"Mi nombre artístico, Yatra, viene de la India, y significa “camino sagrado a lo divino”. Es como una peregrinación, algo que hace mucha gente allí para encontrar la paz, el amor, a Dios... Me encantaba cómo sonaba y lo que representa, por eso lo elegí", cuenta Sebastián Obando Giraldo (Medellín, 1994), conocido públicamente como Sebastián Yatra. Con más de 28 millones de oyentes mensuales en Spotify y casi 29 de seguidores en Instagram –63,8 millones en el total de sus perfiles en redes sociales–, el cantante y compositor colombiano no se imaginaba que este inocente bautismo artístico sería como una premonición del punto vital en el que se encontraría en 2025, en pleno boom de su carrera y con su nuevo disco, Milagro, publicado este 16 de mayo.

sebastian yatra x ellepinterest
Rafa Gallar
Cazadora de napa y cinturón de malla metálica, ambos de Zadig & Voltaire, camisa de algodón de Mirto, pantalones con pinzas de Michael Kors, pañuelo de seda de Louis Vuitton y mocasines bicolor de Christian Louboutin.

Este estado de calma que le invade se transmite en cada uno de sus movimientos y palabras. Sebas, como le llama su entorno más cercano, se mueve despacio, relajado, sonríe bastante, confirmando que está cómodo, responde tranquilo, tomándose su tiempo y dándose espacio para divagar, sin presión, sin mirar la hora. "Estoy feliz, me siento en paz. Vivo mi carrera como si fuese un artista que está empezando, con esa misma ilusión y ganas, y con la suerte de llevar 10 años en la profesión, que me han traído cosas hermosas y el poder estar en una situación muy privilegiada. Tengo mucho que agradecer. Y quiero seguir disfrutando, vivirlo todo desde la emoción y no perder nunca la capacidad de asombro", afirma. De hecho, el derroche de sentimientos que transmite cada vez que habla de este nuevo trabajo, de los singles, de las colaboraciones que hay en él –la más especial, la que hace con su padre–, y de la gira que hará para presentarlo por todo el mundo –con parada garantizada en España–, tiene más valor si cabe viniendo de alguien que, con poco más de 20 años, consiguió fama mundial con su canción Traicionera, que tiene en su haber discos de oro, platino y diamante, que posee dos Latin Grammy, que ha estado en el número 1 de la lista Billboard y sonando en las radios del planeta entero con temas como Vagabundo, Tacones rojos, Robarte un beso, que ha colaborado con estrellas internacionales como Ricky Martin, Carlos Vives o Juanes, y que ha protagonizado Chicago durante cuatro semanas en Broadway (Nueva York) colgando el cartel de no hay entradas, como ocurre en todos sus directos. Y, aunque estos triunfos podrían ser como un huracán que zarandease su vida, todo lo contrario, Sebas se encuentra cada vez más arraigado a sus raíces internas y externas.

sebastian yatra x elle
Rafa Gallar
sebastian yatra x elle
Rafa Gallar
Traje de chaqueta, camisa de algodón, corbata fina y botines ‘cowboy’, todo de Dsquared2, gafas de Oliver Peoples y joyas en plata de Tiffany & Co. 

¿Te imaginabas el éxito que has alcanzado?

Sí, lo visualicé desde mi infancia. Yo era muy inseguro. Por ejemplo, cuando me gustaba una chica, no podía ni mirarla a los ojos, pero con mi carrera sentía mucha más certeza, sabía que lo podía lograr. El día que subí a un escenario por primera vez conscientemente para cantar fue a los 12 años. Fue en el colegio, para hacer de Troy en High School Musical, y ahí me dije: «Quiero ser cantante».

¿Cuándo sentiste que el sueño se podía hacer realidad?

