- El loro donostiarra fugado Berritxu ha vuelto al redil. Alivio y celebración. El hogar de un yaco gris es la selva tropical, pero una vez domesticado tendría muy mal final en libertad. Su dueña Josune cuida a su madre dependiente en casa, así que los tres se pasan la vida juntos. Es decir, Berritxu nunca está solo —quizá de ahí la idea de la fuga—, anda suelto por las habitaciones y vive a cuerpo de rey. Se sabe la canción de “Sálvame”, el himno de la Real Sociedad, habla como el vasco que es (“¡ala, agur!”), avisa de sus deposiciones (“todo cagao”) y se enamora a cada rato de la gente que pasa por la calle. Vamos, como nosotros.
- De las mujeres se ha hablado mucho, pero siempre a ojo. Investigación y estudios específicos, pocos. Somos estoicas porque no nos queda otra.
- En el trajinar de los vecinos uno comprende que somos costumbres con patas.
- Ennio Flaiano: «La civilización es una cuestión de pies calientes. Donde los pies están bien tratados, el resto va bien».
- La balanza del viaje. En un lado, la logística: el aeropuerto, las esperas, los retrasos, las colas, la mala educación, los olores, los protocolos absurdos, los malos hoteles, el gentío, la trampa sacacuartos siempre al acecho. En el otro lado de la balanza, la ciudad en sí. ¿Compensa? Casi nunca. Mejor dejar tranquilos a los residentes.
- Además de su sistema de producción, algo que también dice mucho de una marca es su uso de la IA. Es comprensible si se emplea para mejorar la organización y el servicio de venta. Para sustituir un trabajo creativo —diseñadores, modelos, fotógrafos— mi no es rotundo. Voy tomando nota mental de las que lo hacen: H&M, Levi’s, Mango, Desigual, Valentino, Stradivarius, G-Star.
- Ser cristiano: sentir la vida como una deber y una deuda, algo necesitado de reparación y justificación.
- Si alguna vez os digo que quiero visitar los Emiratos, aturdidme de un cachiporrazo y dejadme en el asiento trasero de un coche que vaya hacia Pedraza, Chinchón, Zuheros o Llanes.
- Otra prueba más de que en Barcelona no somos muy listos son las trabas que se le pusieron a Christo y Jeanne-Claude cuando en 1975 propusieron el ‘Wrapped Monument to Cristobal Colón’. El proyecto se rechazó dos veces; en 1984 Pasqual Maragall quiso llevar la cosa adelante, pero ellos ya tenían el corazón en otra parte. La única huella de Christo en España, si me equivoco algún amable lector me corregirá, es su intervención en 1977 en las galerías Joan Prats y Trece, en aquellos tiempos en los que en Rambla de Catalunya había arte y no supermercados 24 horas.
- El camino que uno no tomó, aquella otra vida que no experimentamos, no conduce a un lugar muy diferente de donde estamos hoy.
- La seriedad solo tranquiliza al verla en los niños, jugando concentrados. En adultos inteligentes es síntoma de renuncia y malos tiempos. Es decir: de que la cosa pinta muy mal.
- El móvil como herramienta puntual, no como escapismo y compañía.
- Hablando de compañía, la filósofa Marina Garcés reflexiona sobre la amistad sin cursilerías en su nuevo ensayo, ‘La pasión de los extraños’. «Me inquieta escuchar historias plácidas de la amistad. No está hecha para hacernos sentir bien o mal. Los amigos son un elemento de distorsión de aquello que pensábamos ser, de nuestros límites. Nos empujan a lo extraño, lo desconocido. El miedo atroz al aislamiento social y a la soledad crean esa necesidad casi adictiva de la vida social y escenificada, aunque sea solo en las redes, en las que siempre hay otros».
Marta D. Riezu es periodista especializada en comunicación de moda y ha publicado dos libros: Agua y jabón (Terranova, 2021) y La moda justa (Anagrama, 2021).