Cuando iniciamos una relación de pareja con alguien, por lo general, esa persona no viene sola. Es decir, la elegimos a ella pero en la mayoría de casos, con ella vienen también todos aquellos a los que ama, aquellos con los que tiene un vínculo estrecho, aquellos que forman parte de su vida, que la han acompañado durante sus momentos más complicados y que han compartido sus mayores alegrías. Y de entre todas esas personas, las que suelen tener más peso son la familia y los amigos.

¿Qué pasa si no me llevo bien con mi familia política? Está claro que a quién has elegido tú es a tu pareja. Quien tiene que gustarte y con quien tienes que estar cómoda y llevarte bien, es con él o ella. Pero claro, puede que en ocasiones tengas que lidiar con su familia o sus amigos y puede que no siempre esas personas conecten contigo, con tus valores, con tu forma de ser.

Puede que incluso sientas que te rechazan, que no te aceptan, que te quieren fuera, que no les caes bien. Puede que te traten mal o puede que no ocurra nada de todo eso y que, simplemente, no te sientas cómoda porque su forma de ser y de comportarse no tiene nada que ver con la tuya.

Madres, hermanas y cuñadas

Sí, es lo que parece. La mayoría de problemas suelen darse con las 'mujeres de la familia' y suele ser con la madre de nuestra pareja, con la hermana o con alguna cuñada. Puede que sean personas que por sus inseguridades, sus miedos o incluso por algún trastorno de personalidad, no te acepten, te ninguneen, no les gustes, que sientan envidia, que consideren que no estás a la altura o que, sin más, no te quieran ahí.

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Eso puede crear momentos de gran incomodidad y verdadera tensión. Momentos en los que tengan conductas o reacciones de desprecio, de faltas de respeto y de ausencia total de cariño hacia ti. Puede que eso te lleve a que cada vez que haya un encuentro familiar pases noches de insomnio y de ansiedad imaginando lo que está por llegar.

Otras veces, a lo mejor no es tan grave y simplemente no te sientes cómoda con su familia porque no encajas con su forma de ser, de pensar o de comportarse. Tal vez sientes que no tienes mucho de qué hablar o que compartir y eso implica que cuando te reúnes con ellos, tienes que hacer un gran esfuerzo para que no se te note y no siempre te apetece.

Evidentemente, son dos situaciones distintas. Las dos son incómodas y poco o nada atractivas, pero no es lo mismo que sientas que te tratan mal a que simplemente no te guste como son, que no conectes con ellos o que no te aporten nada. Está claro que el maltrato lo empeora todo. Por ello, debemos abordarlo también de forma distinta.

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¿Qué hacer cuando sientes que no encajas?

Si lo que ocurre es que no encajas porque son muy distintos a ti en todo, si no te sientes cómoda porque no sabes de qué hablar o qué compartir o no sabes cómo actuar con ellos pero tienes claro que son buenas personas y que a su modo, te tratan de la mejor manera posible, debes tener presente que con quien tienes que llevarte bien y estar a gusto, es con tu pareja.

Si eso es así, los encuentros puntuales con su familia, si amas a tu pareja y para él o ella son importantes, los compartirás por amor. A veces por amor hacemos cosas que no nos apetecen mucho siempre que no nos dañen a nosotros ni vayan en contra de nuestros valores. Son esos pequeños gestos y actos que harán que nuestra pareja se sienta amada. Ya sabes que el amor se demuestra con los actos, no repitiéndolo de forma verbal una y otra vez.

Es bueno, eso sí, que lo hables con tu pareja, que le cuentes tus dificultades o aquello que te incomoda o que te hace sentir mal para que sea consciente de tu disposición y tu esfuerzo. No como algo para anotar en nuestra libreta personal de cosas a echar en cara en el futuro, eso no es bueno nunca. Si lo haces por amor, no deberías reprochar jamás.

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Cuando te sientes maltratada

En estos casos, en mi opinión, siempre deberíamos priorizar nuestra salud psicológica y emocional. Siempre. Ante el maltrato, sea del tipo que sea, deberíamos tener tolerancia cero. De no ser así, quienes acabaremos sufriendo las consecuencias de permitirlo, somos nosotros.

Es muy importante que cuando vivas este tipo de situaciones con tu familia política, sientas la comprensión y el apoyo de tu pareja. Que puedas hablarlo, que te escuche y que le preocupe de verdad. Que juntos podáis buscar la mejor manera de abordarlo. Que te sientas respetada y que no te obligue a nada, ni de forma directa ni con chantaje emocional del tipo “hazlo por mi” o “si me amaras de verdad harías el esfuerzo”. ¿En serio? ¿Harías el esfuerzo? ¿Esfuerzo para qué, para permitir que te maltraten??? Eso no tiene ningún sentido. Si sientes que tu pareja no entiende esto, la relación se fisura inevitablemente.

En definitiva...

Hay muchas personas que odian la Navidad o ciertas fechas que a nivel social implican reuniones familiares, precisamente por este motivo, porque no están a gusto con aquellos que van a tener que compartir la mesa o el día. Lo importante es, primero identificar el motivo de nuestra incomodidad para detectar el nivel de gravedad del mismo (identificando si hay maltrato) y en segundo lugar, si no hay maltrato, ver el nivel de importancia que tiene ese encuentro para nuestra pareja, para así decidir si de forma puntual podemos hacerlo, poniendo de nuestra parte para vivirlo de la mejor manera posible y dejarlo atrás.


La jefa: Silvia Congost

silvia congost
Elisabet Serra