“No recibimos una vida corta, somos nosotros quienes la acortamos. La vida es larga si sabemos aprovecharla”. Estas palabras no corresponden a un coach experto en gestión del tiempo ni al 'techbro' de turno de Silicon Valley que presume de saber cómo organizar su agenda para que las 24 horas del día parezcan multiplicarse, sino de Séneca. Vaya 'plot twist', ¿eh?

La escasez de tiempo es uno de los grandes problemas de la sociedad actual

¿Quién no ha dicho alguna vez o ha escuchado a una jefa, un compañero de trabajo o una amiga decir que “no le da la vida”? No cabe duda de que la escasez de tiempo es uno de los grandes problemas de la sociedad actual. Tanto es así que ocho de cada 10 personas afirman sentir que no llegan a todo y que hacen malabares constantemente, lo que afecta a nuestra salud, nos deja con la sensación de que llevamos vidas sin sentido y nos hace plantearnos qué estamos gestionando mal para que nuestros días parezcan insuficientes para cumplir tanto con responsabilidades u obligaciones como para disfrutar con hobbies y momentos de ocio y placer.

Pero que nadie lance la agenda por la ventana, rompa su reloj o pierda los nervios, porque Mapi Hermida, La Gastrónoma, directiva, creadora de contenido y experta en la gestión del tiempo, enseña en ‘Sí te da la vida’ a sus lectores a pasar de tener un sentimiento de escasez de tiempo a abundancia. Asegura que en realidad, nunca en la historia hemos tenido tanto tiempo disponible; pero hemos de distinguir qué nos hace desperdiciarlo y qué lo ensancha. Para quitarnos de encima el síndrome de “no me da la vida”, hablamos con ella para tener una relación sana con nuestro reloj.

"El tiempo es el nuevo oro líquido"

¿Acaso no es tener tiempo es el nuevo lujo?

Todos nosotros, en algún momento de la vida o durante una época, hemos optado en la ecuación tiempo/dinero por elegir el dinero. Sin embargo, está demostrado y hay muchos estudios que demuestran que las personas más felices eligen tiempo en lugar de dinero. El tiempo es el nuevo oro líquido. En esta sociedad, el tiempo es el mayor de los lujos, porque vivimos en una sociedad en la que se ha instaurado el concepto de "la escasez de tiempo".

La sensación de no tener suficientes minutos ni horas para hacer lo que nos proponemos nos persigue. Vivimos en un mundo en el que prima esa sensación de no llegar a todo y al final, el nuevo lujo no es otra cosa que esa abundancia de tiempo que tenemos en muchos casos en vacaciones o cuando estamos rodeados de nuestros seres queridos, cuando perdemos la noción del tiempo.

Dices haber leído “muchos libros de señoros” sobre la gestión del tiempo. ¿Crees que mujeres y hombres nos enfrentamos de forma diferente al tiempo, ante esa carga extra doméstica que lamentablemente, seguimos en muchos casos acarreando?

Sin duda. A comienzos del siglo XX nacieron esos libros de “Los siete habitos de la gente altamente efectiva”, “Concéntrate”, “Getting things done”... Hubo una primera etapa de gestión del tiempo que se centraba en el tiempo productivo, en cómo optimizar los recursos, especialmente a la hora de enfocarse en los trabajadores o en cómo ser más eficaz como trabajador. Estamos ahora en la segunda fase. En mi libro hablo sobre todo de cómo sacar más minutos y horas a tu día, pero hablo de ese tiempo que de verdad es significativo para nosotros y que por ende, no es el de producción, sino el otro, el que dedicamos especialmente a tener relaciones sociales, a nuestras aficiones…

tiempo de valor
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Imagen de ’The bold type’

Por eso digo que a día de hoy y con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, con la famosa conciliación y con las nuevas formas de enfocar nuestro bienestar, vemos que el tiempo que hay que gestionar bien es el que pasamos trabajando pero sobre todo, el otro tiempo. Hablo de que cuando estos señoros enseñan a los demás a gestionar sus agendas, primero recomiendan poner en ellas las reuniones importantes, cuando lo oportuno es poner primero los hobbies. Es un cambio de perspectiva: no es tanto el tiempo productivo que esos señoros de Silicon Valley tienen en mente cuando hablan de “cómo hacer más en menos tiempo para que la empresa rinda más”, sino "cómo tener un mayor bienestar emocional al gestionar el tiempo de valor".

