Hay veranos que simplemente se viven, y hay veranos que se recuerdan. Este promete ser de los segundos. Porque cuando llega junio, el cuerpo pide calle, amigas, música en directo y esa mezcla tan nuestra entre calorcito, alegría y planes que se alargan hasta que anochece… o más. La banda sonora ya está lista: suenan los festivales más potentes del año, revientan las listas de reproducción con todas las canciones de moda (y también los clásicos que no falla), y en el centro de todo, tú y tu grupo de amigas brindando un gin tonic en vaso de tubo y con botellas tan únicas como vosotras. Y este año, con un toque aún más especial: las botellas de edición limitada de Larios, personalizadas para cada feria, se han convertido en símbolo de reencuentros, recuerdos y brindis con sabor a verano. Y ya sabemos, si hay con un gin tonic nada puede fallar.

Y es que pocas cosas despiertan tantas ganas de celebrar como el regreso de las fiestas populares. Desde Málaga hasta Albacete, pasando por Córdoba o Sevilla, cada ciudad despliega su encanto en forma de farolillos, trajes regionales, y ritmos que suenan desde la tarde hasta bien entrada la madrugada.

comida acompañada con ginebra larios
Larios

Fiestas que se bailan, gin tonics que se recuerdan

Más allá de los grandes festivales, que también pisan fuerte este verano, hay algo insustituible en las fiestas de siempre. Las que se viven en la calle, entre amigos y vecinas, en terrazas que se llenan sin previo aviso. Esas que no necesitan una gran producción, porque lo importante no es el cartel, sino el momento. Y ahí Larios ha sabido encontrar su sitio.

botella de larios
Larios

Sus ediciones limitadas de ferias no solo acompañan los encuentros, sino que los elevan. Son un guiño a quienes disfrutan del sur en toda su expresión: con espontaneidad, con calor humano, y con ese carácter auténtico que no se compra, se vive. Cada botella es distinta, pero todas comparten ese aire mediterráneo que invita a relajarse, a dejarse llevar, y a celebrar sin prisas.

Si este verano tienes una feria cerca, no lo dudes: haz la maleta, prepara tu playlist y súmate a la fiesta. Y si no, inventa tu propia versión en casa, con amigas, buena música y una botella de Larios que hable por sí sola.

larios
Larios.

Tardeos, terrazas y brindis que saben a Mediterráneo

Porque no todo es fiesta nocturna. Los planes más disfrutones a veces empiezan antes de que caiga el sol. El tardeo ya es religión en muchas ciudades, y no hay ritual mejor que reunirse con tus amigas en esa terraza de siempre, pedir algo fresquito y brindar por el verano, por los nuevos comienzos o por nada en particular.

Ahí es donde Larios vuelve a brillar, con esa elegancia sin esfuerzo que lo hace reconocible al primer trago. Es el vaso que se posa en la mesa entre confidencias, selfies y risas. El que acompaña las sobremesas que se alargan, el que refresca las conversaciones que no necesitan filtros.

Este verano, el espíritu mediterráneo no se busca, se vive. Y se nota en los gestos pequeños: en brindar por segunda vez solo porque sí, en compartir un gin tonic de Larios con quien no conocías hace una hora, en dejarse llevar por la música aunque nadie más esté bailando. Eso también es verano. Eso también es Larios.

Escapadas con ritmo y sabor a sur

Si algo define esta estación es la libertad de improvisar. Un “¿y si nos vamos este fin de semana?” puede convertirse en la mejor aventura del año. No hace falta cruzarse el país: basta con descubrir un pueblo con encanto, una playa escondida o un festival que suene bien.

botella de larios de edición limitada
Larios

Larios propone hacerlo con ritmo, con su ruta musical por la costa y sus paradas llenas de sabor, artistas locales y cócteles que invitan a brindar. Porque el Mediterráneo no es solo un lugar: es una actitud. Es esa mezcla de sol en la piel, hielo en el vaso y planes que no necesitan justificación.

Y si terminas el día viendo atardecer con una copa en la mano, rodeada de amigas, sabrás que estás exactamente donde deberías estar. Que ese instante no necesita filtros ni hashtags, aunque tenga todos los ingredientes para ser inolvidable.

Este verano, vuelve lo que nos hace sentir vivas. Vuelven las fiestas, las risas sin guion, los brindis que se repiten como un mantra. Vuelve el espíritu de siempre, en versión más auténtica que nunca. Y sí, vuelve Larios, celebrando el Mediterráneo como solo sabe hacerlo: con personalidad, frescura y gin tonics en vaso de tubo que hablan el idioma universal del verano.

Headshot of Piluca Santos

Piluca Santos es periodista especializada en moda y belleza, aunque lo que realmente le hubiera gustado en la vida es ser modelo. Podría haber arrancado su trayectoria profesional ganando Elite Model Look, pero nunca se presentó (por falta de centímetros, obvio) y prefirió empezar su carrera en Vocento. Primero en la revista Pantalla, especializada en cine y televisión, y, más tarde, en Mujerhoy. Y, desde entonces, aunque nunca se ha subido a una pasarela, siempre ha estado vinculada al periodismo de moda y belleza en revistas de lifestyle, como la citada Mujerhoy, InTouch, Divinity, Mujer.es, Woman, Lecturas, InStyle, Clara, El Mueble, Elle, Marie Claire..., e incluso ha pasado por las revistas de 'Gran Hermano', 'La Voz'... Ahí es nada.

Actualmente, además de teclear en Esquire y Vozpópuli, trabaja en el departamento de comunicación de una marca cosmética. Vamos, esta chica es, como diría la gran Paquita Salas, una periodista 360: lo mismo te redacta una nota de prensa, que te recomienda los mejores retinoides o te cuenta las últimas novedades en champús anticaída. No hay nada en el mundo que le guste más que probar productos de belleza. Y sí, es de esas personas que cada vez que un pintalabios cae en sus manos tiene que estrenarlo, aunque siempre acabe usando el mismo 'lip combo'. Analiza con lupa los INCIS de los cosméticos y está encantada de ayudarte si alguna vez tienes alguna duda sobre belleza. A veces siente que Sephora se está perdiendo un gran talento.  

Con 8 años les dijo a sus padres aquello de "papás, quiero ser periodista". En 2006, por fin, pisó por primera vez la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Allí, además de catar una buena cantidad de palmeritas de chocolate de la mítica cafetería, reafirmó su vocación: quería vivir para escribir (o sobrevivir escribiendo, que es parecido, pero no es lo mismo). Sin embargo, después de licenciarse, pensó que le podía sacar más partido a su don de gentes y estudió un Máster en Dirección de Comunicación en CESMA Business School, donde le explicaron que un relaciones públicas no era una persona que repartía flyers, sino un 'guest relation'. Y, oye, sí que lo aprendió bien porque esta  formación, sumada a su experiencia como periodista, le sirvió para trabajar en la agencia de Comunicación y Relaciones Públicas Omnicon, catalogada como una de las mejores del mundo.  Madrugadora por convicción (y obligación, Piluca tampoco quiere engañar a nadie porque los artículos no se escriben solos), todavía no ha sacado tiempo para escribir una chick lit, su gran proyecto de futuro. Casi todos los días lo intenta. Casi el lunes, casi el martes, casi el miércoles... Pero ese mañana nunca llega ¿o sí?