Todos conocemos la faceta más divertida y gamberra de Patricia Conde, pero su paso por 'Masterchef Celebrity 7' nos ha descubierto, entre otras cosas, su don para la cocina y, en especial, para la repostería. Como buena libra que es, se considera curiosa por naturaleza, consecuente con cada decisión que toma y seguidora "del aquí y el ahora", cualidades que le han servido de mucho en la cocina, una afición que, asegura, le ha venido por sorpresa y en la que no puede sentirse más en su salsa. No hay más que verla en acción para darse cuenta.
Así lo pudimos comprobar en el ratito que pasamos con ella preparando una deliciosa tarta de bizcocho y frambuesas, sin gluten porque es celíaca y sin lactosa (muchos celiacos y sensibles gluten también son intolerantes a ella), cortesía de la firma Schär, la marca por excelencia en alimentación específica sin gluten. Entre varillas, moldes y espátulas aprovechamos para conocer la receta y, de paso, para saber más sobre esta pasión por el mundo de los postres, su primera experiencia en un 'reality' y cómo es vivir con una enfermedad donde la alimentación tiene el papel protagonista.
¿Crees que has heredado de alguien ese gusto por la cocina?
Mi abuela era una gran cocinera y siempre estaba cocinando para todos. La recuerdo haciendo filloas, buñuelos, un montón de postres. Aunque es verdad que no lo he heredado, sino que me ha venido solo. Si me está viendo desde algún lado estará muy orgullosa, pero también flipando. Yo era más de estar pensando en viajes, pero no en el tema de la cocina. Lo que yo hacía en casa veía que era algo normal y natural en mi condición de mamá, para alimentar a mi hijo, hacerle cosas diferentes y ricas, y no limitarme a lo de siempre. Esto me ha pillado casi por sorpresa. Y la sorpresa también ha sido que me guste y que no lo haga por el programa en sí. Lo he hecho por mí y sé que me va a venir muy bien para ese sueño de futuro que me gustaría que se cumpliese: estar en mi casa tranquilamente cocinando para los míos.
¿Recuerdas algún plato que te hiciese especialmente feliz comer cuando eras pequeña?
La pizza. Llegaba el viernes y sabíamos que eso significaba que había pizza y peli. Aquellos planes en familia me encantaban y siempre asocio esa comida a momentos felices de mi vida. Mi favorita era la de bacon. Todavía me acuerdo de cómo sabía, tan rica, tan grasienta y con todo su gluten. Luego lo pasaba fatal porque ahí todavía no sabía muy bien qué me pasaba. Solo podía pensar en lo feliz que me hacía comerla.
¿Cómo te empezaste a dar cuenta de que podías ser celíaca?
Al margen del dolor tremendo, lo que más me preocupaba es que me sentía muy triste cuando comía determinadas cosas. Yo era una niña muy alegre y muy curiosa, con un punto de rebeldía y chispa. Sin embargo, cuando comía gluten no me apetecía hacer chistes, ni canciones tontas ni grabar con la cámara de vídeo de mi padre (y eso que siempre estaba con ella). Terminé relacionándolo con determinadas comidas y, al final, acababa renunciando a ellas. Mi cuerpo empezó por sí mismo a evitar esas cosas que me hacían tanto daño. No obstante, no me diagnosticaron oficialmente la enfermedad hasta los 22 años.
¿Te resultó difícil al principio convivir con ello?
Por aquella época vivía sola en Madrid, me acababa de mudar, estaba recién diagnosticada y no sabía hacerme ni un huevo frito. Estaba acostumbrada a que, en Valladolid, mi familia me diese muchas cosas hechas. Me tuve que poner las pilas y empecé a investigar dónde podía comprar productos sin gluten porque por aquel entonces en los supermercados casi no había nada y, además, había que ser muy hábil para detectar cuáles podían llevar trazas. Ahora, con marcas como Schär y la cantidad de harinas diferentes que hay es mucho más fácil.
Ahora ya que has podido experimentar y probar, ¿asan es tu plato 'gluten free' estrella?
