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Entre todos, dirigen diferentes negocios con el sello Roca, a través de un grupo hostelero familiar llamado JoRoFon -con las primeras sílabas de los hermanos Joan, Josep y Jordi Roca Fontané-, donde no solo están los famosos hermanos de Gerona y sus padres, sino también sus mujeres, implicadas en diferentes proyectos. Una visita a Gerona permite conocer desde un bar de barrio a un triestrellado, una finca de eventos con restaurante, una heladería-confitería, un bistró o un hotel, una tienda y un bar en torno al cacao. Estos son -al detalle- los espacios de la saga Roca, en Gerona:
Can Roca
Es el germen de esta saga hostelera: un bar en Taialà, barrio periférico de Gerona, donde Montserrat Fontané y, su marido, Josep Roca, decidieron emprender en 1967 Can Roca. A golpe de esfuerzo, sacaron adelante un negocio que arrancaba y sigue arrancando con desayunos para después saltar al mediodía con un menú imbatible, con un precio de 15 euros, con primero, segundo y postre, a elegir entre varias opciones.
En 'Can Roca de toda la vida', sus Calamares a la romana -plato que se puede añadir por 10,50 euros- son famosos, pero también sus Fideos a la cazuela y los Canelones. Durante la pandemia, mientras el negocio tenia que estar cerrado, lanzaron el menú y algunos platos para llevar, servicio que mantienen y anuncian a diario en su cuenta en Instagram.
El Celler de Can Roca
Es el segundo negocio abierto por la familia, en la siguiente generación, es decir, Joan, Josep y Jordi Roca (Gerona, 1964, 1966 y 1978). En 1986, los dos primeros emprendieron con poco más de 20 años con vocación de alta cocina en un local ubicado pared con pared con Can Roca, el bar de sus padres. Después, se les unió su hermano menor, Jordi. Respectivamente, se reparten papeles, entre cocina, sala-vino y pastelería. Son, en realidad, tercera generación, ya que sus abuelos ya tenían negocios hosteleros.
En 2007, El Celler de Can Roca se mudó a Can Sunyer, 'torre' justo enfrente del espacio anterior que funcionaba hasta entonces como espacios de eventos. Los premios se han ido acumulando: primera estrella Michelin en 1995; segunda, en 2002; y tercera, en 2009; Además, número uno del mundo en 2013 y 2015, según la lista ‘The World’s 50 Best Restaurants’, cuyo cambio de reglas en 2019 impide seguir compitiendo a ex líderes mundiales, que tienen lugar vitalicio en ‘Best of the Best’, ‘hall of fame’ donde también están elBulli, el danés Noma o el italiano Osteria Francescana.
Funciona con dos menús degustación: 'Degustación', por 230 euros y con posible maridaje por 85; y 'Festival', por 270 y vinos por 130 más. Es una de las mesas más complicadas de reservar en España; el día de cada mes abre reservas online a las 00.00 horas para sus mesas a 11 meses vista y suelen llenarlas en apenas 10 minutos. Justo enfrente de El Celler, se ubica La Masía, espacio de I+D y formación. Por cierto, una cuarta generación asoma en el grupo hostelero familiar, con Marc y Martí Roca, hijos de Joan y Josep, en cocina e implicados en diferentes proyectos de la familia.
Mas Marroch
Finca a 7 kilómetros de Gerona, que funciona como espacio de eventos, negocio que arrancó primero en 1995 en Can Sunyer, emplazamiento actual de El Celler, para mudarse en 2007 al actual lugar de Espai Mas Marroch. Es un negocio dirigido por Encarna Tirado, casada con Josep Roca. Mas Marroch acoge todo tipo de eventos de empresas, familiares, bodas o congresos. En junio de 2020, diversificó dada la imposibilidad de celebrar eventos debido a la pandemia, de modo que comenzó a acoger un restaurante con oferta de platos clásicos —muchos, bastante famosos— de El Celler; nació así Ágora del Mas Marroch, negocio que se mantiene —compaginándose con eventos— y que funciona con doble formato de carta y el ‘Menú Memoria’, con un precio de 126,50 euros. Cada plato figura con el año de creación; por ejemplo, el Lenguado a la brasa con naranja, salsa ‘beurre blanc' y aire de mantequilla ‘noisette’, de 2006.
Hotel Casa Cacao
Abrió en febrero de 2020, pocos días antes de la pandemia. Hotel Casa Cacao es el hotel de la familia Roca y está dirigido por Anna Payet, casado con Joan Roca. En el centro de Gerona, ocupa un edificio de unos 1.600 metros cuadrados, asomado al río Onyar, que fue sede en el pasado de La Gerundense, fábrica de papel cuyo nombre sigue grabado en la fachada.