La falta de tiempo es un factor de desigualdad social, ¿no?

Hay estudios que claramente confirman que a menor índice y calidad de vida, mayor es la escasez de tiempo. Sorprende porque es directamente proporcional al nivel de vida, sobre todo lo vinculado a la retribución y a la gestión del tiempo. Hay una curva, porque las personas que están enfocadas en su productividad tienen escasez de tiempo al tener un nivel elevado de responsabilidad, que revierte en un círculo vicioso en el que pasan a tener una mayor escasez de tiempo.

"El tiempo es un factor de desigualdad social"

Asumen responsabilidad en su trabajo y en lugar de aprovecharlo para tener más tiempo, les repercute en lo contrario, en tener que dedicar más tiempo a esas nuevas responsabilidades. En ese trading entre el tiempo y el dinero impulsa a encontrar ese punto de equilibrio entre ese momento en el que ya tienes las necesidades básicas cubiertas y un nivel de vida medio. Es ahí donde hay que encontrar ese punto de equilibrio. El tiempo es un factor de desigualdad social.

¿Acaso no es perverso que trabajar suponga vender nuestro tiempo?

Llegó con la Revolución Industrial. Hasta entonces no había unos horarios y no pasamos a mercantilizar nuestro tiempo. Ocurrió con la llegada del reloj, que fue una máquina más perversa que el teléfono móvil, porque supuso un factor de cambio social en el que pasamos a vender nuestro bien más preciado, el tiempo, para ejecutar un trabajo. Hay que reflexionar mucho no sólo a la hora de que nos compren nuestro trabajo, sino de comprarlo nosotros. A veces preferimos comprar un Louis Vuitton que ronda los 3.000 euros y sin embargo, ese dinero lo podríamos haber empleado en contratar a alguien que pasee a nuestra mascota a mediodía o nos planche la ropa.

gestionar tiempo
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Cómo gestionar bien el tiempo

Compramos tiempo a través del trabajo de otros. Cuando hablo de una buena gestión del tiempo hablo de cuánto vale nuestro tiempo y de valorarlo como valoramos otros bienes de consumo; se trata de valorarlo desde el punto de vista de la felicidad, teniendo en mente cuánto me vale un momento de felicidad y cuánto me resta uno de infelicidad. Las tres tareas que están estudiadas por la Universidad de UCLA son el trabajo, el transporte y las tareas domésticas. Quizás el trabajo no podemos subcontratarlo, pero sí podemos elegir tener más responsabilidades o menos. Las tareas como el commuting, que es ese tiempo que dedicamos a ir por ejemplo de casa al trabajo, las podemos tener en mente al buscar por ejemplo empresas que permitan el teletrabajo, y ocurre igual con las tareas domésticas: igual merece la pena invertir en alguien que limpie la casa.

A veces sacrificamos la frustración de socialización en aras de producir

La fracturación de la socialización hace que por ejemplo sea imposible quedar con dos amigas para tomar una Coca Cola. No puede ser tan difícil: estamos gestionado mal nuestras prioridades. La socialización del consumo hace que vivamos en una sociedad en la que estamos intoxicadas. La gestión tan brutal de tantos impactos nos hace tener sensación de escasez con nuestro tiempo.

"Eres tú quien ha de ser el jinete de su tiempo."

