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Según se van poniendo de moda, se acaban convirtiendo en una tortura para el viajero. Primero fue la floración de los cerezos en el Valle del Jerte (Cáceres), un espléndido espectáculo visual efímero que acontece en abril y que se llena de turistas; al cabo de los años llegaron los campos de lavanda de Brihuega, que se muestran en todo su esplendor a mediados de julio y, entre los instagramers haciendo fotos surrealistas y los conciertos nocturnos, son imposibles de disfrutar en una cierta soledad.
Ahora queremos descubrirte una nueva zona de España con bellísimos campos en floración en primavera. Le llaman 'El mar rojo de la Mancha' y es que, por estas fechas, las amapolas emergen, como un ejército multitudinario, en los campos de Socuéllamos (Ciudad Real), un tranquilo pueblo situado a solo dos horas en coche de Madrid.
Alrededor del municipio , a 150 km de la capital y 250 km de Valencia, florecen en primavera miles y miles de amapolas en una localidad de 12.000 habitantes que es conocida por su tradición vitivinícola. Además de las flores, puedes perderte en algunas rutas turísticas que te descubrirán iglesias, museos, torres e incluso un puente romano.
Tres rutas para descubrir Socuéllamos y sus campos de amapolas
Ruta 'Casa La Torre'
Socuéllamos, conocida como la Patria del Vino, es la puerta de entrada a La Mancha, el mayor viñedo del mundo, con 27.000 hectáreas dedicadas a la vid. Su tradición vitivinícola se remonta al siglo I a.C., como evidencian hallazgos en los yacimientos ibero-romanos de ‘El Bernardo’ y ‘Torre de Vejezate’. En este entorno nace la ruta ‘Casa La Torre’, un recorrido de 21 kilómetros por la historia del vino local, que discurre junto al río Záncara.
Destacan el antiguo Molino Caiceo y el Paraje de Titos, escenario de la popular Romería de San Isidro Labrador cada 15 de mayo. En este encuentro festivo, vecinos y visitantes celebran con música, platos tradicionales como migas, gachas, gazpacho o caldereta de cordero, y vinos de las bodegas locales. Así, Socuéllamos honra sus raíces agrícolas y a quienes trabajaron la tierra, en una fusión de historia, paisaje y cultura vitivinícola.
Ruta de La Tinaja y Malagana
La ruta hacia la ‘Casa de la Tinaja’, al este de Socuéllamos, recorre 16 kilómetros acompañando al río Córcoles y mostrando un paisaje cambiante: desde huertos iniciales hasta viñedos, almendros, olivos y campos de cereal que brillan entre mayo y junio. En el ecuador del camino, el aroma de plantas aromáticas y pinos piñoneros invade el Monte de la Raya, antes del regreso a la llamada Patria del Vino.
De vuelta en Socuéllamos, el viajero puede visitar alguna de sus 16 bodegas, que ofrecen catas, visitas guiadas y experiencias enoturísticas con vinos de renombre internacional: desde bodegas centenarias hasta ecológicas o de vino de garaje. Si la visita coincide con las Cruces de Mayo, la experiencia se enriquece con arte, tradición y devoción. Las calles se llenan de cruces decoradas con flores y hierbas, y los visitantes son invitados a dulces, zurra y vino mientras se cantan los mayos, reviviendo una tradición ancestral.
Ruta Monte de Lodares y Ermita de San Antonio
Esta ruta, de casi 15 kilómetros, parte de la Plaza de Toros de Socuéllamos y atraviesa la Estación de Tren y el Camino de Los Santos hasta el puente sobre el río Córcoles y la Bodega EHD, ideal para vivir una experiencia enoturística. El recorrido continúa por el paraje de Macatela hasta la Ermita de San Antonio, desde donde se inicia el regreso.
A lo largo del camino, los viñedos salpicados de amapolas rojas y los antiguos ‘chozos manchegos’ —construcciones de piedra seca del siglo XV— revelan el patrimonio rural de la zona. Estas estructuras, usadas antaño por pastores y viticultores, son testimonio de una técnica constructiva de origen neolítico. Como broche final, se recomienda visitar el Museo Torre del Vino, con actividades durante todo el año y un mirador de 40 metros desde el que contemplar la vasta llanura vitivinícola del ‘Mar Rojo de La Mancha’.
Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer.
Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes.
Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter.
Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.