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Quienes han presentado los premios Goya tienden a decir que encargarse de orquestar la gala es un caramelito envenenado, pues rara vez las críticas son buenas y en realidad, encargarse de llevar el timón de una noche tan icónica no es nunca fácil. Por eso, elegir a la persona idónea para hacerlo en los Globos de Oro, donde no sólo se necesita el dominio del escenario, sino ser 'cum laude' en materia humorística, es sumamente complicado. Por eso tampoco es fácil que alguien quiera hacerlo.
“Resulta que mucha gente dice que no quiere presentar los Globos de Oro, algo que no comprendo. ¿Cómo puedes dejar pasar una oportunidad así? Es cierto que es una responsabilidad inmensa y que si fallas, es terrible, pero creo que si trabajas lo suficiente en el material de la noche, no va a salir mal”, dijo la presentadora de este año, Nikki Glaser, tras presentar los Globos de Oro. Pero no nos engañemos, ¿de verdad en 82 años nadie había sido capaz de apostar por una mujer que se encargara de presentar la gala? Porque Nikki Glaser acaba de hacer historia al ser la primera mujer en presentar los Globos de Oro a solas, y los medios internacionales coinciden en señalar que lo mejor de la noche fue ella. “Nikki Glaser salvó los Globos de Oro”, reza ‘Vanity Fair’. “¿Ha conseguido Nikki Glaser hacer que los Globos de Oro vuelvan a ser buenos?”, se pregunta ‘Vogue América’.
Su monólogo inicial fue una magistral lección de cómo engatusar a un público que necesitó más de un sorbito de Moët & Chandon para aguantar el tipo al temer que la cómica hubiera reservado para ellos algún chiste. Su dominio del tempo (algo esencial en la comedia), su completo desparpajo y sus divertidísimos e irreverentes chistes que dejaron a la gente boquiabierta sin ofender demostraron que Glaser, a quien ‘Hollywood Reporter’ ya ha llamado “la nueva reina de la comedia”, está hecha para esto. Pero, ¿qué es “esto”, exactamente? Hacer reír ante millones de personas que poco o nada perdonan.
“Hemos tenido una gran experiencia con ella y creemos que sería excelente que siguiera ejerciendo este papel”, ha dicho el productor ejecutivo de la gala, Glenn Weiss, a ‘Variety’. “Como alguien que produce y dirige entregas de premios, puedo asegurar que ella realmente ha encontrado aquí su lugar y lo ha hecho de miedo. Me encantaría que continuara”, añadió. Glaser pasó dos semanas seguidas ensayando su monólogo, que llevaba trabajando con su equipo desde noviembre, en clubes. La presentadora ha confesado que al haber contado los mismos chistes tantas veces en clubes (91 veces, para ser precisos), llegó un momento en el que no era capaz de saber si realmente tenían gracia. Comparó lo que se siente al contar una y otra vez los mismos chistes con cuando hablas por última vez con una pareja con la que has roto.
“Aunque estés cansada de ellos, obtienes algo a cambio en ese último adiós porque estás muy presente en el momento, por lo que todo parecerá ser otra vez algo nuevo", explicó a ‘New York Times’ antes de la gran noche. Y sin duda, todo lo que hizo y dijo sonó nuevo, fresco y divertido. Demostró que no hace falta ofender para hacer reír y que siendo su especialidad hacer chistes subidos de tono, estos pueden adaptarse a la televisión sin que haga falta que el monólogo tenga más pitidos que risas.
“Su monólogo fue una maravilla: un ataque salado e irreverente”, señala ‘The Telegraph’. Lo que ha diferenciado a Glaser de Ricky Gervais, que ha presentado la gala cinco veces, es que la cómica se ha negado a hurgar en heridas demasiado recientes o dolorosas, como por ejemplo, el drama legal entre Blake Lively y Justin Baldoni. Porque si algo tenía clarísimo, ha asegurado, era que ni iba a meter la pata -le sobra confianza, algo que aplaudimos- ni iba a terminar protagonizando un titular por un chiste inadecuado. Ofender es fácil, pero a Nikki Glaser no le gusta lo sencillo, sino lo magistral. “Hoy no vengo a machacarlos. ¿Cómo iba a hacerlo? Sois tan famosos, talentosos y poderosos… Podéis hacer casi cualquier cosa, excepto decirle al país a quien votar”, dijo al comenzar la gala, aludiendo al hecho de que pese a que celebridades como Beyoncé o Taylor Swift mostraran su apoyo a Kamala Harris, bien sabemos quién ha resultado ser el vencedor en las elecciones.