En EEUU se ha hablado de este tema mucho porque es algo muy crítico que se aborda desde el punto de vista de la salud física y psicológica. En mi caso, me provocó falta de memoria, pero hay a quien le afecta el estómago, quien tiene hipertensión, quien cae en alguna adicción… En este mundo en el que estamos sometidos a una intoxicación de consumo y a esa frustración de no poder al final sacar un hueco para quedar con nuestros amigos y familiares, ello revierte en esa sensación de escasez. Lo que intento con el libro es hacer ese clic del “no me da la vida” al “sí me da la vida”: tengo tiempo para lo que creo que es importante. Eres tú quien ha de ser el jinete de su tiempo.

"Para tener sensación de abundancia del tiempo hay que asumir su finitud"

Al hablar de la frustración del consumo pienso en que parece además que hay que estar al día de todo: leer el libro del que todos hablan, ver esa serie que todos comentan en la oficina…

El punto de partida para tener sensación de abundancia del tiempo es asumir su finitud y que nuestra vida es de 85 años de media. Al final, en ese tiempo que se nos ha dado de vida, que son 4.000 semanas, se pueden hacer muchas cosas si nos lo proponemos. Si no tomas las riendas de tu vida, vas cual zombie y te roban el tiempo otros, podrás echarle la culpa a los demás, pero en realidad, el tiempo es sólo tuyo. Somos los responsables de ese tiempo y lo hagamos depende de cada uno, de invertir en cosas significativas o no. ¿Cómo es posible que nos acordemos nítidamente de lo que hicimos en vacaciones hace tres meses y si nos preguntan qué hicimos la semana pasada, no lo recordemos, porque no hemos hecho nada memorable? Porque ese tiempo no fue significativo y desde la perspectiva de la abundancia de tiempo, hay que ser la responsable de este.

¿Hay forma de que el tiempo dependa de nosotros? Porque me da la impresión de que aquí entran en juego el privilegio y la clase…

Soy crítica con eso. Una de las personas en las que más me he fijado es Laura Vanderkam, una escritora con cuatro hijos especialista en la gestión del tiempo. Alucinas con lo mucho que le cunde el día. Al final, ¿el tiempo es privilegio? En parte sí, porque hay tiempo de trabajo y por un lado, hay que buscar el propósito en ese tiempo de trabajo para que sea de valor; hay que encontrar una vinculación con tu trabajo.

"No es tanto lo que haces, sino cómo lo haces"

Soy crítica y pienso que hay trabajos más duros que otros, por lo que aunque creo que cada trabajo tiene sus aristas, pienso en todos vamos a encontrar esa vinculación emocional, salves vidas o pongas ruedas. Lo que explico es que no es tanto lo que haces, sino cómo lo haces. Disfrutar en tu trabajo depende de que des lo mejor de ti y compitas contra ti misma. Desde el punto de vista del privilegio social, es cierto que hay trabajos más automáticos, pero hay que intentar encontrar ese propósito. Al final está demostrado que las personas con una estabilidad emocional suelen ser quienes tienen entre dos y cinco horas de tiempo para ellas al día. Es necesario tener dos horas como mínimo de recovery.

"Cada vez está menos de moda sentirse ocupado: se entiende más bien de perdedor"

En el libro dices que estar muy ocupado no quiere decir estar siendo productivo.

Creemos que parece que el éxito va ligado a mandar más emails, trabajar más horas y que eso equivale a éxito social y a jactarse de salir tarde de la oficina para parecer ocupado. Es un mito que hay que romper. Cada vez está menos de moda sentirse ocupado: se entiende más bien de perdedor. Las personas ocupadas tienen tiempo libre. Mis grandes jefes siempre han dado ejemplo, no han parecido ocupados y han trasladado tranquilidad al equipo. Ese mito hay que romperlo y de alguna forma entender que no somos lo que hacemos, que el trabajo no es igual a nosotros. Hay un tema de éxito social que es nuestra posición en el trabajo. Tenemos que repensar nuestra relación con el trabajo para tener una más saludable.

