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La noche de la Super Bowl pasan tantas cosas y hay tantos anuncios protagonizados por algunas de las caras más conocidas de la cultura pop que no es sencillo analizar todo lo que pasa a lo largo del encuentro deportivo, pero tras la "resaca Super Bowl" no hemos querido dejar de analizar el hecho de que Mark Wahlberg protagonizara junto a Jonathan Roumie un anuncio de la aplicación para rezar Hallow. La app pagó 7 millones de dólares para tener sus minutos de oro en un evento tan importante, una prueba evidente de que sus fondos son -permitidme el premeditado uso del adverbio- "milagrosamente" elevados.
En nuestro país Tamara Falcó se ha convertido una de las “guías” por las que apuesta la aplicación, tal y como lo anunció el equipo de Hallow en sus redes sociales a mediados de febrero. "¡Estamos emocionados de compartir con vosotros a los guías increíbles que nos acompañarán este año en Cuaresma 2025: El Camino", dijeron. Entre ellos, cómo no, se encontraba una sonriente Falcó.
“Estoy deseando poder vivir la Cuaresma con Hallow y poder compartir con cientos de miles de personas este tiempo que nos invita a caminar con Jesús, a aprender de él y a descubrir esa alegría profunda que viene incluso en los momentos más desafiantes", asegura la marquesa de Griñón en la web de la aplicación, a cuyas filas se ha sumado recientemente Gwen Stefani, algo que sorprendió a muchos de sus fans, que acusaron a la cantante de haber dado un giro 'tradwife' a su perfil.
"Se detienen al ver la cara de Mark [Walberg] y dicen: '¿Quién es? ¡Un momento! Reconozco a ese tipo de las películas. Se trata de colaborar con celebs para llegar a quienes no buscan en Google información católica o cristiana, no leen ni siguen medios cristianos, ni van a la iglesia, y por eso son personas muy difíciles de contactar", continúa el co-foundador y CEO de Hallow, Alex Jones.
Este tipo de aplicaciones se ha convertido en un caramelito para las inversiones. La popular app cuenta entre sus inversores con figuras como el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, mientras que la app Glorify tiene la ayuda financiera de Kris Jenner, Michael Bublé y James Corden.
Forbes resalta que los fondos de capitales de riesgo enfocados a estas apps, especialmente las cristianas, aumentaron de los 6,1 millones de dólares en 2016 a los 175.3 millones de dólares en 2021. La mayoría recurre a un modelo de suscripción y ofrece servicios de apoyo para la meditación, módulos de estudio bíblico y podcasts. Al parecer, la religión no está en crisis: ha cambiado de formato.
La fuerza de estas aplicaciones es que cuentan con un potente algoritmo que hace que sus vídeos se cuelen en los feeds de quienes no tienen ningún interés religioso, pero su fórmula es tan potente que logra que el contenido de cada clip esté relacionado con aquellas cosas que interesan a aquellos que jamás se habrían interesado por una app de este tipo.
“La comunidad cristiana es social y global, pero históricamente no ha apostado del todo por las nuevas tecnologías”, aclaraba a Reuters Connie Chan, de la firma de capital de riesgo estadounidense Andreessen Horowitz, otra de las compañías que han invertido en Glorify.
No es casualidad que la banda cristiana Hakuna (que junto a un sacerdote y una monja participa en el proyecto del que ya es parte Tamara Falcó) reuniera el año pasado a más de 15.000 personas en el Wizink. “Hakuna Group Music es un grupo de música del siglo XXI, compuesto por jóvenes que, a través de nuestra pasión por la música, queremos contar al mundo una verdad que vivimos y llevamos muy dentro”, reza la web. “Nuestra misión consiste en recordar al mundo la verdad del hombre y la belleza de la vida mediante la música, y nuestro lema es “cantamos lo que vivimos y vivimos lo que cantamos”, dicen.
En momentos de incertidumbre, son muchos quienes están recurriendo a la astrología y al horóscopo para intentar retomar cierta sensación de control pero la religión, que parecía no encontrarse en su mejor momento, ahora ha descubierto en la cultura pop a su mejor aliada. “La gente está cansada de la división política. Busca un lugar de paz y descanso. La verdadera visión de Hallow es crear ese lugar”, asegura a Wall Street Journal Alex Jones. Al fin y al cabo, como explicaba a Elle Charas Vega, la creadora de @charcastrology, "la religión es lo más cultura popular que existe".
La religión está en todas partes en el ciberespacio y el rabino local bien podría ser Google. Basta con poner cualquier reality americano de la temática que sea para que sus participantes hablen más de Dios que de sus Birkins, aunque tampoco hace falta irse tan lejos, pues Georgina Rodríguez hace lo propio en ‘Soy Georgina’. "Creo en brujerías, pero estoy muy protegida por Dios. Siento su protección. Le rezo a él, que me cubra con su manto divino y que me siga protegiendo", dice en su show.
“El cristianismo tiene un problema de marca”, dijo Phil Zuckerman, profesor del Pitzer College que investiga el ateísmo y la secularidad, a Jessica Grose mientras preparaba un artículo para New York Times. La periodista señala que el problema de la "marca" (emplea de forma consciente y predeterminada tal término) cristiana se siente más crítico en nuestra era política actual, porque la reacción de quienes no se identifican va más allá de lo que sucede en sus propias iglesias. Indica que pese a lo que la gente suele pensar, no es habitual que el clero cristiano exprese opiniones políticas partidistas durante los servicios religiosos. Pero no es extraño que tantos vinculen a la religión con la derecha más conservadora si tenemos en cuenta que JD Vance, que antaño fue considerado un "ateo furioso", se ha convertido al catolicismo poniendo en marcha una decisión que él aseguró era su forma de "unirse a la resistencia".
Pero como dice en Vanity Fair el analista David Lafferty, lo importante es preguntarse a qué se están convirtiendo realmente quienes como Vance lo hacen, si a la creencia en las enseñanzas de la Iglesia y en los principios fundamentales del cristianismo o si están abrazando el sentimiento anti-LGTBIQA+, antiglobalización y anticomunismo. “Hablo tanto de espiritualidad y de fe porque no tengo ninguna y me aterra el hecho de no tener nada a lo que agarrarme”, dijo Javier Calvo, experto junto a Javier Ambrossi en tratar la religión desde el prisma de la cultura pop con humor, pero no con mofa.
Porque ahora que están más de moda que nunca los perfumes con aromas eclesiásticos con fragancias como Incense: Avignon, de Comme des Garçons, y que incluso hay hoteles que apuestan por una decoración en la que las experiencias religiosas se entremezclan con las más rebeldes, como ocurre en el parisino Sinner, que tiene ese aire transgresor y eclesiástico que series como ‘The Young Pope’ han logrado capturar, es evidente que estamos ávidos de experiencias religiosas. Lo curioso es que pocas cosas gratis hay en el mundo y una de ellas era rezar, pero al parecer ahora hay quienes no dudan en ir a Apple Store para descargar una app con la que hacerlo pagando.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.