Con interiorismo de Sandra Tarruella (interiorista de cabecera de los Roca), es un multiconcepto que suma al hotel boutique de 15 habitaciones (5 por planta, con precios desde 230 euros) un obrador de chocolate en su bajo. En su azotea —con preciosas vistas a la ciudad—, se despacha un desayuno con el ‘sello Roca’, al tiempo que está abierta al público no alojado para ‘brunch’ y, en algunas épocas del año, para comidas y cenas (precio medio desde 50 euros).
Casa Cacao y Bar Cacao
Sí, hay 'otro' Casa Cacao y es el proyecto de Jordi Roca, que lleva años trabajando con diferentes comunidades productoras de cacao de América Latina, que conoció a través de las giras y viajes con BBVA, ‘partner’ en algunos proyectos de los Roca. Cumple con la filosofía ‘bean to bar’.
Esta marca, en realidad, engloba el hotel, el pequeño obrador del bajo, una fábrica de chocolate situada a las afueras de Gerona y la enseña de tabletas y bombones comercializadas no solo en esta ciudad, sino en diferentes puntos de venta, incluidos los espacios Gourmet Experience de El Corte Inglés. Justo enfrente del hotel, se encuentra la cafetería Bar Cacao, para sentarse a comer la bollería de Jordi Roca, sus creaciones con cacao y su chocolate caliente o frío salido de unos grifos dispensadores. Por otro lado, Casa Cacao se ha convertido en uno de los formatos para la internacionalización de los Roca, que rechazan abrir restaurantes fuera de Gerona, pero sí ven realista abrir tiendas de Casa Cacao, algo que ya han hecho a fínales de 2022 en JW Marriott Hotel Riyadh.
Rocambolesc
En 2012, Jordi Roca y su mujer, la pastelera mexicana Alejandra Rivas, crearon Rocambolesc, un formato de heladería con oferta de helados (desde unos 5 euros), que son estilo 'soft', van cambiando sus sabores y cuentan con unos 'toppings' para cubrirlos (sugeridos para cada caso), sea en cucurucho o en tarrina. Una nave a las afueras de Gerona ha permitido aumentar producción, que puede alcanzar una media de 350 litros de helado por hora y una producción anual de 115.000 litros de helado.
Lo que el pastelero llamar "conseguir semiindustrializar el proceso" permite que los Roca sueñen con la expansión del concepto, que, además de su local en Gerona, tiene sedes en Barcelona, Madrid (reabre estos días en el Mercado de San Miguel, tras una obra para añadir servicio de café) y, desde 2022, Houston, bajo un modelo de café-heladería en ese caso.
Rocambolesc Confitería
Con la misma marca que la heladería y justo al lado de su sede de Gerona, arrancó en 2022 este formato de tienda de 'chuches'. Eso sí, con la firma y la creatividad de Jordi Roca. En realidad, los 'toppings' para helados inspiraron una colección de chuches con diferentes sabores e ingredientes que se despachan en este paraíso dulce.
Se trata de "un concepto de boutique dulce con las golosinas que usamos como 'toppings' en los helados y, sobre todo, con la idea de abordar una nueva forma de potenciar los productos dulces", señala Jordi Roca.
Es también resultado de la capacidad de los Roca de recurrir a un proceso preciso de producción, ya que, en la misma fábrica donde se producen helados, se elaboran las golosinas. Gominolas, minicornetes de barquillo con rellenos, galletas, turrones, panettone, pasteles, ‘bambolescas’… componen la mágica oferta. Desde unos 5 euros.
Normal
Ubicado en el Barri Vell de Gerona, abrió en julio de 2021 como un bistró de "cocina directa y artesanal ligada". Está en manos de un joven equipo procedente de El Celler: Elisabet Nolla como jefa de cocina y Joaquín Cufré como jefe de sala. En Normal se come realmente bien a partir de una carta de platos de raíces catalanas y producto de temporada, sin olvidar unas estupendas croquetas, versiones de la 'Tortilla Sacha' o arroces. "Una cocina que recuerda de dónde venimos y que quiere reforzar el gesto intuitivo de la cocina a fuego vivo, de la cazuela a fuego lento, de los aromas de una cocina que viene de lejos en el tiempo. Una cocina de tajada, de trozo, de jugo, rica y plena", define los Roca.
Se añade una carta de vinos con protagonismo de Cataluña y unas 500 referencias. Un precioso espacio con interiorismo de Andreu Carulla suma 12 mesas y 50 plazas, además de una pequeña barra a la entrada. Precio medio de 55 a 70 euros. "Si en El Celler ofrecemos orfebrería, en Normal proponemos artesanía", sintetiza la familia.