Lamentablemente, nadie nos provee de un manual para ser padres, ni nos forman para ello. Educar es una de las labores más complejas que existen y no hay una fórmula perfecta que sirva para todos los niños. Cada uno es distinto, tiene unas necesidades distintas y requerirá de un nivel de atención y cuidado distintos. Y, por supuesto, también los padres y madres son distintos, vienen de infancias diferentes y puede que tengan heridas y cicatrices que les condicionen a la hora de relacionarse con sus pequeños. Y no siempre esos condicionantes serán positivos para ellos.

Pero, es cierto que, aunque no lleguemos a la paternidad con esa conciencia y esa valiosa información en nuestro poder, hay ciertas conductas y tratos, que a pesar de llevarse a cabo con el mejor de los objetivos, pueden perjudicar a nuestros hijos de una forma totalmente irreversible y devastadora. Es importante, por ello, conocerlas bien, para así evitar ese tipo de conductas. Estoy hablando básicamente de todo lo que tenga que ver con la sobreprotección. Una conducta más propia de algunas madres que de los padres.

La sobreprotección

Cuando una madre sobreprotege a sus hijos, a pesar de que lo hace con la mejor de las intenciones (jamás para perjudicarles) y sin ser consciente del daño que esto puede causarles en el futuro, les está impidiendo ponerse a prueba, desplegar sus capacidades para solucionar dificultades ante ciertos “peligros controlados”.

El cerebro del niño necesita cierto nivel de estrés para desarrollarse correctamente y ese estrés se produce cuando se enfrentan a algo nuevo, distinto o complejo. Los dos ingredientes más perjudiciales y peligrosos, vinculados con la sobreprotección, son el miedo y el endiosamiento.

estiu 1993 bruna cusi
Distribuidora

El miedo

Si una madre no deja ir a su hijo de excursión con su clase porque tiene miedo a que le pase algo, si no le deja ir a la fiesta de cumpleaños de su amiguito porque ella no puede quedarse para controlarlo, cuando le está transmitiendo de forma constante sus miedos ante la posibilidad de que suceda algún contratiempo o peligro inesperado que ponga en riesgo su vida, el niño va absorbiendo y haciendo suyos cada uno de esos miedos y esas inseguridades.

Acostumbra a ser una conducta que se transmite de madre a hija sucesivamente. Se aprende por imitación, hasta que hay una generación en la que alguien se da cuenta, pide ayuda para cambiarlo y se corta esa dinámica.

Si una madre se comporta de este modo, lo único que hace es enseñarle a su hijo a tener miedo a todo y solo potencia su inseguridad en vez de potenciar sus fortalezas y transmitirle que podrá con todo, que es capaz y que por lo menos lo intente, que confía en él y que no le va a abandonar. Eso es lo que debería transmitir una madre. Confianza, calma y seguridad.

¿Qué hacer si veo que me estoy comportando así, desde mis miedos porque mi madre también era así y me lo transmitió? Si te estás dando cuenta, lo primero que haré es darte la enhorabuena, ya que este es el primer paso para cambiarlo. Y lo segundo, es decirte que siempre estamos a tiempo de cambiar cuando vemos que hemos automatizado conductas tóxicas por imitación. Pide ayuda profesional, acude a un psicólogo experto para fortalecer tu autoestima y soltar todo eso que ya no quieras seguir cargando.

a person wearing a hat and scarf
Distribuidora

El endiosamiento

Esta es la forma de sobreprotección más peligrosa de todas. La que produce el miedo, destruye al futuro adulto cargándolo de inseguridades, pero en este caso, los daños pueden ir más allá. Cuando un niño es endiosado por su madre (o padre), es decir, cuando de forma constante les escucha decir que es el mejor, que está muy por encima del resto, que les da mil vueltas a todos, el niño se lo cree. Si además, cada cosa que el niño pide se la dan, cada cosa que el niño no quiere no lo hacen y si de este modo, le van demostrando que él es quién tiene el poder (de elegir y de decidir), que él es quien tiene la razón y que para que él esté contento, van a hacer lo que él quiera, ese niño corre un grave peligro.

Corre el peligro de convertirse en un auténtico tirano, maltratador, déspota, perverso y narcisista. Si en su interior siente la absoluta certeza de su superioridad incuestionable, cuando se relacione con otras personas, esto se pondrá de manifiesto. Estará convencido de ser superior a su pareja, de ser superior que sus amigos, que sus compañeros de trabajo y si tiene trabajadores a su cargo, incluso puede que sienta que eso le da el derecho a menospreciarlos o humillarlos.

Incluso en muchos casos, esos niños cuando se hacen mayores, maltratan de forma muy dura a sus propios padres. Y es que, sin saberlo ni quererlo, ellos son los que le han convertido en eso. En vez de enseñarle a ser humilde, compasivo y bondadoso, le han transmitido que es mejor que los demás.

Es por eso que muchas veces, decimos que la sobreprotección puede convertirse en una forma de maltrato. Sobreproteger no es tratar bien, es enseñar a ser miedoso o a ser tirano. Por ello, tratemos de analizar cómo lo estamos haciendo y, en caso de duda, nunca es tarde para acudir a un profesional que nos ayude a ver si lo estamos haciendo bien o si hay algo en nuestra forma de relacionarnos con ellos que deberíamos cambiar.


La jefa: Silvia Congost

silvia congost
Elisabet Serra

Silvia Congost es psicóloga experta y un referente nacional en autoestima, dependencia emocional y relaciones tóxicas, conferenciante, autora de 9 libros, y una líder inspiracional en redes sociales y medios de comunicación. Tiene 20 años de experiencia profesional en el sector de la psicología y cuenta con centros en Barcelona, Girona y Madrid, además de realizar terapia online con pacientes de todo el mundo, donde junto a su equipo ha ayudado a miles de personas a reforzar su autoestima, liberarse de relaciones tóxicas y apostar por la vida que realmente sueñan gracias a su propio y exclusivo método.

Puedes encontrarla en Instagram (@silviacongost) y en su canal de YouTube.

Headshot of Silvia Congost

Silvia Congost es una psicóloga experta en autoestima, dependencia emocional y relaciones. Conferenciante. Autora de 10 libros entre los que se encuentran títulos como "Personas Tóxicas", "Autoestima automática" o "Si duele, no es amor". 

Con 20 años de experiencia, ayuda, junto a su equipo de profesionales, a miles de personas de todo el mundo a aprender a amarse y a mejorar su calidad de vida. Su misión es aportar información y educación emocional en el tema de las relaciones y para ello, crea eventos de gran formato llenando teatros de todo el país, divulga habitualmente contenido de valor en redes sociales y participa de forma regular en medios de comunicación. 

Silvia tiene claro que el amor jamás duele, y que si duele, no es amor. Por ello, toda su vida gira entorno a este claro y necesario propósito. Tiene más de 400.000 seguidores en Instagram, un gran altavoz donde divulga sobre relaciones, autoestima y salud emocional.