Llevamos casi un mes en el que no se habla de otra cosa: que si va a haber un apagón energético mundial, que si nos tenemos que preparar y almacenar víveres y más cosas para una situación previa y parecida al fin del mundo, que si la crisis eléctrica que estamos padeciendo anuncia un cambio completo del suministro eléctrico...

Son cuatro ya los días consecutivos que el precio del megavatio/h se paga en el mercado mayorista a más de 200 euros. Concretamente ayer, domingo 22 de noviembre, alcanzó un nuevo récord de 229,62 euros el megavatio/hora (MWh). Octubre fue el mes más caro de la historia en el precio de la luz, con una media diaria de 200,06 euros/MWh, con lo que esto encarece nuestra factura de la luz.

La subida de los precios de la energía tiene muchos factores y además se va reajustando según los sucesos socioeconómicos diarios. Las condiciones climatológicas adversas de un otoño que se recrudece en invierno, el aumento en la demanda de la materia prima o el cierre del gasoducto Magreb-Europa –una de las vías que traía el gas desde Argelia– son algunas razones.

Después de la pandemia, la erupción del volcán, las guerras, las crisis de hambrunas... este gran apagón (o 'blackout') se define por un corte de luz masivo que sucedería en Europa o en todo el mundo y que tendría una duración indefinida. Podría venir por sobrecargas en la red eléctrica, hackeos informáticas, tormentas solares... Pero, ¿qué tiene de fundamento?

¿Quién dio la voz de alarma?

A finales de octubre, se dio a conocer en Austria un informe que, bajo el título 'Sicher, und Morgen?' ["Claro, ¿y mañana?"] alertaba de los peligros de un gran apagón que podría sufrir toda Europa en los próximos 18 meses, que nos dejarían sin energía, infraestructura y suministros. El Gobierno austríaco apoyó la idea con una enorme campaña publicitaria y, además, la ministra de Defensa, la conservadora Klaudia Tanner, echó más carne al asador declarando: "La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo".

vista aérea de una ciudad
[Hans Henning Wenk]//Getty Images


Otros países también mostraron su preocupación y se han puesto manos a la obra. Suiza avisó a sus ciudadanos, y un diario de ese país filtró un documento del Gobierno en el que alertaba de que podría suceder y que sería "la peor amenaza para Suiza" en la actualidad. En Alemania, previsores como nadie, hace un mes celebraron en Renania del Norte-Westfalia una jornada acerca de 'Blackout (apagón): qué hacer si nada funciona'.

Sin indicar el motivo concreto, el Ministerio de Comercio de China pidió a sus ciudadanos que almacenase en casa "cierta cantidad de productos de primera necesidad para hacer frente a las necesidades cotidianas y a casos de urgencia". Por su parte, Barack Obama, antes de ser relevado como presidente de Estados Unidos por Donald Trump, pidió crear un plan para garantizar el funcionamiento de los servicios en caso de que tenga lugar un evento solar extremo.

¿Por qué podría suceder?

Europa es un Viejo Continente de recursos mal administrados, con poca logística y con muchas importaciones. Nuestra infraestructura es francamente vieja y dependemos mucho de las importaciones y de la seguridad: al ser tan antigua, es fácil que sea víctima de sabotajes.

Por otro lado, ya solo los negacionistas cierran los ojos a la importancia del cambio climático. Fenómenos a los que algunos no dan importancia, como la caída del nivel de agua de los ríos, afecta a la producción de centrales hidroeléctricas y a las termoeléctricas, que no se enfrían como es debido. Las centrales de carbón también están viéndose comprometidas por fenómenos meteorológicos inesperados.

El informe 'Sicher, und Morgen?' plantea además el problema que supondrá en Europa el cierre en 2022 de las últimas seis centrales nucleares alemanas, algunas en Francia y varias centrales de carbón en Polonia, a las que por el momento no se ha planteado alternativa.

Como hemos dicho más arriba, Europa es asimismo un continente que depende mucho de las importaciones. Las previsiones dicen que, para 2025, un 70% de las conexiones eléctricas transfronterizas deben usarse para comercio eléctrico y esto debería favorecer el intercambio, pero también serán más fáciles las interrupciones y, quizás, un apagón masivo.

Finalmente el coronavirus también estaría entre los motivos de un gran apagón. Como consecuencia del parón productivo, se generó un exceso de electricidad en Europa y una disminución de materias primas. Además, se ha retrasado el cierre de 13 de los 57 reactores nucleares que debían apagarse a finales del pasado febrero.

energía eólica en las altas montañas
yangphoto//Getty Images

¿Podría suceder en España?

