Ruta por los castillos con más encanto de Irlanda

Muchos podrían afirmar que es el castillo más ostentoso de Irlanda, y es que la que fuera casa de vacaciones de la familia Guinness, se reconvirtió hace más de 50 años en un resort de lujo. Por él han pasado personalidades de la talla de John Lennon, Brad Pitt o Grace de Mónaco. A lo mejor no puedes permitirte alojarte en él, pero merece la pena tomarte un té en su restaurante y disfrutar de las vistas del lago Corrib.

Puede que esta fortificación medieval te suene de algo. Ha sido residencia de la casa Greyjoy de Juego de Tronos. Pero también es conocido por sus miles de historias de rebeliones y leyendas místicas que embrujan a quien lo visita. ¿Lo mejor? La ruta en coche por la costa hasta llegar a estas impresionantes ruinas. Desde luego un enclave digno de subir a tu perfil de Instagram.

El Leviatán, el telescopio más grande del mundo hasta mediados del siglo XX, su gran comedor de estilo victoriano o los inmensos jardines llenos de flores exóticas que inundan de color la finca son solo algunos ejemplos de la fascinación que provoca el castillo de Birr a cada paso.

Es de los más visitados por irlandeses y turistas. Y no es para menos. Situado en el condado que le da su nombre, no solo llama la atención su majestuoso edificio casi intacto desde el siglo XII, sino que dentro puedes disfrutar de una colección de la Galería Nacional de Arte de Irlanda. Como curiosidad, el castillo fue un regalo que hizo la familia Butler a los habitantes de Kilkenny en 1967 por tan solo 50 libras (un poco más de 60 €).

Esta fortaleza situada en el condado de Cork, alberga un símbolo de lo más curioso. Se trata de la piedra de Blarney, la cual debes besar para ganar el don de la elocuencia, un poder ansiado por muchas personalidades. Aunque, por mucho que cumplas el ritual, su hermoso entorno boscoso te dejará sin palabras.

Esta fortaleza del siglo XIII se construyó para defender a sus habitantes de cualquier invasión. Y lo consiguió, pues solo fue vencido en tres ocasiones en toda su larga historia. Los cinéfilos deben saber que en él se rodaron varias escenas de la película Excalibur de 1981.

Situado en la colina de Cave Hill, el castillo de Belfast enamora por sus privilegiadas vistas. Desde él se puede contemplar toda la ciudad que te cautiva desde el primer momento. Después puedes perderte por su famoso jardín de los gatos y buscar las figuras escondidas de mininos, de ahí su peculiar nombre.

Con una granja ecológica entre sus jardines y un salón de té, el castillo de Glenarm, en el condado de Antrim, es uno de los monumentos más encantadores y coquetos de Irlanda. Su finca está llena de vida, y es que en ella no solo se organizan visitas guiadas, también acoge los Highlands Games (Juegos de las Tierras Altas) o el festival del tulipán, entre otros eventos.

Su principal reclamo turístico es haber sido escenario de la película Braveheart. Pero el castillo de Trim también sorprende por su arquitectura románica del siglo XII, sobre todo la torre principal cruciforme, con 20 caras diferentes.

En el corazón de Limerick encontramos esta fortificación de 800 años de antigüedad, una de las mejor conservadas del país. Está asentado a la orilla del río Shannon, que deja unas panorámicas de ensueño. Dentro, podrás conocer la historia de Limerick a través de sus exposiciones.

Toma nota porque viene un imprescindible de esta ruta. Se trata de la fortaleza medieval más completa y auténtica de Irlanda y está situada en el condado de Clare. Se construyó en 1425 sobre un antiguo asentamiento vikingo y actualmente los terrenos están divididos en dos zonas bien diferenciadas: por un lado el castillo donde se organizan veladas medievales con banquete y baile, y por otro, Folk Park, una extensa recreación de una aldea irlandesa del siglo XIX.

Es el buque insignia del condado de Fermanagh, en Irlanda del Norte. Este castillo a orillas del río Erne ha sido testigo del devenir del pueblo de Enniskillen en sus 600 años de historia. Y eso es, precisamente, lo que muestra a día de hoy entre sus paredes como centro de varios museos de historia, arquitectura y cultura. Sentir y ver con tus propios ojos cómo vivían en la época medieval irlandesa no tiene precio.

Dos motivos hacen de este castillo visita obligada de Irlanda. Primero porque se encuentra a orillas del lago Lane, en pleno corazón del Parque Nacional de Killarney, uno de los principales destinos turísticos de la isla. Y segundo, por su famosa leyenda. La misma que asegura que el fantasma de su fundador, O'Donoghue Mór, sale del fondo del lago, en el que se precipitó desde lo alto del castillo, a lomos de su caballo blanco para vigilar la fortaleza.

Situado en Malahide, un pueblo a las afueras de Dublín, este monumento medieval es uno de los más antiguos de Irlanda. Perteneció a la familia Talbot desde principios del siglo XII hasta 1975 y en él se respira historia por los cuatro costados. En su visita, se puede contemplar la oak room, una sala decorada con muebles de madera datados en el siglo XVIII.

Terminamos nuestra ruta en la capital. Fortaleza militar, Cortes de Justicia, residencia real, sede del Tribunal de Justicia irlandés, sede del Gobierno Británico en Irlanda... Muchos han sido los papeles cruciales que ha desempeñado el castillo de Dublín en la historia de la Isla Esmeralda, y todos ellos se ven reflejados en su interior. Por eso su visita es imprescindible si quieres conocer mejor este encantador país.