"Quien tiene más de 5 horas libres y no las emplea en algo significativo, no tiene un propósito"

¿Qué significa para ti la expresión “perder el tiempo”?

Para mí es que tu tiempo no sea de valor, que de alguna forma ese tiempo de vida no lo estás rellenando con momentos significativos. Yo soy muy disciplinada. Hay veces que tengo que tener tiempo de descanso y de no hacer nada, pero porque voluntariamente decido no hacerlo. El problema está cuando vas como un zombie, cuando se apropian de tu tiempo y cuando realmente tu tiempo no se asocia a un tiempo de propósito. Dicen que quien tiene más de cinco horas libres y no las emplea en hacer algo significativo, no tiene un propósito de vida.

Dices que siempre hay tiempo para lo que realmente importa, pero nos pasamos un porcentaje horrible de tiempo haciendo cosas que aborrecemos.

Es un cambio de perspectiva. Hay tareas que no nos hacen tan felices pero las tenemos que hacer. Si en lugar de pensar que tienes que ir en coche al trabajo y estar media hora en un atasco, aprovecha esos 30 minutos para escuchar un podcast, hacer una lección de inglés, llamar a la familia… Es hackear tu tiempo. Ese tiempo en el que te ves obligado a hacer tareas poco significativas, lo puedes hackear o puedes ir cambiando mentalmente tu sensación para pasar de la resignación a la aceptación. Hay que reenfocar ese tiempo porque si no, sigues trabajando en esa sensación de escasez y de tiempo infeliz.

¿Cómo gestionas el tiempo siendo directora de comunicación de día, periodista de noche y también escritora?

Siempre he sido consciente de que mi tiempo es un bien preciado y he investigado mucho sobre la gestión del tiempo. Yo vivo muchas vidas a la vez y las vivo intensamente. Puedes ser buena en tu trabajo y tener un hobby muy intenso. Parece que sólo podemos hacer una cosa. Antes estaba mal visto que hicieras otras cosas en las compañías, pero a mí me gusta contratar a gente que hace varias cosas. Quiero personas que de alguna forma tengan más matices, que me parezcan más profundas y enriquecedoras para mi organización. ¿Cómo lo hago? Siendo muy talibana con mis prioridades y con mi agenda.

Para escribir el libro, por ejemplo, me propuse hacerlo en seis meses: desde el 1 enero hasta el 30 de junio. Lo escribí por las noches, aunque no es cuando soy más productiva. Me fui quitando otras prioridades como viajes, eventos, quedadas con amigos… Se trata de reorganizar tu agenda. Hablo de gestionar tu tiempo de forma proactiva, de agendarte y de trabajar los calendarios semanales. Parece de friki o de directiva pero en el fondo, hay que tener una agenda donde organices tu tiempo y coloques primero los momentos de valor. La gente no hace ese ejercicio de coger la agenda en blanco y colocar sus prioridades lo primero de todo.

"No creo en esa dicotomía ocio-trabajo: para mí, son la misma realidad"

En vacaciones revisas cada día el correo. Al final, incluso el tiempo de ocio ha de convivir con el trabajo, ¿verdad?

A mí lo de llegar con 500 emails en septiembre me parece loco. Tener un momento de conexión diario con mis cosas profesionales cuando estoy de vacaciones me da tranquilidad y bienestar, porque en el 99 % de situaciones están controladas y de ese 1 % que no lo está, me habría gustado enterarme. En puestos de responsabilidad me parece óptimo mirar el correo y ver que todo fluye. Si alguien del equipo tiene una duda, le respondo. No entiendo a esa gente que no se lleva el móvil de la oficina de vacaciones porque creo que en realidad, no podemos separar ambos mundos, porque están interrelacionados. No creo en esa dicotomía ocio-trabajo: para mí, son la misma realidad.