Las 10 ciudades europeas más infravaloradas

Pasar unos días en Brujas es como viajar en el tiempo. La ciudad medieval está llena de calles empedradas, canales de aguas brillantes, coches de caballos y edificios del siglo XVII convertidos en tiendas, restaurantes y pubs. El momento ideal para visitarla es durante el invierno, cuando hay menos gente; no hay nada más mágico que pasear por el manto de nieve que cubre la ciudad durante los últimos días de Navidad.

Como en Historia de dos ciudades, Budapest está dividido en dos zonas distintas. Buda es la más agreste de las dos, situada en la cima de una empinada colina, a la que se puede acceder en funicular. Repleta de espacios verdes, los visitantes se acercan para disfrutar de la pintoresca parte vieja y del famoso Castillo de Buda, así como de las vistas que ofrece el Danubio. Una vez cruzado el Puente de las Cadenas llegamos a Pest, el corazón comercial de la ciudad, donde destacan sus espectaculares patios interiores, su Teatro de la Ópera y sus iglesias ricamente decoradas.

Desde la vieja ciudad medieval, con sus calles empedradas, hasta los ejemplos de arquitectura neoclásica de la parte nueva, Edimburgo es una ciudad de interesantes contrastes. Su emblemático castillo se alza sobre la ciudad desde lo más alto de una colina, mientras que desde la Silla de Arturo, un volcán inactivo, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del paisaje escocés. La ciudad se llena de vida en agosto durante el Fringe, el festival de artes escénicas más grande del mundo.

La hermosa ciudad de Helsinki combina todo el encanto de una ciudad costera y la floreciente escena gastronómica. Es el lugar ideal para visitar ahora y presumir después.

La mayoría de los turistas que visitan el Este de Europa se dirigen a Sarajevo. Sin embargo, la pequeña ciudad de Mostar, en la región de Herzegovina, bien merece la pena una visita. Entre sus joyas cuenta con el puente más famoso de los Balcanes, el Stari Most o Puente Viejo, un puente de piedra mágico que une dos torres medievales con calles llenas de tiendas y de puestos de mercado. Rodeada por montañas ideales para practicar senderismo, esta ciudad revive en los meses de verano.

Es difícil no enamorarse de la segunda ciudad más romántica de Portugal, Oporto. Situada en la desembocadura del río Duero, la zona del puerto es un crisol de colores y estilos arquitectónicos con casas de tonos pastel, campanarios medievales, iglesias barrocas y museos de bellas artes. Los aficionados al vino acuden a la ciudad atraídos por su cantidad de bodegas y vinotecas, mientras que los amantes de la música acuden al Primavera Sound que se celebra todos los años en junio.

Situada en la frontera austriaca con Alemania con vistas a los Alpes orientales, es fácil olvidar que Salzburgo es algo más que el escenario de Sonrisas y Lágrimas. Hoy en día, hay un montón de cosas que se pueden apreciar en la ciudad, si no te importa dejar de lado a los von Trapp, desde la incipiente escena artística hasta la pujante cultura de los conciertos de música en los auditorios

Si quieres vivir la auténtica cultura española en su versión más apasionada, dirígete a la capital andaluza, Sevilla. Una de las ciudades que rivaliza por el título de "cuna del flamenco", es también conocida por sus tapas y su plaza de toros, la Maestranza. La mejor época del año para visitarla es en primavera durante la Feria de Abril, cuando las flamencas sacan a la calle sus vistosos trajes.

Con su ciudad vieja declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, su gastronomía y su cultura, mezcla de elementos rusos y escandinavos, la capital de Estonia, Tallinn, es un lugar de visita obligada. Esta encantadora ciudad es la estrella emergente del Báltico.

Con tantas ciudades italianas compitiendo por atraer la atención de los turistas, a veces se nos pasa por alto Verona, el escenario de Romeo y Julieta. Antiguo centro comercial romano, el foro y el anfiteatro aún permanecen casi intactos y albergan conciertos que tienen lugar a lo largo de los meses de verano. Mientras estés aquí, también vale la pena visitar la Casa di Giuletta, un lugar ideal para utilizar Instagram.