Tengo una prima, Marala, que es cantante y, cuando yo era pequeño, hacía canciones que pegaban fuerte en Colombia. Gracias a ella supe que la música era algo a lo que uno podía dedicar su vida y se lo agradezco muchísimo. Además, su padre fue el primero que me llevó a un estudio. Tenía 12 años y grabé una canción que se llamaba Convéncete. Era muy dramática, en ese momento de mi vida yo veía el amor así (risas). Un año después, empecé a tomar clases de guitarra y mi profesor me propuso grabar algunos temas y enseñárselos a un productor. Y ya mi cabeza hizo clic.

Y ahora que te escuchan millones de personas, ¿han cambiado las cosas? ¿Sientes algún tipo de presión?

En el estudio no, igual un poco por cómo voy a promocionar las canciones. La creación para mí es lo más divertido, me siento como un niño. Me encanta arriesgarme y probar cosas, y la adrenalina de subirme a un escenario y que no todo esté garantizado. Acabo de estar en Broadway, 32 shows en un mes, y la última vez que había hecho teatro tenía 13 años. Y ahora, a los 30, ser protagonista de Chicago allí, actuando con algunos de los mejores actores y bailarines del mundo, con monólogos larguísimos... Amo esos retos. Eso sí, la primera noche, después de la primera función, colapsé de los nervios (risas). Me enfermé por la cantidad de presión que estaba manejando, pero cuando uno se dedica a esto, esos son los riesgos de esa carga emocional tan intensa.

"Soy cantante, no estoy aquí para imponerle mis opiniones a nadie y, además, es que son cambiantes"

¿Cómo es tu convivencia con la fama?

Está integrada en mi vida. No la veo como algo negativo o que me cause estrés, sino como una bendición gigante. Te pone una lupa encima, aunque, hoy en día, creo que todos vivimos con ella. Puede que sí me controle un poco más a la hora de hablar o mostrar mi intimidad, pero porque la gente es muy de juzgar con sólo una imagen o una palabra, sin escuchar todo lo que realmente dijiste. Lo de ir a por el titular resulta triste, porque hace que muchos se cuiden de ser ellos mismos, y no hay nada más bonito que poder expresar abiertamente cómo sientes las cosas.

¿Te ves libre para posicionarte en todos los temas?

Que cada uno haga lo que quiera, pero es que yo soy cantante, no estoy aquí para imponerle a nadie mis formas de pensar. Y, además, es que son cambiantes, no me gusta catalogarme en un pensamiento único. Nada es completamente blanco o negro, existen los grises. No conozco profundamente a ningún político como para defenderlo a muerte porque represente al 100% lo que pienso o soy. Estoy conectado con la actualidad y trato de estar pendiente, porque es difícil gozar de empatía si ignoras lo que está pasando. A mí me cuesta mucho tener opiniones sobre temas de los cuales no manejo mucha información, pero, en cualquier caso, no creo que deba expresarlas públicamente.

sebastian yatra x ellepinterest
Rafa Gallar
’Trench’ XL con cinturón de Ferragamo y vaqueros de Levi’s.

Tu nuevo disco se llama Milagro, ¿lo has sentido así?

Este nombre llevaba mucho tiempo en mi cabeza. Desde que hice Fantasía, hace seis años, sabía que quería escribir una canción que se llamase así, de hecho, la empecé y no la terminé, pero había ideas bonitas que quería recuperar. Hablaba de la relación de mis padres, que se conocieron por una llamada equivocada, un milagro.

¿Cómo fue esa conexión telefónica milagrosa?

A mi padre le tocó hacer un proyecto en la universidad con María Adelaida Mejía y le pidió su número a un amigo, pero le dio el contacto equivocado. Mi madre se llama María Adelaida Giraldo, así que, cuando mi padre llamó, se dio cuenta del error y le explicó, y ella le dijo: «No te preocupes, pero qué bien que me llamas porque me acaban de atracar y necesito alguien con quien desahogarme» (risas). Hablaron durante cinco horas, y así todos los días durante una semana. Se conocieron y ya no se volvieron a separar. Llevan 36 años juntos. Y es algo que está en este disco, esos acontecimientos que creemos celestiales, pero que están integrados en el día a día. Mi cuñada me regaló un libro, De regreso al amor, que dice algo superinteresante sobre eso: que un milagro puede ser algo tan sencillo como un cambio en la perspectiva, ver las cosas desde otro lugar. Este es un álbum que he creado viendo las cosas desde un punto diferente.

