La vida se celebra alrededor de una mesa, con una copa llena. A poder ser de vino tinto. Símbolo de felicidad desde tiempos inmemorables, el vino es un clásico de la gastronomía. En pleno subidón prebrindis hay pocas cosas que importen más allá que el placer. Pero, los beneficios que el vino tinto tiene para nuestra bienestar terminan por consolidar esta bebida como una de nuestras favoritas. Nos lo cuentan desde Dominio Basconcillos, bodega familiar de Ribera del Duero, que lleva 20 años transmitiendo su pasión vitivinícola. O lo que es lo mismo: repartiendo alegría (y salud).

En primer lugar, el tinto es fuente rica en antioxidantes, que protegen las células del cuerpo del daño causado por los radicales libres. De esta forma, los antioxidantes ayudan a combatir el envejecimiento prematuro y reducir el riesgo de enfermedades producidas por estrés oxidativo. Que lo único añejo sea el vino, por favor.

Asimismo, los antioxidantes son esenciales a la hora de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pues mejoran los niveles de colesterol y previenen la formación de coágulos en sangre. Es decir, promueven la salud general de los vasos sanguíneos.

Por si aún quedaban dudas de sus bondades, espera a escuchar sus efectos antiinflamatorios. Y es que la composición del tinto presenta importantes propiedades antiinflamatorias, que reducen la inflamación corporal. Dado que la inflamación crónica se ha relacionado con diversas enfermedades, como las cardíacas, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer, una copita de tinto puede convertirse en el antídoto perfecto para estas dolencias.

Después de esto, poquito más necesitamos para ir en busca de un Finca de Altura 2021. Este vino joven, ligero y vibrante no solo brinda una experiencia de sabor excepcional, sino que también nos permite disfrutar de los beneficios que el vino tinto puede aporta a nuestra salud.

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Imprescindibles en una vinoteca
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Lucía Ruiz estudió Relaciones Internacionales y Comunicación y ahora continúa formándose con un Máster de Marketing de Moda. Escribe para aterrizar, para recordar, para existir. Es su manera de dar forma a la vida, de hacerla real. Por eso anota todo aquello que le hace feliz: la comida, los viajes y las nuevas experiencias no pueden faltar en la lista.