La Princesa de Gales, o más popularmente conocida como Lady Di, fue mucho más que una figura de la realeza británica. Desde su entrada en la escena pública en los años 80, se convirtió en un ícono de estilo que sigue en la actualidad marcando tendencia.

Diana tenía la capacidad de hacer de cada estilismo un equilibrio perfecto entre la formalidad requerida por su posición real y un estilo más relajado y moderno, que conectaba con la gente. Como su ya icónico 'look' de sudadera y mallas ciclistas. La princesa fue una de las primeras de su posición en combinar alta costura con prendas más accesibles, esto la posicionó como un personaje cercano y aspiracional al mismo tiempo. Pero si hay algo que define la estética de los años 80 y, en particular, el estilo de Lady Di, fueron las hombreras.

Las hombreras son sinónimo de la moda ochentera, una época marcada por la exageración y extravagancia de las formas. Esta tendencia representaba, de algún modo, el deseo de ocupar más espacio, tanto en términos de moda como en la sociedad. Las hombreras eran para las mujeres una forma de reclamar poder y autoridad en un mundo que, hasta ese momento, había sido dominado mayoritariamente por hombres.

salamanca, spain april 23 diana, princess of wales, wearing a red skirt suit with a white collar designed by bruce oldfield, walks over musicians cloaks which have been draped in the floor as a mark of respect, on april 23, 1987 in salamanca, spain photo by anwar husseingetty images
Anwar Hussein

El ideal conjunto de dos piezas granate de Zara

En el caso de Lady Di, las hombreras son clave en la evolución de su imagen pública. Desde una joven tímida y sumisa en los inicios sometida al protocolo hasta ganar confianza y desafiar con estilo más cañero, y las hombreras fueron una representación visual de esa transformación.

Su fórmula a la hora de llevar trajes con hombros marcados en eventos públicos, combinados era mezclarlos con detalles femeninos como colores suaves, encajes o lazos. Las hombreras representaban una reivindicación por encontrar su lugar en un mundo con autoridad mientras mantenía su carisma cálido con los detalles 'cute'.

Aunque las hombreras alcanzaron su máximo esplendor en los 80, diseñadores como Balmain o Saint Laurent han revivido esta tendencia, modernizándola y adaptándola. Y nuestras tiendas favoritas también han querido hacer protagonista en sus diseños los hombros marcados. Prueba de ello, es uno de los últimos conjuntos que hemos localizado en Zara y que estamos seguras que Diana amaría en 2024.

Se trata de un dos piezas de punto en color granate, el tono de la temporada, formado por una falda mini y una chaqueta con hombros marcados, cintura entallada y escote de pico. El precio de la primera prenda es de 25,99 euros y, de la segunda, 35,95 euros.

dos piezas falda y top burdeo
Zara

Zara chaqueta burdeo

chaqueta burdeo
Crédito: Zara

Zara Falda burdeo

Falda burdeo
Crédito: Zara
Headshot of Amanda Prado

Amanda Prado es colaboradora de ELLE, experta en moda, tendencias y actualidad. Como buena defensora del periodismo multimedia, también es creadora de contenido para redes sociales (empezó en Fotolog y ha terminado en TikTok). Su especialidad es localizar las nuevas tendencias de la pasarela y del street style. Amante del estilo boho, la ropa vintage y la moda sostenible. Especialista en transformar básicos en lookazos y en localizar joyitas textiles de donde crees que no se puede sacar nada. De las románticas que aún compran en tienda física.  

Descubrir qué llevan las famosas es otra de sus funciones. Además de analizar qué prendas visten las celebrities (y, sobre todo, cómo lo llevan, su estilo) también se encarga de cubrir todo lo que sucede en alfombras rojas y eventos de moda. No deja escapar ningún detalle del día a día que comparten las influencers y creadores de contenido en sus redes sociales o en los eventos a los que acuden.  

Amanda Prado se graduó primero en Derecho y después en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. En tercero de carrera resultó ganadora de la Superbeca Elle y trabajó durante un año en cuatro empresas: para el equipo de comunicación de ZARA (Inditex), el departamento de Relaciones Públicas de Estée Lauder, la agencia de comunicación Equipo Singular y, por último, la redacción de la revista ELLE. Al terminar la beca comenzó a colaborar en la revista Cosmopolitan cubriendo temas de belleza y moda y, tras varios años, regresó a ELLE.