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La pronunciación de su nombre la delata. «Hi, I’m Lucia Ponti»,dice marcando esa ch con la que suena su nombre en italiano. Y es que Lucia –sin acento–, nacida en Ginebra (Suiza) en 2006 y criada en Los Ángeles (California), posee unas fuertes raíces italianas de las que se siente muy orgullosa. Tanto como de ser nieta de una de las últimas grandes divas del cine de todos los tiempos: Sophia Loren.
De ella ha heredado no sólo una belleza y elegancia fascinantes –de estilos diferentes, eso sí, y Lucia con una mirada turquesa transparente que es pura luz–, sino que también comparte su nombre a modo de middle name. «La verdad es que nunca me han dicho que lo utilizara», reconoce Lucia Sofia Ponti, que así es su antropónimo real. «Además, como mi primer nombre ya suele pronunciarse mal, prefiero dejarlo así para que sea más sencillo». ¡Ay, la sencillez! Una cualidad a menudo desaparecida del mundo de las celebrities, pero que ella encarna de un modo casi desconcertante.
Ser nieta de la célebre Sophia Loren y del productor de cine italiano Carlo Ponti –fallecido en 2007–, e hija del director y guionista Edoardo Ponti y de la actriz estadounidense de ascendencia serbia e italiana Sasha Alexander, no parece fácil. Vivir el cine con mayúsculas desde pequeña, y que eso no te trastoque mínimamente la razón es un logro. Pero, además, ser una joven educada, alegre y agradecida con lo que te rodea parece un milagro. «Ella representa el amor y un consuelo inquebrantable», explica sobre su nonna Sophia. «Me siento muy afortunada detener una abuela tan cariñosa, estar a su lado me reconforta. Me mantiene cuerda», explica, emocionada.
«Mi abuela siempre me ha aconsejado que sea fiel a mí misma, sin concesiones»
Una conexión que perdurará en el tiempo gracias al consejo que la protagonista de películas míticas como Dos mujeres –por la que ganó un Oscar en 1962–, Matrimonio a la italiana o El Cid le ha regalado en numerosas ocasiones: «Me insiste en que siempre me mantenga fiel a mí misma, sin concesiones. Me lo ha recordado incontables veces a medida que he ido creciendo, y es algo que llevo conmigo siempre», reconoce la joven.
Lucia juega con ventaja. Es tremendamente discreta y amable –no deja de decir lo feliz que está con este debut en el mundo de las revistas de moda de la mano de ELLE–, pero siempre ha vivido con un pie dentro del espectáculo, sea del tipo que sea. El cine, que ella adora aunque de momento sólo como espectadora, lo ha experimentado en primera fila, obvio. Pero sus fantásticas dotes de bailarina de danza moderna la han mantenido durante 14 años sobre los escenarios, incluso como participante en importantes certámenes. Así que esta cercanía a las cámaras y al público lo vive como algo natural y desde la sensatez.
De hecho, el año pasado participó en el Baile de Debutantes, conocido como Le Bal y en el que cada año se dan cita en París jóvenes de familias destacadas de todo el mundo, pero lo que más resalta del evento es que «el ambiente era sorprendentemente cómodo. Me llevo nuevas amistades que valoro profundamente, y estoy muy agradecida de haber compartido esta vivencia con ellas y con mi familia», añade sobre ese círculo seguro del que disfruta.
«Valoro la lentitud, la intención y la reflexión en un mundo que prioriza la rapidez y la inmediatez»
«En la universidad, he encontrado algunas de las relaciones más importantes de mi vida, me siento muy afortunada de estar rodeada de personas brillantes y atentas», explica sobre su experiencia en Brown, en el estado de Rhode Island y uno de los centros universitarios más prestigiosos deEE. UU. Allí, Lucia estudia Historia del Arte y Literatura, y está gozando de una experiencia que califica como «muy gratificante. Tengo la suerte de contar con profesores que me aportan no únicamente una orientación intelectual, sino también un profundo apoyo que sé que es para toda la vida». Su formación académica está siendo prioritaria.
Como ávida lectora que es, recuerda sus visitas veraniegas a su abuela en Ginebra –la diva italiana reside a las afueras dela ciudad suiza desde hace décadas–, en las que ambas leían juntas en una mantita de pícnic sobre la hierba. «Me gustan mucho las novelas románticas y también de ficción. Uno de mis libros favoritos es L’Amour, de Marguerite Duras. Leer en francés me estimula mucho, es un idioma que capta la emoción y la perspectiva con sutileza y lirismo», explica la joven quien, no en vano, nació en Suiza. «Pero también me encanta hacerlo en inglés, y me fascina cómo los distintos idiomas moldean la forma de contar historias», añade sobre su relación con las lenguas que domina.
