"¿Tú consigues un ascenso en tu trabajo o uno nuevo? No, ¿verdad? Entonces, ¿cada año que trabajas es un fracaso? ¿Sí o no? No, cada año trabajas para conseguir algo, una meta: sea un ascenso, cuidar de tu familia o a tus padres. No es un fracaso, son pasos hacia el éxito. Michael Jordan jugó 15 años, ganó seis campeonatos. ¿Los otros nueve años fueron un fracaso? ¿Eso es lo que me estás diciendo? Es una pregunta equivocada. No hay fracaso en el deporte. Hay días buenos y malos días. Hay días en los que triunfas y otros en los que no. Algunos días es tu turno y en otros no. De eso se trata el deporte. No siempre ganas”. Con estas palabras Giannis Antetokounmpo alcanzó la viralidad al responder a un periodista que tras una dura eliminación de su equipo, los Milwaukee Bucks, en los playoffs de la NBA, quiso etiquetar lo acontecido como un fracaso. Su discurso es la percha perfecta para plantearnos no sólo si hemos demonizado al fracaso, sino también si en ocasiones, no lo hemos idealizado.

    «Fracasar» significa «no tener» y eso al capitalismo no le sirve

    “Aceptar un fracaso en un mundo donde el sistema te obliga a mostrar lo que tienes, porque eso es lo único que vale, se vuelve muy difícil, casi imposible. «Fracasar» significa «no tener» y eso al capitalismo no le sirve. La frase popular «Errar es humano» pierde completamente el sentido y desaparece la humanidad en la política. Las muestras de vulnerabilidad son inaceptables; nos convertimos en piezas inertes de un sistema que nosotros mismos creamos”, escriben Pepe Villatoro, Carlos Zimbrón, Leticia Gasca y Luis López de Navael en ‘Léase en caso de fracaso’.

    “Vivimos en una cultura en la que aprendemos por ensayo y error, pero se castiga el error"

    “El éxito está idealizado, y todo empieza en el propio concepto, que va cambiando a lo largo del tiempo. Hay que sanar los fracasos y estar agradecida. Con cada pasito, hay que aprender a agradecerlo”, aseguró la cantautora María Peláe en el ciclo de conferencias 'Peccata Minuta. No solo buenas prácticas'. La productora e impulsora del ciclo, Cristina Abelló, explicó cuál fue la reflexión que dio origen al ciclo: “Vivimos en una cultura en la que aprendemos por ensayo y error. Y sin embargo se castiga el error. La mayoría de nosotros prefiere no correr riesgos, no equivocarse, no fallar, es decir, no fracasar. ¿Desde cuándo le hemos concedido al término fracaso la posibilidad de generarnos angustia, frustración, ansiedad, miedo?. No se puede ser perfecta en todo. Buscar la perfección no sólo te convierte en víctima de ansiedad, sino en una persona que es incapaz de vivir su propio éxito”, aseguró.

    Éxito vs fracaso
    Gregory Scaffidi

    Tras una temporada en la que las películas, docuseries y documentales que exploraban numerosos y conocidos casos en los que la estrella es el repetido traspiés, ahora el cine ensalza la figura de esas personas (hombres, por cierto, pero hoy no vamos a abrir ese melón) que han triunfado por encima de las dificultades. Desde cómo el ingeniero Alekséi Pázhitnov creó el Tetris hasta el nacimiento de las deportivas Air Jordan, al enfocarse la narrativa en resaltar cómo tras los fracasos nace el triunfo, no podemos dejar de señalar que vivimos inmersos en un storytelling que emplea al fracaso precisamente como la excusa perfecta para seguir hablando del éxito.

    "El fracaso no es una promesa infalible de éxito"

    “Los eternos impulsores de la cultura del «échale ganas» ahora te dicen en tuits, en posts de LinkedIn y piolines de tía en WhatsApp que, para llegar al éxito, tienes que fracasar en algún momento y, ya entrados en calor, que no temas, porque el fracaso te lleva al éxito. Hay que trabajarnos para aprender del fracaso y es posible que nos oriente el camino hacia lo que valoramos, pero no es una promesa infalible de éxito”, advierten los autores de ‘Léase en caso de fracaso’.

    “En el 80% de las historias, después de contar un fracaso, inevitablemente tenemos el impulso natural de contar qué pasó después, probablemente para aminorar el golpe o para tratar de equilibrar el fracaso con un poquito de éxito. Todos quieren escuchar una buena historia de éxito. ¿No es cierto? Nosotros no. Compartir el fracaso te permite hacer un análisis más profundo de la crisis, te brinda un momento de catarsis, de desahogo y, con suerte, te permitirá aprender”, señlan los creadores de Fuckup Nights, un movimiento global y una serie de eventos donde se comparten historias de fracasos.

    Mientras que la forma en la que reaccionamos ante el fracaso y nos relacionamos con él nos define, la manera en la que abordamos el éxito no es tan relevante. Así lo asegura en ‘In Praise of Failure’ by Costica Bradatan, que señala que el valor de fracasar radica en que evoca un despertar existencial vital para darnos cuenta de quiénes somos.

    Quizás la enseñanza de todo esto sea que no hay que demonizar al fracaso, pero tampoco romantizarlo, pues no siempre por fracasar y tropezar vas a lograr el éxito. Si tenemos esta idea en mente podemos caer en la frustración, y ese sí que es un fracaso. Es posible que no seamos los siguientes creadores de Tesla y que coleccionemos tropiezos, y la importancia radica en aprender de los errores sin romantizarlos, porque una cosa está clara: fracasar escuece, no conduce inevitablemente al éxito y ante todo, no mola. Al menos, eso sí, intentemos perderle miedo al fracaso, que como decía Émile Durkheim, es la carga más grande de vivir en el capitalismo.

    Headshot of Marita Alonso

    Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.

    Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.

    Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.