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Testigo de más de un siglo de historia, el legendario Hotel Palace de Madrid ha sido un punto de encuentro para algunas de las figuras más célebres de la historia. Federico García Lorca, Salvador Dalí, Pablo Picasso o Miguel de Unamuno son sólo algunos de los artistas y literatos que han pasado por sus salones. También se hospedaron allí figuras internacionales como Mata Hari, la espía más famosa de la Primera Guerra Mundial, y Marie Curie, durante un congreso médico en 1919.
En el ámbito del cine y la música, estrellas como Buster Keaton, Sofía Loren, Ava Gardner, Orson Welles, Michael Jackson y los Rolling Stones dejaron su huella en el hotel. Además, políticos y líderes históricos como Manuel Fraga, Santiago Carrillo y Josep Tarradellas frecuentaron el Palace durante momentos clave de la transición democrática española. Este emblemático hotel no solo ha sido testigo de la historia, sino también protagonista en episodios como la Guerra Civil Española, cuando se convirtió en hospital militar.
La historia de España se respira en cada rincón de este icónico hotel que renace con una propuesta que une su legado icónico con la modernidad. Tras una renovación integral, el emblema del lujo madrileño presenta dos nuevos espacios gastronómicos: La Cúpula y 27 Club. Bajo su espectacular bóveda de cristal restaurada, La Cúpula combina la sofisticación de los años 20 con una carta que homenajea a insignes huéspedes como Picasso. Por su parte, 27 Club fusiona arte y coctelería en un entorno exclusivo. Desde Lorca hasta Einstein, el Palace sigue siendo un epicentro donde tradición y vanguardia convergen.
Tres cócteles hedonistas
“Para enriquecer la experiencia en el hotel y que tanto los huéspedes como los visitantes se lleven un poco de la esencia histórica que nos representa, hemos creado los Epicurean Moments”, explica Paloma García, directora de marketing y comunicación de The Palace Hotel, perteneciente al sello Luxury Collection de la cadena Marriott.
Tres momentos en forma de cóctel que llevan el nombre de tres personajes muy importantes para la ciudad y para la vida del hotel. Por un lado, La Violetera, un trago inspirado en los caramelos de violeta, “una receta original de 1915 elaborada por La Violeta, un establecimiento situado a pocos metros del hotel, donde todavía se pueden adquirir y llevar como recuerdo”. Por otro, el clásico Dry Martini que disfrutaba Hemingway en el bar del hotel, al que incluso se refiere en su novela “Fiesta” (“The sun also rises”); y, por último, Ma Jolie, un tributo a una de las parejas de Picasso. “En 27 Club hay expuesto un libro muy antiguo que registra la estancia del pintor en el hotel en 1917”, revela García.
Y es que 27 Club es mucho más que un bar. Este espacio reinventado fusiona el legado histórico del antiguo Museo Bar con un espíritu renovado, invitando a los visitantes a sumergirse en un universo de creatividad y sabores únicos. Se trata de un punto de encuentro para los amantes del arte, la historia y la mixología, que rinde homenaje a la vibrante Generación del 27, cuyos integrantes aportaron tanto a la personalidad del hotel.
La carta de cócteles combina influencias clásicas con un enfoque contemporáneo. Destacan creaciones como el 1912 John Collins, inspirado en el clásico londinense, o el Dalí Cobbler, una vuelta de tuerca del Cobbler, que ayudó a difundir la popularidad de las bebidas frías americanas en la década de 1830. Bajo una atmósfera cosmopolita y envolvente, el nuevo 27 Club se consolida como el “place to be” de la vida social de la capital para madrileños y viajeros que quieran descubrir la rica herencia de este famoso hotel y contagiarse de la energía capitalina.
Los felices años 20 en el plato
El restaurante La Cúpula es ahora un escenario gastronómico donde el glamour de antaño renace con el dinamismo contemporáneo. Bajo la icónica bóveda y la lámpara Art Decó con forma de palmera que recogen el alma del hotel, una gran barra central redefine la nueva experiencia culinaria en la que los cócteles también tienen un lugar destacado.
Viajeros y locales se funden en un ambiente donde las mezclas clásicas dan paso a creaciones audaces que rinden homenaje a este histórico establecimiento y a huéspedes ilustres como Dora Maar, la excepcional fotógrafa surrealista que durante décadas fue recordada como “la mujer que llora”, tal como la pintó Picasso en el Guernica.
La Cúpula ofrece un viaje culinario atemporal, con platos clásicos y propuestas vanguardistas con las que el chef Nuno Matos reinterpreta la cocina madrileña con visión moderna. Así, recetas atemporales como el Wellington The Palace, un guiño a la historia del hotel, o el Steak Tartar, uno de los platos favoritos de Julio Camba, conviven en esta nueva etapa con propuestas más vanguardistas como el Pulpo gallego con ajo blanco de piñones o el Carpaccio de carabinero con limón, azafrán y cilantro.
A medida que el día avanza, la luz transforma este espacio camaleónico y cambiante en el que volverán a vivirse experiencias memorables, dando paso a una selección de pequeños bocados que evocan sabores conocidos. Las Croquetas de jamón y bacalao, las clásicas Gildas, las Anchoas con mantequilla de algas o el Bikini de jamón ibérico protagonizan el tapeo gourmet de esta segunda juventud del Palace, mientras el interiorismo de Lázaro Rosa-Violán nos lleva de vuelta a los años 20, al momento en el que la icónica Josephine Baker actuó en el hotel.
