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Sin hablar de la Gran Renuncia de hace unos años, es cierto que las experiencias aprendidas en los últimos años han hecho que muchos trabajadores se planteen no solo si quieren seguir en el mismo empleo, sino en la misma profesión. Cambiar de sector puede ser una oportunidad para aquellos profesionales que están quemados o poco motivados, o que están en un trabajo muy alejado de sus valores.
Según la Guía del Mercado Laboral 2023 Hays, un 61% de los profesionales en España está desmotivado y el 62% busca activamente cambiar de empleo. Si ese es tu caso, el de un trabajador que quiere radicalmente cambiar de posición, ir a otro sector completamente dispar o emprender, los expertos de Harvard indican cuatro preguntas fundamentales que hay que plantearse antes de tomar la decisión de hacer la transición a otro campo.
¿Qué motiva el cambio?
Muchas veces la respuesta es sencilla: toda tu vida te ha gustado diseñar ropa y decides ponerte a ello, por ejemplo. Pero otras veces tiene que ver con una mala experiencia que estás viviendo: una trayectoria insatisfactoria, un mal jefe o una cultura empresarial con la que no estás de acuerdo. Sea lo que sea, es importante que tengas claro la razón: ¿quieres cambiar de sector o simplemente escapar de tu situación actual? Si tu respuesta es la segunda, igual puedes pedir un cambio interno o buscar otro trabajo en el mismo sector.
¿Cómo puedo comprobar si la decisión sería la adecuada?
Quizás pienses que para cambiar de sector solo necesitas hacer un curso de formación o tener 'enchufe', pero no lo sabes hasta que no pongas a prueba todos los detalles. Por ejemplo, igual el sueño de tu vida es regentar una papelería y sabes que tienes buen gusto colocando escaparates, pero no tienes ni idea de lo que supone atender al público.
¿De qué manera comprobar todos esos detalles que no controlas? Quizás necesitas hacer alguna entrevista informativa, leer libros o páginas web sobre la nueva profesión y, fundamental, hablar con personas que están trabajando en tu 'futuro' sector para que te den tu opinión sobre ello, lo bueno y lo malo.
¿Cómo puedo hacer la transición?
Si te cambias a otra profesión, lo más seguro es que no tengas experiencia suficiente en ella, por lo que tendrás que asumir menos sueldo y/o un descenso de categoría, al menos al principio. No es algo fácil, pero tus primeros trabajos en la nueva profesión pueden formarte en habilidades necesarias y proporcionarte contactos a medio plazo. Si tienes ahorros o una pareja que te puede apoyar económicamente, puedes darte el lujo de dar grandes saltos profesionales. Si no tienes ese apoyo, quizás debas apostar por cambios más pequeños y menos drásticos, que te permitan estar cerca de tus contactos actuales... por si acaso.
Concretar el plan B
Cualquier cambio de profesión conlleva un riesgo. Igual te encantan tus nuevas tareas, pero no te gusta la empresa en la que has aterrizado o, si decides emprender, has subestimado el tiempo que va a tardar tu compañía recién creada en dar beneficios. Analiza bien todo lo que sucede para concretar los posibles escollos e identificar las estrategias para superarlos. A veces obviamos demasiado la planificación de ese futuro porque nos parece un esfuerzo innecesario, pero es conveniente mantener una visión realista de los futuros obstáculos y saber cómo reaccionar ante ellos.
En definitiva, cambiar de profesión puede ser justo lo que necesitabas para comprometerte ética y profesionalmente y volver a encontrar emoción e ilusión del trabajo. Si te haces estas cuatro preguntas que recomiendan los expertos de Harvard, podrás abordar más fácilmente la transición y los riesgos inherentes al cambio.