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, descartó en seguida y "con rotundidad" ese riesgo y aseguró que el suministro de electricidad en España está garantizado. Desde Greenpeace nos explican por qué es 'improbable' que este gran apagón energético suceda en nuestro país:

Tenemos suficientes plantas de generación de electricidad para abordar el pico de demanda que se avecina por el invierno. De hecho el récord de demanda instantánea se dio en 2017 (45.450 MW) y hay capacidad instalada para más del doble (109.070 MW);

•Por lo tanto, también en caso de que se dieran apagones en otros países de nuestro entorno, España tiene capacidad de generación de electricidad suficiente para poder funcionar prácticamente como una isla eléctrica y auto sostenerse;

•Y no es probable que haya desabastecimiento de fuentes de energía para alimentar a esas centrales de producción a lo largo del invierno. Las energías renovables siguen disponibles independientemente de las dinámicas geopolíticas. Y por otro lado, hay almacenadas en España unas existencias de seguridad de gas fósil equivalentes al menos a 40 días del consumo total nacional previsto para el invierno.

Sin embargo, si todavía tienes algún amigo obsesionado con la posibilidad de que haya un apagón energético y que esto provoque el fin del mundo... ¡que al menos le pille con el kit de supervivencia completo! Hemos elegido a continuación un 'shopping' con ideas para regalar a alguien que se esté preparando para el fin del mundo.

Todo lo que debe tener un kit de supervivencia
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Caja con 50 pastillas para potabilizar agua (6,95 euros).

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Linterna a pilas de 9 leds con duración de 62 horas, de Varta (7,99 euros).

Pilas
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Paquete de 48 pilas básicas doble A (13,79 euros), de Amazon Basics.

Lámpara con energia solar
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Linterna de camping que funciona de tres maneras: con cable micro USB, panel solar o girando una manivela. De Mesqool (27,99 euros).

Botiquín de primeros auxilios
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Con 22o elementos, como hielo frío, tiritas, guantes de vinilo... (27,99 euros).

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Navaja con 7 herramientas y 13 funciones: destornillador, punzón, aguja de coser, serrucho de madera.... (24,48 euros), de Victorinox.

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Hornillo de gas de acero inoxidable con maletín de plástico para uso en exteriores, de Maxsun (42,69 euros).

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Mantas térmicas con aislamiento de alta densidad, compactas y fáciles de plegar. Pack de 10 de Bramble (14,90 euros).

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Parka de invierno con capucha (129,90 euros), de Geographical Norway.

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Caja de tampones formato ahorro con 128 unidades (24,99 euros), de Tampax.

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Caja fuerte portátil para guardar dinero en efectivo (11,70 euros), de Rapesco.

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Cuerda de supervivencia de 30 metros (12,99 euros), de HellDoler.

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Cerillas antitormenta, 60 unidades, resistentes al agua (6,95 euros).

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Brújula con espejo (11,95 euros).

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Con transceptor de doble banda, pequeño y ligero (103,99 euros), de Retevis.

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Cuaderno clásico tipo Moleskine (7,65 euros), de Amazon Basics.

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Pack de 36 lápices HB (21,48 euros), de Staedtler.

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Pack de 100 velas de supervivencia de 8 h de duración cada una (14,99 euros), de Pajoma.

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Y por si lo quieres todo en una sola compra... ficha el kit de supervivencia de Poktlife (74,85 euros).

Headshot of Begoña Alonso

Begoña Alonso es experta en ocio, cultura y estilo de vida, coordinando la sección de Living en Elle.es desde hace más de seis años. Llevar la sección de Living supone que lo mismo escribe un reportaje sobre las mejores series de terror de Netflix, que un artículo de viajes y lunas de miel, un perfil de una activista feminista o un listado de los mejores libros de la historia que tienes que leer. 

Siempre suele decir que la vida no le da para todo: libros, agenda, música, ocio, cine, series, plataformas de streaming (Netflix, Amazon, HBO, Disney+, Filmin, Movistar+, Apple TV+…), maternidad, televisión, feminismo, viajes, cultura, ‘lifestyle’, motor, tecnología… Pero es capaz de llegar a todas partes para ofrecer siempre los contenidos más actuales e interesantes. 

Begoña Alonso se licenció en 1999 en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta casi con 30 años de experiencia en la profesión. Se estrenó en medios locales como Huelva Información o Las Provincias, pasó por radios vecinales haciendo programas de cine y luego aterrizó en el mundo del papel, en medios como La Razón, Maxim o Reporter. 

Tras 9 años dedicada al ‘branded content’, Begoña lleva una década en ELLE, el mismo tiempo que ha transcurrido desde que consiguiera el Premio 20 Blogs por ‘The Best of the 80s’, un blog de música de los 80, una de sus pasiones. También adora las películas de boda y se pasa más tiempo planificando viajes que llevándolos a cabo, pero eso es otra historia.