¿Cuál es ese nuevo enfoque que has adoptado?

Otra madurez. Por primera vez he tenido tiempo para escribir. Es un disco mucho más pop que Dharma, que era más reguetón, la única canción de fiesta es 2AM con Bad Gyal. Y Vagabundo, que cómo la voy a dejar fuera con las alegrías que me ha dado. La mayoría son baladas, está muy enfocado en las letras profundas. Llevo 10 años de carrera y agradezco estar escribiendo cosas distintas. Este trabajo me ha enseñado bastante y hay mucha empatía en él, que es una de mis fortalezas. Es una manera de vivir que te acerca más al amor, a la calma y a esforzarte, no sólo para cumplir tus sueños, sino para ayudar a los demás a hacer realidad los suyos también.

sebastian yatra x ellepinterest
Rafa Gallar
Abrigo de cuero, cárdigan azul marino de lana y pantalón con cinturón marengo, todo de Prada.

¿Qué papel ocupa la espiritualidad en tu vida?

Siempre tuve una relación muy especial con Dios. Desde niño fue algo muy consciente, pero se ha ido transformando. Antes era más dogmático, aunque me he ido abriendo al mundo, entendiendo de dónde venimos y las diferentes culturas. La espiritualidad siempre ha sido mi centro, mi raíz, y con los años he aprendido a confiar mucho más, a entregarme y soltar el control, aunque me ha costado bastante. Es muy bonito poder observar en este álbum ese lado tan autorreflexivo.

¿Cómo surgió la colaboración con tu padre?

Él pudo haber sido artista, tiene carisma, talento y una voz muy única. La canción es un cover de Óleo de mujer con sombrero, de Silvio Rodríguez, porque siempre lo escuchaba cantándola cuando era pequeño. Compartir con él esto me parece un milagro inolvidable.

¿Qué hay en tu vida además de música?

Lectura, ahora me tiene atrapado 21 lecciones para el siglo XXI, de Yuval Noah Harari. Me gustan los libros de autoayuda, de espiritualidad, las novelas históricas... Me apasiona escalar, la naturaleza, viajar... Mi hobby es estar abierto a probar cosas nuevas. Intento ir a la India cada año y hacer meditaciones. Aunque llevé a cabo una que se llama vipassana, en la que no puedes hablar ni mirar a nadie a los ojos, son meditaciones de 11 horas. Duraba 10 días y me escapé al quinto, no aguantaba más (risas).

sebastian yatra x ellepinterest
Rafa Gallar
‘Blazer’ marrón, polo de rejilla y zapatos de piel, todo de Gucci, vaqueros de Levi’s y gafas de sol de Cutler & Gross Edition.


¿Tienes algún desafío pendiente en tu lista?

Hacer muchas acciones con distintas fundaciones, quiero dedicar mi vida a ayudar. Y ciertos retos puntuales, porque me encantan. El año pasado fue hacer un maratón y corrí la de Nueva York en 3 horas y 48 minutos. Este año es realizar 25 dominadas seguidas. Me encantaría escribir un libro, rodar una película, cantar en inglés, girar por Asia, ser mejor cantando y con los instrumentos...

¿Estás exactamente donde quieres estar?

Sí, estoy muy conectado con la vida. Me hace feliz tener mi casa en Miami, porque crecí ahí, desde que llegué a los cinco años, y también estar conectado con Los Ángeles, donde hago música, con Argentina, México y España, países que amo y a los que voy mucho, y, sobre todo, con Medellín, que es donde viven mis padres. Tengo muy amplificado ese amor hacia la familia en este momento y me encanta.

*‘Grooming’: Jesús de Paula (Cool producciones).