- Dice la RAE que la ansiedad es:
Un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
Me gusta una prenda.
Me gusta esa prenda.
La quiero.
La necesito.
Me la tengo que comprar.
Castañeo los dientes, me muerdo las uñas, pienso que no hay problema para pagarla que en el fondo me sobraba un pico para un capricho. Llego a la conclusión de que me la merezco, me proyecto en una situación idílica con la prenda puesta. Y la compro.
Bajan las pulsaciones y vuelve la calma. Ya poseo esa prenda. Siguiente tema.
Este proceso, que seguro has experimentado más de una vez en compras físicas y online, describe la ansiedad que puede llegar a producirnos la ropa.
La primera herramienta que aprendí para dejar de comprar fue la sostenibilidad. La sostenibilidad emocional, llegaría más adelante, cuando buscaba un enfoque práctico que de verdad ayudase a las mujeres a dejar de comprar, pero también a sentirse bien con sus cuerpos. Sin embargo, dejar de comprar porque tomas conciencia de lo que está pasando en otras partes del mundo con la ropa que has comprado en esos picos de ansiedad y que probablemente desecharás muy rápido y después de haberle dado un uso ínfimo a la prenda, es una estrategia válida también. Sobre todo, para el principio. Luego ya viene lo de querer aprender a comprar y a verte bien.
Algunos datos que puedes utilizar en esos picos de ansiedad:
- A Ghana llegan 15 millones de prendas a la semana. Antes, existía un mercado de segunda mano donde los propios habitantes de Ghana revendían la ropa y esta se reutilizaba. Ahora, la mala calidad de las prendas es tal, que las prendas que llegan van directas a vertederos.
- Esos vertederos están pegados a la playa, y la ropa acaba en el mar. La ropa desechada es tóxica, debido a todos los productos químicos con los que ha sido tratada en su proceso de producción.
- Esos químicos salen al aire en su proceso de desintegración y son perjudiciales para la salud de los habitantes de Ghana.
- Piensa que te parecería que toda la ropa que desechas, acabase en tu jardín, en tu terraza o en una esquina de tu salón. Piensa en verla desintegrarse sin sacarla de allí, sin poder hacer nada, y ver a tus hijos o a tus padres o a tu pareja, toser y enfermar.
¿Cómo va el pico de ansiedad por esa prenda que creías que necesitabas?
Existen cuatro tipos de ansiedad. Hoy me gustaría hacer especial hincapié en la ansiedad social.
Este tipo de ansiedad tiene su origen en la obsesión por parte de una mujer o un hombre por controlar cada detalle de la imagen que proyectan. Pero esa obsesión, no está enfocada en sí mismos y en cómo van a construir una imagen acorde al mensaje que les gustaría transmitir. Es una obsesión que está dirigida al resto de personas que los van a ver. A ese hombre o a esa mujer, les gustaría controlar los pensamientos de los demás sobre ellos y su imagen.
Y eso, es imposible.
Comprar pensando en la opinión que van a tener de ti otras personas, es muy perjudicial para tu salud mental. ¿Cómo paliar estos síntomas? Redirigiendo el foco hacia ti. Adquirir herramientas para ganar seguridad.
Aprender a entender tu cuerpo, pensar en el tipo de prendas que necesitas para sentirte bien en tu vida, en tu día a día, aprender a combinarlas y a utilizarlas y estar contenta con la imagen que proyectas. Si tú estás contenta y satisfecha, tu seguridad aumentará y el hueco mental que ocupa la posible opinión de los demás, disminuirá de forma drástica.
Patricia Eguidazu es experta en comunicación de moda. Para ella, cada mujer debería tener unas prendas muy concretas en función de su cuerpo, mensaje y estilo de vida y por supuesto cree que no todas las prendas son para todas las mujeres. Con el fin de ayudar a las mujeres a conseguirlo, ha desarrollado el Método TriziaZu en el que a base de trabajar quién eres, consigue que entiendas lo que necesitas. ¿Su objetivo? Que compres lo justo y necesario para ti, sin frustración y que te veas bien.
Para Patricia, todo este proceso de autoconocimiento te llevará sin pretenderlo en un primer momento, a ser más sostenible.
Patricia Eguidazu se graduó en ADE en Cunef para después cursar un Máster sobre gestión y comunicación de empresas de moda en el Istituto Marangoni de Londres. Desde entonces ha trabajado en departamentos de comunicación internacional, producción audiovisual, marketing y ventas.
Con una trayectoria de veinte años en la industria de la moda, hace quince años empezó a impartir clases en grados y másters de diseño de moda, tarea que compaginó durante diez años con sus otros trabajos. Ha emprendido varias veces, hace tres años lanzó el Método TriziaZu, y fue entonces gracias al éxito cosechado (6000 mujeres han hecho sus cursos), cuando lo dejó todo para centrarse en este proyecto con el que enseña a las mujeres a vestir y a comprar de forma racional gracias a la gestión de sus emociones.