sentido, ofrece consejos relacionados con la reparación de ropa y con el cuidado de las prendas (cómo lavarlas, cómo quitar manchas...), además de trucos para personalizar diseños. En Ganni buscan una mayor circularidad de la moda con Ganni Repeat, un servicio que permite arreglar la ropa de la marca, ya sea para quedártela o venderla como prenda de segunda mano. Espacios multimarca como Harrods o Selfridges colaboran con The Restory, expertos en cuidar piezas de lujo con el mismo mimo como si se tratara de un coche. Pero, ¿más allá de la industria, la reparación de ropa ha recobrado fuerza?

Igual que el creciente mercado vintage y de segunda mano es un buen síntoma del cambio de mentalidad de las generaciones más jóvenes, más preocupadas en principio por el impacto medioambiental de la moda en el planeta, el hecho de reparar un abrigo, unos vaqueros o unos calcetines cuando se han roto mínimamente, también favorece al medio ambiente. El motivo es simple: cuanto más dure tu ropa, menos prendas nuevas tendrás que añadir a tu armario, alimentando la maquinaria de una industria de hambre voraz. Si el servicio de reparación textil empieza a ser recurrente entre los pesos pesados del sector, quiere decir que el gran público tiene más fácil que nunca arreglar su ropa (ya sea para seguir luciéndola o para darle una nueva vida en plataformas de reventa).

En redes sociales, proliferan los perfiles que subrayan la importancia de no deshacerse la ropa solo porque tenga pequeños desperfectos. Algunas plataformas, como la española Infinit denim (@infinitdenim) recogen tejanos viejos y los reparan para venderlos de nuevo o para fabrican nuevas prendas a partir de esos residuos denim. Otras se especializan en remendar piezas vintage (como @splendidstitches, "experta en reparación de ropa").

La diseñadora afincada en Chicago Lily Fulop se ha especializado en este tipo de contenido, que publica en Instagram y TikTok bajo el nombre de @mindful_mending. Trucos para zurcir el puño de un jersey o un agujero provocado por las polillas, consejos para rendirse al patchwork con parches tan originales como prácticos o ideas que no solo prolongan el uso de tu ropa, sino que permiten renovarla y personalizarla sin necesidad de tener grandes conocimientos de costura. En general, la reparación de ropa se adapta a los nuevos tiempos pero no deja de poner en práctica técnicas de toda la vida, presentes todavía en los negocios locales especializados en este tipo de arreglos. Igual que se va al zapatero cuando hay que cambiar unas tapas a unos zapatos o a la joyería para dar un nuevo baño de oro a tus pendientes, también hay alternativas para arreglar tu ropa y alargar su uso. Y parece que esta práctica tan habitual hace unas décadas vuelve a recuperar, poco a poco y lentamente, su esplendor.


Headshot of Elena Muñoz

Elena Muñoz tiene una experiencia de más de una década escribiendo sobre moda. A lo largo de su trayectoria ha cubierto los desfiles de la semana de la moda de Madrid, las alfombras rojas de los premios más importantes del mundo y ha entrevistado a decenas de celebridades y diseñadores. Además, no se pierde ninguna novedad en materia de tendencias. A la hora de escribir sus artículos y reportajes, Elena Muñoz busca siempre una perspectiva más analítica, indagando sobre el simbolismo de las prendas, el significado de las tendencias y curioseando en la historia de la moda, tratando de ir un paso más allá y ofrecer otra visión de la industria, que es mucho más que ropa. Además, le interesa curiosear sobre nuevas firmas independientes, reivindicar las marcas made in Spain y hablar sobre sostenibilidad.

Estudió periodismo y comunicación audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y desde muy pronto se adentró en las redacciones de revistas, donde ha desarollado toda su carrera. Aprendió en las redacciones de Grazia, Glamour y Marie Claire, donde desempeñó funciones de periodista digital pero también se familiarizó con la prensa escrita. Estuvo casi cinco años como editora digital de moda en Hola. En la actualidad colabora con diferentes medios de comunicación, entre ellos Elle. También tiene una newsletter, "El sofá", donde habla de cultura y mujeres que inspiran.