Para ser elegida como la presentadora de una gala tan importante no basta con ser graciosa, sino que hay que tener una imponente carrera que respalde la decisión, y la de Nikki Glaser lo es. Lo que necesitaba era ese momento clave para demostrarle al mundo que ella no tiene nada que envidiarle ni a Ricky Gervais, ni a nadie. El 5 de mayo se emitió en Netflix 'The Roast of Tom Brady', un programa especial presentado por Kevin Hart en el que Nikki se encargó, junto a otras figuras del deporte y humoristas, de hacer chistes sobre el exquarterback durante casi tres horas. De esa noche se recuerdan dos cosas: que Brady confesó haberse arrepentido de haberse prestado a ser el foco de los chistes y que Nikki Glaser había arrasado. “No sabía la magnitud que tendría. Sabía que iba a ser un gran momento de mi carrera, pero no que marcaría un antes y después", dijo Nikki Glaser a la revista ‘People’.
La cómica, que en los Globos de Oro lanzó increíbles pullas a estrellas como Ben Affleck, no dudó en contar al día siguiente a Howard Stern en su programa algunos chistes que su equipo y ella decidieron no incluir en la gala. Al escucharlos (son brillantes, pero algunos de ellos ciertamente polémicos), queda claro que Nikki Glaser sabe atender al público, aprender de los aciertos y errores de presentadores del pasado y sobre todo, ofender lo justo. Y eso sí que merece un Globo de Oro, porque no es fácil hacer bromas de masturbación a Nicole Kidman y meterte con la música de su marido mientras él abraza sonriente a la australiana.
Aún más difícil es hacerlo cuando sabes que tantas personas están tomando nota de todo para decidir si darte una segunda oportunidad. ¿La buena noticia? Todo indica que el año que viene, Glaser regresará, y tras ver el empeño que pone en ser la mejor, seguro que vuelve a serlo cobrando, esperamos, lo mismo o más que los que la precedieron… Sí: el final de esta historia es algo agridulce, porque ha confesado que ha cobrado menos que cómicos como Jerrod Carmichael, que se embolsó 500.000 dólares.“El año que viene cobraré más”, ha dicho. Al saber que se ha gastado unos 100.000 dólares en ver 22 conciertos de Taylor Swift, a la que ama, más le vale.
“Pregunté cuánto cuesta criar un hijo y cuando me enteré de la cantidad, decidí que no pasa nada por gastarme este dinero”, ha dicho sin tapujos y con esa ironía que en realidad, no lo es. Es imposible no reír cada vez que suelta semejantes bombas capaces de dejar a quien las escucha sin habla, y Nikki ha sabido comprender algo que el año pasado Jo Koy no entendió: que presentar los Globos de Oro no es lo mismo que actuar ante tu público, sino ante algunas de las celebridades más importantes del planeta y para una audiencia repartida por todo el mundo. “Si eres una mujer de más de 50 años, hablarán de tu regreso. Si eres un hombre, ¡felicidades! Vas a interpretar al novio de Sydney Sweeney", dijo Glaser.
El cierre es este porque ella es otro buen ejemplo de esos éxitos a fuego lento que tanto nos gustan, porque a sus 40 años se ha convertido en una de las mujeres por las que todo el mundo pregunta sin haber escondido jamás sus retoques estéticos, los trastornos alimenticios que ha padecido y las complicaciones que encierra triunfar en la comedia siendo mujer. Querido Planeta Tierra: el mejor cómico del momento es mujer, tiene 40 años y ninguna gana de no seguir arrasando.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.
