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Cuando estuve embarazada, hace ya unos años, me di cuenta de que los límites de las personas se difuminan y, de buenas a primeras, la gente se crea con algún tipo de licencia especial para invadir el espacio vital y empezar a hacer, de repente, preguntas personales que no vienen a cuenta.
Si ya has pasado por ahí, seguro que sabes a qué tipo de comentarios, opiniones, juicios y cuestiones me refiero, pero si nunca has estado embarazada, este tema te interesa. Si tienes una amiga, una familiar o una conocida que esté esperando un bebé, es probable que tengas muchas preguntas, pero algunas pueden parecer un poco groseras, aunque no sea tu intención.
En mi experiencia, y en la de otras muchas mujeres, estas son todas las cosas que nunca deberías decir a una embarazada. Y tranquilo/a: te daremos una alternativa para comentar o preguntar lo mismo sin ser rudo.
"¡Cómo te has puesto!"
Sí, lo sabemos. Se supone que hemos engordado. Sabemos que hemos crecido. Es lo que se espera de nosotras. Estar embarazada supone muchos cambios en muy poco tiempo y, muchas veces, nos sentimos como si viviéramos en el cuerpo de otra persona. Decir que estamos enormes puede ser que nos haga sentirnos acomplejada.
¿Qué decirle en cambio? Hay muchos piropos que pueden regalar los oídos de la embarazada: "Estás preciosa", "Estás radiante", "El embarazo te sienta bien", "Nunca te había visto tan feliz", "Qué barriga tan bonita tienes" (recuerda que no hace falta comentar el tamaño de la barriga para comentar la barriga).
"¿Lo habías planeado?"
Primero, no es asunto tuyo. Segundo, ¿qué más da? Esta mujer con la que estás hablando va a tener un bebé, ¿por qué tienes que añadirle culpabilidad? Si le preguntas si lo había planeado y no lo hizo, parece que fue un accidente, un error. Aunque tengas buenas intenciones, es muy posible que ella se sienta juzgada y culpable.
¿Qué decirle en cambio? Nada. Sáltate esta pregunta que no le interesa a nadie.
"¿Te puedo tocar la barriga?"
No, no puedes. Si no vas tocando la barriga a la gente que no está embarazada, ¿por qué ahora esto es válido y me vas a tocar la mía? Puede parecer que estás siendo educada porque le pides permiso, pero en realidad estás poniendo a la embarazada en un aprieto. Las más directas, como yo lo fui, no tendremos problema en decir que no, pero muchas estarán tan incómodas y presionadas que no tendrán otro remedio que acceder a tu petición.
¿Qué decirle en cambio? Si esperas que te invite a tocarla, pregúntale si el bebé ya da patadas. Si dice que sí y luego te pregunta si quieres tocarlo, entonces se ha abierto la ventana para tocarle la barriga. Y agradéceselo.
"Pareces cansada"
Hombre, ¡pues claro! Claro que estamos cansadas. Estamos esperando un bebé: tenemos las piernas hinchadas, hemos aumentado de pecho, por las noches no podemos dormir bien y, si estamos de bastantes meses, es probable que las piernas de nuestro bebé estén atascadas en nuestro estómago y pulmones. Este comentario nos hace sentir mal.
¿Qué decirle en cambio? Si notas que esa persona está embarazada, lo mejor es invitarle a un paseo relajante, una comida con sobremesa, un masaje de piernas o incluso planear una cita para ayudarle en casa.
"¿Has pensado ya cuándo volverás al trabajo?"
Otra pregunta insensible y clásica. Aún no ha dado a luz y... ¿ya le estás preguntando cuándo se reincorporará? El trabajo es una gran presión para las madres. En la sociedad actual, es muy difícil que una familia pueda permitirse que uno de los padres se quede en casa. No sólo eso, sino que existen estigmas en torno a ser una madre que se queda en casa y una madre que trabaja.
¿Qué decirle en cambio? Una conversación bien dirigida puede conseguirte la información que deseas. Habla sobre su baja por maternidad: ¿cuándo te la coges? ¿Te hace ilusión pasar tiempo con el bebé? ¿Va a venir alguien a quedarse contigo tras el parto? ¿Has mirado alguna guardería que te guste?
"El embarazo no es una enfermedad"
Ya, ya lo sabemos, pero si tienes síntomas que te hacen sentir incómoda, es normal que el médico, tus familiares, vecinos, amigos... te tomen en serio. A mí me sucedió que se me hincharon tanto las piernas que, de casi 8 meses, me caí por la calle porque no me sostenían. Al comentarlo a mi doctor, me dijo que no me daba la baja porque era algo normal del embarazo y "el embarazo no es una enfermedad". Ignorar las molestias y tensiones de una embarazada no sólo es insultante, sino que puede hacer que se sienta peor de lo que ya está.
¿Qué decirle en cambio? Si no ignoras a cualquier otra persona, ¿por qué 'pasas' de una embarazada? En lugar de eso, hazle preguntas y dale soluciones constructivas. O sugiérele que podrías acompañarle al médico de cabecera o al ginecólogo para que la examine.
"¡Pobre marido!"
Este comentario es exasperante y es otro clásico. Hay muchos 'comentarios cuñado' de gente que se preocupa por los esposos, desde tener que dormir en el sofá de la habitación del hospital hasta tener una niña e incluso la preocupación por un estancamiento en su vida sexual. Eso no quiere decir que no formen parte del proceso o que no vayan a cargar con la mitad de la responsabilidad cuando nazca el bebé, pero si yo hubiera podido intercambiar los papeles y dormir en ese triste asiento de la habitación del hospital mientras daba a luz por cesárea a un niño de 3,5 kilos (y me expulsaban la placenta con un dolor que no he sentido en mi vida), me habría alegrado muchísimo.
¿Qué hacer en cambio? Tal vez mantener su preocupación por la comodidad y el bienestar de la mamá durante este proceso.
"Piénsatelo bien, quizás te arrepientas de esa decisión"
Es posible que tengas una opinión muy firme y argumentada de las madres que siguen trabajando, las que se quedan en casa, dar el pecho o el biberón, el colecho, el parto en casa, el parto en el hospital, la epidural o no, el estilo de crianza... pero este NO es tu bebé. A menos que una mujer esté planeando hacer algo que pueda dañar físicamente a su hijo, déjale tomar las decisiones que crea que son mejores para ella y su familia. No hay forma incorrecta de criar a un hijo si se le quiere, se le alimenta, se le protege y se le cuida, así que déjale hacer las cosas a su manera.
Qué funciona bien siempre para decirle a una mujer embarazada
Después de leer todo este artículo, quizás te preguntes: "¿Qué puedo decirle a mi amiga para mostrar interés por ella y que no se moleste? La primera regla general es que si es una pregunta o comentario que no harías cuando no estuviera embarazad, ahora tampoco. Es su historia y si quiere compartirla, bien; si quiere vivirla en la intimidad, también. Una pregunta que siempre es acertada es: "¿Cómo te sientes?". Esto expresa cariño y preocupación, ¡y siempre se agradece!
Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer.
Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes.
Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter.
Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.