Playas solitarias en España

No es que sea poco conocida por los turistas, o que sea una playa con difícil acceso, el motivo por el que podrás desconectar en esta fantástica playa es que tiene una extensión de 13 kilómetros. En la Playa de Cofete (Fuerteventura) no será necesario compartir conversación con el de la toalla vecina, porque es imposible que alguien decida sentarse justo al lado habiendo tanta arena libre. Los paseos por la orilla son un momento mágico en el que a uno se le olvida incluso pensar.

Te dejará sin palabras una visita a las Islas Cíes, consideradas el mayor tesoro de la ría de Vigo. Aunque una de las playas más bonitas que se puede encontrar es la de Rodas, si lo que realmente buscas es un remanso de paz te recomendamos la Playa de Nosa Señora. Como el acceso es un poco limitado no entra en el punto de mira de mucha gente.

Probablemente el Parque Natural de Calblanque sea uno de los principales motivos que llevaron a pronunciar por primera vez la famosa frase: ¡Murcia qué hermosa eres!. Son kilómetros de arena bañada por cristalinas aguas con algunas de las mejores playas del país. Una de las más solitarias es la Cala de las Mulas, con una longitud de aproximadamente 180 metros y de la que podríamos decir que es prácticamente virgen.

A esta cala de rocas únicamente se puede acceder por vía marítima o después de caminar entre árboles y piedras durante unos 45 minutos, depende de tu ritmo. Poca gente se decide a aventurarse y gracias a ello se ha conservado a la perfección y sigue guardando la magia natural que se le concedió. Si te decides no dejes de visitar su torre, situada a unos kilómetros en medio de los pinos de la Sierra de Tramontana en la isla mallorquina.

A pesar de ser una de las playas más famosas del litoral almeriense, la afluencia de bañistas es muy moderada debido a la gran caminata que debe recorrer uno para descubrir sus encantos. La escala de contrastes tiene una singularidad inexplicable gracias a diferencia de tonalidades que existe entre la arena blanca, las cristalinas aguas de color verde y el marrón oscuro de las rocas volcánicas.

La Playa del Silencio, en Cudillero, es según los asturianos que la conocen: 'uno de esos lugares donde el tiempo se detiene y que merece la pena ir a ver'. La suerte de esta playa es que no tiene ningún núcleo de población relativamente cerca, por lo que los veraneantes del norte no han llegado a conocerla todavía. Encuentra la calma absoluta y descubre que su nombre no es en balde.

La Cala Futadera se encuentra a unos 6 km al norte de Tossa, siguiendo la carretera que va hacia Sant Feliu de Guíxols por la costa. Es una cala totalmente virgen, situada al pie de un acantilado, a la cual se accede por un largo tramo de escaleras. Hay que visitarla preferentemente por la mañana puesto que por la tarde el acantilado la priva del sol. Su bahía es tranquila y de fondo arenoso.

Foto: Oficina de Turismo de Tossa de Mar.

En la Comunidad Valenciana quedan pocas zonas masificadas por las manadas de turistas, pero nada es imposible y la Cala del Baladrar lo demuestra. Es una preciosa puerta al Mediterráneo, dominada por la luminosidad en la que los pinos asomándose, al azul del mar y la arena te invitan a un día de placer rodeado de naturaleza. Tiene un acantilado de 30 metros lleno de acanaladuras producto del mar del que se ha desprendido una roca conocida como 'La Polida' que ya forma parte de las atracciones de la playa.