Entrar en el estudio de Teresa J. Cuevas es como hacer un paréntesis a las prisas del día a día, al 'llego tarde' y a la bandeja de entrada llena. Ahí, entre cuadros y esculturas, el tiempo parece detenerse o al menos, que avanzar a un ritmo más lento. Es como si cambiásemos el x2 del whatsapp por el -2, y se agradece.
Los colores blancos y beige contrastan con el negro más potente y es que esa contradicción, ese acertar en el error forma parte de su ADN. Un ADN en el que las luces jugan un papel fundamental y que le ha llevado a triunfar en lo que más le gusta hacer y lo que mejor se la da, crear y contar historias que se transforman en cuanto encuentran un nuevo hogar.
Aunque el gran público puede que la conociera cuando María Pombo enseñó su casa y dos grandes cuadros llamaron la atención de todos, el éxito de Teresa va mucho más allá que picos puntuales de fama. Hay mucho trabajo, mucha dedicación y sobre todo mucho amor a su trabajo.
Le gusta la fotografía, hacer collages, las series y las películas y por supuesto, viajar. Carmen Bejerano es redactora jefe de ELLE.es, donde lleva trabajando 16 años. Se licenció en Periodismo en la Universidad San Pablo CEU y, desde las prácticas, ha desarrollado su carrera en medios digitales. Necesita probar cualquier novedad de belleza que salga, Instagram no tiene secretos para ella y la ropa le pierde. Dice que algún día hará détox digital y le encontrarán en una isla perdida, pero nadie le cree.