Hago una pasta boloñesa muy rica, con una receta que me inventé yo y que he ido mejorando con el tiempo, y le meto mucha verdura para engañar a mi hijo. Es un plato que me gusta mucho pero, sin duda, la repostería es mi fuerte. De hecho, he estado yendo a la escuela Le Cordon Bleu a aprender y es verdad que he invertido muchas más horas de las que correspondía porque me apasiona. Y de tanto que me gusta, la 'carrot cake' se ha convertido en mi especialidad. Y el 'brownie', que llevo haciéndolo desde que mi hijo nació.
Has estado estudiando cocina, ¿te consideras alumna aventajada o de las que van un poco rezagadas?
No sé si seré alumna aventajada, pero soy una persona muy curiosa y, si hago algo, lo quiero hacer bien. En las clases que he tomado me he sentido muy a gusto. También he estado en varios restaurantes, como en Coque o en el Cigarral del Ángel. Me han enseñado a tener disciplina en la cocina y he aprendido cosas que me han hecho sentir verdaderamente útil. En Coque, por ejemplo, Julio me enseñó a bridar cochinillo y luego he tenido oportunidad de ponerlo en práctica delante de las cámaras. Sin haber pasado por todos esos restaurantes no hubiese conseguido tener esa destreza ni ese vocabulario culinario, ni los trucos ni las recetas. Me siento muy orgullosa de cada sitio en el que he estado, de cada profesor que he tenido y de cada decisión que he tomado (por muy dura que sea). Lo único que sé, como libra, es que tenía que ser así.
En 'Masterchef Celebrity' hemos descubierto a una Patricia cocinillas, paciente, con dotes para trabajar en equipo (y bajo presión). ¿Qué aprendizajes te llevas tú?
Yo no tenía ni idea de este formato, no sabía cómo iba y, además, nunca había visto 'Masterchef'. Hasta que no lo vives, no sabes cómo te vas a sentir. He encontrado personas maravillosas y amigos para siempre. Sin embargo, es verdad que muchas veces lo hemos pasado muy mal. El agotamiento físico y mental te deja en un estado vulnerable (y son tantas cosas las que pasan y que el espectador no sabrá nunca jamás...). Para mí es un experimento sociológico brutal, capaz de sacar de cada uno lo que el espectador menos conoce. Aunque lo que más me sorprende es que la gente piense que eres de una manera completamente diferente a la realidad. Y es que, aunque me dedique a la comedia y cuelgue memes en Instagram, soy una persona sensible, tímida y sufro mucho. Lo que pasa es que elijo vivir la vida con humor a pesar de todo, lo uso como terapia. Pero soy una tía muy normal y muy de mi casa.
Para ti, ¿cuál ha sido la prueba más difícil?
No hay plato difícil si estás preparado, a no ser que me pongan algo que se me atragante porque no me guste ni comerlo, hacerlo ni olerlo. Para mí lo más duro ha sido salir de mi zona de confort y enfrentarme a algo que desconocía por completo. Ahora pienso que está bien, pero que no vale para todos. Dentro de mi confort estoy muy a gusto.
Algo que no falta en tu nevera.
Siempre hay leche sin lactosa y huevos (como en la vida).
Tu pinche favorito.
Mi hijo. Cuando cocino, pongo el teléfono en modo avión porque quiero estar centrada en ese momento juntos.
Ese alimento que siempre te hace pecar.
La crema de cacao. Me como los botes a cucharadas. No lo puedo evitar.
Una manía a la hora de cocinar
Me pongo música, una 'playlist' de Spotify que se llama 'Italian cooking'.
En los fogones, ¿mejor sola o acompañada?
Sola, no me gusta ni que me hablen ni que ofrezcan ayuda.
Tres invitados a los que te gustaría invitar a tu mesa
Actores y actrices cómicos a los que admiro: Ricky Gervais, Steve Carell y Kristen Wiig.
La receta de la tarta (paso a paso)
Estilismo Patricia Conde: camisa de Sézane, vaquero de Guess y zapatillas Converse.