En El Club de los Poetas Muertos, todos los integrantes se reunían en secreto, al caer la noche, para leer poesía a la luz de las linternas. Ese halo de misterio se cierne sobre el Club Bilderberg, que este año ha celebrado su edición número 70 en Madrid. Pero la literatura no es la razón de ser de esta exclusiva cita que reúne a líderes empresariales y políticos de Europa y Estados Unidos. Es el dinero. Y una norma general para todos los asistentes: que en todas las conferencias rija la regla de Chatham House, puedes usar la información recibida pero no puedes revelar la identidad de quien la proporciona.
Es la tercera ocasión que esta foto internacional elige España para reunirse. La primera vez fue en el Balneario Isla de La Toja, en Pontevedra, en 1989 y la segunda se dio cita en el Hotel Dolce de Sitges en Barcelona, en el año 2010. Una década después, el club más secreto del mundo ha vuelto a elegir España, en esta ocasión, Madrid, donde han acudido diez personalidades del mundo de las finanzas y la política españoles. Los elegidos han sido, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo; el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales o el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Mujeres poderosas
Pocas mujeres pero muy poderosas. Estaban invitadas la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella Comadrán; la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín y la presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño.
También el mundo de la comunicación en España estaba representado por el director del diario El Español, Pedro J. Ramírez y el presidente del grupo Planeta y Atresmedia, José Crehueras. Y cerraban el elenco, el exsecretario de Estado de Asuntos Exteriores (PP), Ildefonso Castro, y el presidente del Real Instituto Elcano, José Juan Ruiz. El presidente del Gobierno, también estaba invitado.
Es difícil saber exactamente de lo que se trata en estos foros precisamente porque son a puerta cerrada, no hay medios de comunicación que puedan entrar y grabar lo que allí se cuenta. De hecho se habla de teorías de la conspiración, de encuentros políticos que cambian el rumbo del mundo y de decisiones empresariales millonarias.
Un exclusivo foro
El primer encuentro del Club Bilderberg tuvo lugar en el Hotel de Bilderberg, en Oosterbeek, Países Bajos, del 29 al 31 de mayo de 1954. Una reunión organizada por un príncipe, Bernardo de los Países Bajos y el banquero polaco Józef Retinger. En ese momento el objetivo era fomentar el diálogo entre Europa y América del Norte en el contexto de la Guerra Fría. Desde entonces, el club se ha reunido cada año en algún punto de Europa o de Estados Unidos. Siempre como un foro de debate opaco y exclusivo con una lista de asistentes que ronda las 150 personas. Como una boda en la que nadie sabe quiénes son los invitados. Jefes de estado, ministros, directivos de grandes empresas o representantes de los medios de comunicación. Un ejemplo del poder concentrado en una sala que algunos ven como una amenaza a la transparencia y a la democracia.
Según informaba la Agencia Efe, entre los participantes extranjeros figuraban Musafa Suleyman (Microsoft IA), Murray Auchincloss (BP), Daniel Ek (Spotify); Albert Bourla (Pfizer), Mark J. Carney, Lorenzo Bini Smaghi (Societé Générale), Charlene de Carvalho (Heineken), Colm Kelleher (UBS), Kasia Kieli (Warner Bros), Michael O'Leary (Raynair) o Patrick Pouyanné (TotalEnergies).
También ha trascendido los principales temas a tratar: el cambio climático, las guerras de Palestina y Ucrania o los desafíos económicos que afrontan Europa y Estados Unidos. Pero es solo una aproximación a la realidad. Sólo los que han podido asistir entre esas cuatro paredes, en el Hotel Mirasierra de Madrid, saben de lo que se habló.