Tiene que remontar 2022. Va el año tan lanzado que, si nos despistamos, deja a 2021 en ridículo en marzo. He rebuscado hasta encontrar una novela que me hiciera llorar de la risa. No es sencillo eso. Arrancarle una carcajada al lector es más complicado que arrancarle una lágrima. Prohibido nacer, de Trevor Noah, es una de esas excepciones. El libro es una autobiografía, y parte de que Trevor no debía existir. Hijo de una negra xhosa y un blanco suizo, era una rareza en Sudáfrica, un fallo del sistema racista que mantenía las etnias cada una en su lugar. «La genialidad del apartheid fue lograr que la abrumadora mayoría de la población se culpara entre sí. Dejando a un lado el odio, todo se reducía a esto: dividir a las personas en grupos y hacer que se odiaran entre sí, para poder controlarlos a todos».
Eso hacía que su padre tuviera que darle un empujón y apartarlo de su lado cuando paseaban juntos. O incluso que su madre, para salvarle la vida, lo lanzara en marcha desde un coche. O que su abuela, con una pedagogía muy cuestionable, no fuera capaz ni de pegarle: «Con un niño negro, sé cómo hacerlo. A un niño negro lo golpeas y se queda negro. Trevor, cuando lo golpeas, se vuelve azul, verde, amarillo y rojo. Nunca antes había visto todos estos colores. Tengo miedo de romperlo. No quiero matar a un hombre blanco. Tengo tanto miedo. No quiero tocarlo. Y nunca me tocó».
Vale, ahora debo hacer remontar yo esta reseña. De verdad: es un libro de humor. Es más, Trevor se convirtió en humorista de éxito en Estados Unidos. «Mi madre era una experta en romper un hueso de pollo y sacar hasta el último trozo de médula que había dentro. No comíamos pollos. Los borrábamos. Nuestra familia era la pesadilla de un arqueólogo. No dejábamos huesos atrás».
La manera que tiene de hablar de las miserias de su familia y de las suyas propias hace que la realidad se transforme. Ese es un don bastante raro junto con la risa. No cabe aquí entera, pero hay una anécdota de Trevor que incluye caca, un cubo y la casa de su abuela; si con ella no remontáis algo 2022, lo tenéis difícil. Ánimo.
Lleva más de 12 años dirigiendo y creando contenidos digitales en revistas de moda, belleza, cultura y estilo de vida. Los perfumes, leer y las películas del fin del mundo ocupan un alto porcentaje de su tiempo libre, cuando no está leyendo el móvil. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y ha publicado tres libros.