Lucia, que cumplió 19 años en mayo –en 2024 coincidió su mayoría de edad con los 90 años de su abuela–, cultiva desde niña una vertiente intelectual que no es incompatible ni con su juventud ni con su procedencia. Como miembro de la 'Generación Z', a menudo asociada a problemas de salud mental, lo peor de las RR.SS., o los problemas de socialización en la vida real –que no virtual–, Ponti ofrece su visión: «Somos una generación con un sentido del humor especialmente agudo, y nuestra capacidad para conectarnos al instante –ya sea en momentos cotidianos o por extraordinarios acontecimientos culturales– es increíblemente poderosa. Esa conectividad es una fortaleza, pero opino que también puede fragmentarnos».
Y reconoce que ella va en otra dirección: «Valoro la lentitud, la intención y la reflexión en un mundo que a menudo prioriza la rapidez y la visibilidad». No sorprende por tanto que mantenga su cuenta de Instagram privada para asegurarse tiempo y presencia en los asuntos relevantes. «De vez en cuando me alejo de las redes para darme un espacio para estudiar, estar con mis amigos o simplemente reiniciarme. Utilizo mi perfil sobre todo para compartir fotos que hago con mi cámara analógica, y reconozco que TikTok me resulta un poco abrumador».
Lucia y la vida slow y auténtica, una alianza indisoluble que sobrevive más allá de su famosísimo clan, su vida en Los Ángeles o su pertenencia a la Gen Z. «Me encantan los libros, bailar, ver películas y dar largos paseos. Disfruto con cualquier actividad que me permita ser creativa o reflexiva, que me dé espacio para pensar en lo importante», añade.
Destaca la valentía de quienes usan su voz para luchar por lo que creen, y afirma que le hace feliz que existan personas así: «Hay algo muy bonito en la acción colectiva y el sentido de unidad que genera», dice. Pero también reconoce la parte que menos le gusta de la realidad que le ha tocado vivir: «Me entristece la facilidad que tenemos para volvernos insensibles ante la tragedia e, incluso, ante la alegría. Con la exposición constante a noticias y contenido en las redes sociales, puede llegar a ser difícil procesar plenamente las emociones. A veces olvidamos cómo sentir profundamente y cómo existir lejos de nuestras pantallas», razona. Y nos comparte que un lugar en el mundo que adora por encima de todo es la playa. «Me considero una summer girl totalmente. Amo pasar el día junto al mar leyendo, tranquila. En Providence, donde está mi universidad, hace mucho frío en invierno y me he pasado todo el curso deseando que llegara el buen tiempo. Recuerdo mis vacaciones de pequeña, siempre íbamos a Ginebra con mi abuela, y mi hermano Leonardo y yo nos pasábamos el día entero en el lago, con los kayaks. ¡Qué divertido era!».
Reconoce que de España aún le faltan muchos lugares por explorar, y que le encantaría ir a Mallorca. De momento, ha estado en Madrid posando para ELLE con la colección Dioriviere, la más estival de Dior. «Me fascina la maison desde la infancia, y me encanta cómo esta colección capta la esencia de lo que el verano significa para mí». En cuanto a su estilo personal a la hora de vestir, alude de nuevo a la sencillez.«Mi look ideal en esta estación es una camiseta blanca y unos shorts vaqueros ni muy cortos ni muy largos. Y bailarinas, me parecen lo más cómodo», explica describiendo, precisamente, el outfit con el que acude al shooting que acompaña esta entrevista. «Prefiero el confort a la formalidad. ¡Iría siempre en pantalón de pijama!», exclama. Y nos sorprende, una vez más, cuando le preguntamos por sus iconos de estilo: «Jane Birkin, Kate Moss, Sarah Jessica Parker, Natalie Portman y Audrey Hepburn». Ni rastro de su abuela. Y es que ser nieta de Sophia Loren no tiene por qué cerrarte a reconocer el talento estético y profesional de otras grandes mujeres. Otro punto a favor de Lucia. De tal palo, tal astilla.
![new york, new york may 05: whoopi goldberg attends the 2025 met gala celebrating superfine: tailoring black style at metropolitan museum of art on may 05, 2025 in new york city. (photo by dimitrios kambouris/getty images for the met museum/vogue)](https://cdn.statically.io/img/hips.hearstapps.com/hmg-prod/images/gettyimages-2213712616-6877e3fed4998.jpg?crop=0.783xw:1.00xh;0.109xw,0&resize=360:* "The 2025 Met Gala Celebrating "Superfine: Tailoring Black Style" - Arrivals")
