Hace años tuve afasia temporal. Me di un golpe en la cabeza y, al despertar, no podía comunicarme. Cuando la enfermera me preguntó de dónde era, vi Pamplona, los sanfermines e incluso a Induráin (la estrella local), pero no conseguí nombrarlos. Después de unas horas, recordé con ayuda algunas palabras, pero hasta que me trajeron el bolso, que se había quedado en la ambulancia, no fui capaz de pronunciar mi nombre. Aunque duró poco, nunca me he sentido tan perdida como entonces. Por eso me moría de pena al ver a Michka, la protagonista de Las gratitudes, de Delphine de Vigan, ir perdiendo las palabras.

Anagrama Las gratitudes: 1041 (Panorama de narrativas)

Las gratitudes: 1041 (Panorama de narrativas)

La anciana vive sola hasta que la afasia y los vértigos la obligan a irse a una residencia. Una exvecina y el logopeda del centro la ayudarán, porque antes de que se le borren todas las palabras, quiere dar las gracias a una familia que la protegió durante la ocupación nazi. Es una novela contenida, que se lee rápido, pero nada de eso le resta fuerza, ternura e intensidad. «Cuando los veo por primera vez, siempre busco la misma imagen: la imagen de antes. Tras sus miradas borrosas, sus gestos in-seguros, sus cuerpos encorvados o doblados por la mitad, busco al muchacho o la muchacha que fueron como quien pretende descubrir el esbozo original de un dibujo repasado torpemente con rotulador. Los observo y me digo: ella también él también amó, gritó, gozó, nadó y corrió hasta perder el aliento, subió las escaleras de cuatro en cuatro, bailó toda la noche. [...]. Voy en busca de la imagen e intento resucitarla, no puedo evitarlo».

No es lo mismo decir: «Pásame la sal. Gracias». «Gracias por ese piropo». «Gracias por colarte». O «gracias porque te debo la vida». Pero, a pesar de usar la palabra de mil maneras y de su sencillez, no ha perdido ni un poco de su fuerza. «Cuando le pregunté cómo habían podido resistir aquellos tres años, me dijo estas palabras textualmente: “Empiezas diciéndole que no al mal. Y luego ya no tienes elección”». Delphine: gracias por el libro.


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Amaya Ascunce
Digital Director

Lleva más de 12 años dirigiendo y creando contenidos digitales en revistas de moda, belleza, cultura y estilo de vida. Los perfumes, leer y las películas del fin del mundo ocupan un alto porcentaje de su tiempo libre, cuando no está leyendo el móvil.  Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y ha publicado tres libros.