- Este pueblo de Portugal, poco masificado y con playas de ensueño, es mucho más bonito y más desconocido que Santorini.
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A apenas 15 minutos de la frontera con España si vienes desde Badajoz, se encuentra Elvas, una población que tiene el honor de contar con la mayor fortificación abaluartada del mundo, lo que le hizo merecedora del estatus de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es un conjunto brutal e impresionante, que da fe de cómo eran las ciudades frontera hace siglos; la historia de Elvas es la de una localidad que simbolizó la lucha de Portugal por su independencia.
¿Y qué tiene que tener una ciudad frontera 'de manual'? Pues todo lo que hoy Elvas ofrece a sus visitantes: murallas -por supuesto de distintas etapas históricas-, fortificaciones -en forma de estrella, como la de Pamplona, las más eficaces- y... ¿un acueducto? Pues sí; los romanos sabían que las provisiones y los suministros eran fundamentales para resistir un asedio, aunque el acueducto que nos encontramos en la ciudad portuguesa de Elvas poco tiene que ver con los de Mérida o Segovia.
Llegando por la carretera de Estremoz, al visitante le sorprenderá el impresionante acueducto de Amoreira, de casi 8 kilómetros de longitud y 843 arcos, obra de Francisco de Arruda, el mismo arquitecto de la Torre de Belém, de Lisboa. La construcción se inició en la época dorada de la exploración portuguesa, en 1498, y terminó en 1622, aunque fue reformado en el siglo XIX. Destaca la parte principal, rasgada por cuatro pisos de arcadas que se apoyan en contrafuertes.
El acueducto es solo un aperitivo del gran tesoro patrimonial de Elvas, sus fortalezas abaluartadas en forma de estrella, con un perímetro de 10 km; un ejemplo brutal de la estrategia militar hasta el XIX. Fueron claves en la lucha de Portugal por su independencia contra España a mediados del XVII, y sirvieron como base al General Wellington, durante las Guerras Napoleónicas, al principio del XIX.
La mejor manera de entender estas fortalezas es contemplando alguna foto panorámica. El conjunto reconocido por la Unesco lo conforman: las murallas islámicas, medievales y del siglo XVII; el Fuerte de Santa Luzia (siglo XVII), el Fuerte de Graça (siglo XVIII) y otros 3 fortines del siglo XIX: São Mamede, São Pedro y São Domingos.
Una vez recorrido con detenimiento las fortalezas y el acueducto, llega el momento de conocer otros lugares de interés de Elvas; la parte del castillo es la más antigua de la ciudad. Podemos pasear desde ahí hasta la Praça de la República, donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (antigua catedral) y pasaremos por el templo de las Dominicas, con una curiosa planta octogonal.
A los amantes de la cultura nos esperan otros lugares interesantes, como las iglesias de Santo Domingo o la de la Orden Tercera de San Francisco, el Museo Militar y, si nos queremos alejar de las conservadoras instituciones de la iglesia y el ejército, hay otras opciones. Por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo o el de Fotografía João Carpinteiro, donde viajamos hasta los orígenes de este arte y en el que destaca una cámara de fotos de 1898 o las pruebas de 1860.
Elvas, marcada por un pasado de batallas y actos de valentía, es hoy una ciudad apacible que recibe a los visitantes con calidez y hospitalidad. En sus calles tranquilas, la tradición se saborea en cada plato de su exquisita gastronomía regional. Destacan las migas con entrecosto, un sabroso plato de pan cocido con ajo y carne, el ensopado de borrego, un guiso de cordero lleno de sabor, y la carne de cerdo a la alentejana, que combina cerdo con almejas en una mezcla irresistible.
La experiencia culinaria se completa con una rica variedad de dulces típicos que reflejan la herencia cultural de la región. Entre ellos, brillan las famosas ciruelas de Elvas, perfectas para acompañar la sericaia, un esponjoso bizcocho aromatizado con canela. También se pueden degustar azevias, unas empanadillas dulces rellenas de garbanzo o batata; nogados, masa frita cubierta de miel; enxovalhadas, un tipo de bizcocho tradicional, y las filhós, similares a las orejas de carnaval.
Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer.
Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes.
Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter.
Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.