La cultura pop ha hecho que las relaciones de pareja se conviertan en un tema que ocupa gran parte de nuestros pensamientos, reflexiones, conversaciones entre amigas y anhelos, pero en realidad, la clave para que cualquier relación prospere es un asunto del que se habla mucho menos. Nos referimos la intimidad, que es el pegamento de los vínculos humanos.
Aunque sabemos que la primera fase del amor es esa en la que la dopamina nubla nuestra mente y en la que la pasión prima, para pasar a la etapa del amor maduro es precisamente necesaria la intimidad. ¿El motivo? Gracias a ella, podemos transformar la primera fase en otra mucho más madura en la que tienen cabida los cuidados, la confianza, la ternura y el bienestar. Sin embargo, construir esa ansiada intimidad es en ocasiones complicado a causa de la falta de tiempo o las responsabilidades diarias, que pueden afectar a las relaciones de pareja. El móvil y las redes sociales tampoco facilitan las cosas, pues forman parte de las distracciones que entorpecen la creación de un espacio íntimo.
Que levante la mano la que alguna vez no haya estado con su pareja en la cama mirando el móvil de una forma casi robótica... Porque antes, la imagen de una pareja leyendo antes de dormir podía ser de alguna forma romántica, pero ver ahora el rostro de ambos iluminado por esa luz azul que perturba el sueño y al parecer, nuestra vida de pareja, no lo es tanto.
Así lo señala el estudio sociológico llevado a cabo por Pikolin alrededor de las parejas españolas y su intimidad. La encuesta, realizada a 1.000 personas de entre 25 y 65 años que viven en pareja, indica que para el 86 % de los encuestados, el dormitorio es el epicentro para fortalecer ese vínculo como un espacio físico y como un símbolo de refugio y unión. “Es el lugar donde los cuerpos y las emociones se encuentran a un nivel más profundo y su ritual es esencial para la buena salud de la pareja. Pequeños gestos que son esenciales para crear un espacio seguro y cálido dónde la pareja puede ser auténtica: darse un beso antes de dormir, desconectar de la tecnología, compartir una pequeña charla, etc.”, asegura la sexóloga y terapeuta especializada en parejas Sonia Encinas.
Irse a la cama a la vez es para el 72 % de los españoles y para el 83 % de quienes se sienten satisfechos en la relación una manera de crear un espacio/tiempo para la intimidad. Sin embargo, Encinas matiza que si cada persona tiene un ritmo de sueño diferente y el cansancio es un factor inhibidor de la intimidad, priorizar el descanso, aunque suponga no irse a la cama a la vez, podría beneficiar a la intimidad en otro sentido.
“Los datos muestran que, culturalmente, las parejas españolas tienden a irse a la cama a la vez y que les funciona de cara a sentirse cerca. Socialmente, entendemos «la cama» como un espacio propio para relajarnos y bajar el ritmo, lo que brinda una oportunidad para la presencia a través de una conversación, el contacto visual o el contacto físico. La falta de presencia es uno de los grandes frenos para la intimidad. La cama es el lugar del hogar que simboliza, para las parejas españolas, tanto el descanso como la diversión”, asegura.
Oda al descanso
Precisamente las redes sociales han hecho de la cama un templo que venerar y cuidar de la mano de tendencias como el sleepmaxxing, y lo paradójico es que en muchas ocasiones es precisamente la tecnología la que hace que disfrutar de la intimidad en pareja no sea siempre sencillo. La propia Encinas señala que si hiciéramos una radiografía de muchos hogares españoles después de cenar (incluso, durante la cena), veríamos a muchas parejas haciendo scroll en sus pantallas. “Esto, puntualmente, no sería un problema. Cualquiera tiene un día en el que necesita evadirse del mundo y las pantallas forman parte de nuestro tiempo. El problema es que la escena se ha convertido en un hábito que ya está impactando en nuestra manera de relacionarnos. Y si no estamos presentes, no podemos intimar”, advierte.
Para muchas parejas es tan complicado intimar que para evitar las distracciones y garantizar espacios de intimidad, el 53 % de los encuestados ha ido o ha pensado en ir a un hotel. Precisamente Pikolin presenta una edición muy especial de un 'colchón de hotel' que permite a las parejas sentirse en sus dormitorios como en esas habitaciones de hotel en las que el silencio, el tiempo y el descanso priman. Porque el dormitorio es un lugar de refugio, pero también puede ser un espacio de evasión. Es habitual decir “¡Ojalá tuviéramos un colchón así en casa!” al probar la cama de un hotel, y la marca ha decidido cumplir nuestros deseos gracias a este modelo.
Pero no podemos olvidar que por más que tengamos una cama de ensueño y un colchón perfecto, los pequeños detalles que cultivan el acercamiento diario, como abrazar a la pareja antes de dormir o al despertar, son esenciales para cuidar esa intimidad. "La intimidad en pareja se cultiva, sobre todo, a través de gestos sencillos, pero cotidianos”, dice Sonia Encinas.
Cultivar la intimidad
Al hablar de contacto físico es importante, cómo no, hablar también de las relaciones sexuales, y en este punto la sexóloga y terapeuta especializada en parejas dice que es necesario desmontar el mito del sexo espontáneo. “Planificar los encuentros ofrece un espacio consciente para cultivarlos. Por eso, las parejas más satisfechas son las que más planifican. Es la mejor manera de evitar los típicos «no me da la vida», que suelen relegar los momentos de disfrute a un último lugar”, asegura.
Para cultivar la intimidad hay que hacer del dormitorio un espacio en el que el descanso vaya de la mano de la confianza y del cariño. De esta forma, se convierte en un oasis en el que reducir distracciones, cuidar gestos y caricias, hablar y hacer de la intimidad el sostén de la pareja. “El amor es la base de las relaciones de pareja, pero para que la relación se sostenga, hay que cuidarla como quien cuida a una planta”, recuerda Encinas.
Es vital convertir el dormitorio en un símbolo de refugio en el que cultivar la intimidad recordando que el distanciamiento emocional puede ser el preludio de una desconexión física. Pikolin alerta de la importancia de estar en alerta en pareja para evitar el deterioro de la relación, y sin duda con el estudio puesto en marcha y con sus colchones ofrece una valiosa ayuda a quienes saben que las relaciones hay que cuidarlas.
Somos conscientes de que no es algo fácil, pero tampoco lo es sobrellevar las tareas del día a día y el estrés que generan. Del mismo modo que nos esforzamos en lograrlo para poder descansar, ¿acaso no es maravilloso saber que una relación está también siendo cuidada y mimada? Porque ahí radica el descanso verdadero: en saber que estamos cuidando de nuestra relación de pareja. Aunque no neguemos que dormir como los ángeles también ayuda, y bien sabemos que dar con un colchón que te haga pensar que estás en un 5 estrellas es un grandísimo aliado...
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.