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Para unos, la Navidad en familia es algo muy especial que nos da la oportunidad de reunirnos con parientes que quizás viven lejos o que no solemos ver y ponernos al día, sintiéndonos todos más unidos por las fechas. Para otros, sin embargo, cenar, comer o merendar en familia es lo más parecido a un campo de minas antipersona: no sabes qué paso dar para que no te estalle la bomba en toda la cara y empiecen las discusiones, los reproches, los malos rollos...
Si alguna vez te ha tocado sentarte al lado de la tía tóxica de tu novio o del prometido de tu hermana cuyas ideas políticas son exactamente las contrarias a las tuyas, sabrás perfectamente de lo que hablamos cuando decimos que la Navidad puede ser un infierno. Afortunadamente, hay algunas maneras de hacer que el infierno se convierta en cielo y la mayoría pasan por evitar los temas espinosos de siempre y llevar la conversación hacia terrenos más seguros. Hagamos un repaso muy rápido de los temas de conversación que has de evitar a toda costa en las cenas navideñas.
Temas que no han de salir jamás en las cenas navideñas en familia
Conflictos familiares
Esto es un clásico, pero conviene recordarlo. Las cenas de Navidad no son el mejor momento para sacar ese conflicto familiar enquistado que tienes desde años con tu cuñado o para decirle a tu tío que en los últimos años ha estado más ausente o que tu hermana no ha aportado el mismo dinero para cuidar a la abuela. Hay tres opciones: o dejáis las cosas como están, o las solucionáis antes o las solucionáis después. Todo el mundo seguro que tiene una opinión sobre el conflicto y no es momento de que salgan a relucir.
Religión
Vale, concedemos que la Navidad tiene un fondo religioso, al menos en España (aunque cada vez más gente celebra el 24 por la llegada de Papá Noel y no por el nacimiento de Jesús). Pero da igual que seas ateo o el más religioso del mundo, la mesa de Navidad no es el lugar adecuado para hablar de religión. Las diferencias aparentemente pequeñas en los puntos de vista religiosos pueden ser gigantescas. Saca solo el tema cuando sepas seguro que todos los comensales piensan lo mismo que tú sobre la religión... y si no tenéis otra cosa de qué hablar.
Lo geniales que son tus hijos
Ya, ya. Estás deseando que se reúna la familia para comentarle los sobresalientes que han sacado en el cole, lo bien que se les da tocar la flauta o que se comen sin rechistar todo lo que pones en el plato. Lo entendemos, porque tus hijos son increíbles y estás orgullosa de ellos. Pero es que exponer todo esto puede llevar a la competencia y a que otros asistentes lo pasen mal. ¿Y si los hijos de tu hermano han traído todo suspensos? Imagínate cómo se va a sentir.
La nueva dieta o el plan deportivo que has empezado
Esto es un poco más de lo mismo. Aparte de que ponerse a dieta justo en Navidad no es buena idea, hablar del régimen que has iniciado y que te ha llevado a perder X kilos no es lo mejor que puedes hacer en estas jornadas en las que lo básico es comer (y mucho). Y lo mismo pasa si te has apuntado al gimnasio o estás preparándote para el maratón: la gente se puede sentir mal y/o insegura. Todos seguro que estamos trabajando en mejorar la salud y el bienestar, pero no lo vamos contando.
Opinar de las decisiones vitales de otros
Tu hermana de 40 años no tiene hijos. Tu tío, recién divorciado, está saliendo con una joven de 20 años. Han pasado 3 años desde que tu hijo terminó la carrera pero no ha encontrado trabajo. Son situaciones 'bomba' de las que es tentador hablar cuando toda la familia está reunida pero, créeme, es completamente inoportuno e infructuoso. Si empiezas a ver que la conversación de la cena o comida de Navidad va en esa dirección, hazle un favor al protagonista (puedes ser tú) y cámbiala cuanto antes.
Política y noticias
Lo entendemos: en telediarios de una hora hay muchas noticias para comentar, desde lo último que ha hecho el gobierno hasta cómo evolucionan las guerras en el planeta, por no hablar de temas más sociales como la violencia de género o feminismo. Entendemos que hay mucho de qué hablar pero como lo más probable es que no todo el mundo piense lo mismo y no se vaya a generar un enriquecedor debate sino una acalorada discusión, mejor no sacar estos temas. No vas a hacer que nadie cambie de opinión sobre nada en este entorno, y el drama es básicamente un hecho.
Qué hacer si se avecina un drama en la mesa navideña
Ahora que ya sabes qué temas no debes sacar en las cenas familiares, es el momento de darte algunos consejos sobre qué hacer si alguien ya ha comenzado una conversación peligrosa y el drama se avecina.
- Distrae la atención de la persona que ha metido la pata: Todo el mundo tiene algo bueno, incluso el típico metepatas que saca alguna de las conversaciones prohibidas. Hacer un elogio y luego preguntar algo es una buena maniobra de distracción. Por ejemplo, si tu tío ya está borracho y comienza a opinar sobre el Congreso, nada mejor que elogiar el cordero que ha hecho y pedirle la receta.
- Búscate un aliado antes de la cena: si vaticinas que este año hay drama navideño, búscate un aliado para trabajar juntos y mantener alejadas las conversaciones complicadas, llevándolas en una dirección completamente nueva. Si es necesario, pensad en un gesto que os sirva de señal secreta para comenzar la estrategia.
- Usar la asociación de palabras: no queda demasiado 'fino', pero es muy eficaz. Consiste en escuchar lo que alguien está diciendo, elegir una de las palabras que ha utilizado y convertirla en una nueva conversación. Por ejemplo, si tu suegra está criticando cómo duerme al bebé tu hermana, podrías decirle: "Quería aprovechar para preguntarte si has tenido alguna vez problemas de insomnio". Éxito garantizado.
Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer.
Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes.
Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter.
Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.