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¿Cómo va esa lista de propósitos gastro para este año? ¿Cumpliendo? Sea sí o sea no, aquí no paramos de descubrir nuevos resturantes y espacios y lo tenemos que contar cuanto antes. Si hay una tendencia en Madrid que está pegando fuerte, es la de los restaurantes tipo bistró, con cartas cortas y cocina muy personal, que se redondean con una oferta extensa de vinos naturales. ¡Y a buen precio!
Y ejemplos hay muchos. Ya hablamos de Hiro y la personal cocina de Lucas Ciasullo o de Dispatch y su increíble sándwich de pastrami, todos engrandeciendo y, por qué no, europeizando mucho más Madrid. Porque si es un concepto que triunfa en las grandes capitales europeas, ahora también es nuestro.
¿Uno de los más novedosos? Chuck's Madrid. Si algo sabe hacer Chuck George es crear tendencia. Tras conquistar ciudades como Milán, París y Roma, su concepto de bistró desenfadado con influencias asiáticas llega a Madrid y lo hace al corazón de Chamberí. Con un espacio que combina esa calidez tan cuqui de un bistró francés, pero con un giro contemporáneo y local, Chuck’s aquí se convierte en mucho más que un sitio de hamburguesas -que son las que le hicieron famoso- para posicionarse como nuestro nuevo objeto de deseo.
El chef con ascendencia filipina que se hizo famoso con hamburguesas
Pero antes, un poco de contexto. La historia de Chuck es la de alguien que ha sabido mezclar herencias, experiencias y pasión en la cocina. Nacido en Rhode Island y criado en Virginia, su identidad culinaria bebe tanto de su madre filipina como de su padre estadounidense. Y ese mix ha resultado en algo muy original y sabroso.
Su trayectoria comenzó en Nueva York con el grupo Silkstone, trabajando en lugares icónicos como The Fat Radish y The Leadbelly, donde pasó de dirigir la imagen de marca a convertirse en chef. Fue en este último donde empezó a experimentar con platos sorprendentes, en una exitosa mezcla de nostalgia por los sabores filipinos y un alarde de la creatividad de un chef con una visión muy particular, sentando las bases de lo que hoy es Chuck’s.
El concepto nació en Milán en 2022, con una carta limitada centrada en su ya icónica griddle burger, que arrasó en redes y se convirtió en un must en la escena foodie. Tras el éxito en Sidewalk Kitchens, el fenómeno Chuck’s se expandió a París, Roma y Londres. Ahora, Madrid se suma a su mapa con una propuesta evolucionada, más ambiciosa y con mucho que contar.
Alma de bistró en el corazón de Chamberí
Ubicado en la calle Santísima Trinidad 6, en pleno Chamberí, Chuck’s Madrid es ese sitio al que querremos ir cuanto antes. Ya sea con un grupo de amigas o con tu pareja, porque el espacio es perfecto para cualquier opción. El lugar ha sido diseñado en colaboración con Barr Atelier, un estudio madrileño que ha sabido plasmar la visión de Chuck en cada rincón.
El local, con unas cuantas mesas -bastante pegadas entre sí, al modo bistró galo- que dan una capacidad para unas 60 personas y una agradable terraza en la calle, ideal para el buen tiempo, combina materiales cálidos como la madera de roble con detalles metálicos retro y luminarias diseñadas a medida por artesanos locales.
Por la noche, las mesas se adornan con botellas de vino que hacen las veces de candelabro, aportando una atmósfera ideal y muy apetecible. Terminaron de redondear el espacio con una barra que recorre todo el local y con piezas de artistas como Lucien Smith, Eliza Rutson Pang y Almudena Canedo que cuelgan de sus paredes. Y, por supuesto, una imponente estantería donde se exponen muchos de los vinos naturales que son otra de las patas de la propuesta.
Sus famosas hamburguesas sí, pero también muchas otras cosas
Aunque la smash burger con kimchi y shiso sigue siendo uno de los grandes reclamos para visitarlos, la apertura en Madrid marca un cambio de rumbo en Chuck’s. Aquí el menú refleja la herencia filipino-americana de Chuck y el buen saber hacer de su jefe de cocina, Gerardo David Bracho Fernández, con una apuesta clara por el producto fresco, bien tratado y sin artificios. Aunque los platos van cambiando, ya que la creatividad no tiene límites, hay varios platos que ya se han consagrado como imprescindibles.
Entre los entrantes destacan las ostras con mignonette y shichimi togarashi, unos geniales rábanos con mantequilla de miso y el kimchi casero. Pero hay mucho más. Por ejemplo, unas alcachofas con holandesa, kale y alcaparras, el kinilaw, la versión filipina del ceviche, que preparan de caballa ligeramente sopleteada con suka y arroz frito o su crudo, elaborado con chicharro, ponzu, kosho de mandarina y la posibilidad de añadir erizo fresco.
En Chuck's, casi todos los platos se pueden tomar como entrantes o principales, porque son perfectos para compartir y disfrutar. En todos ellos, el equilibrio entre lo clásico y lo atrevido brilla con platos como las alitas de pollo con salsa nam pla, cilantro y chile tailandés, que además están deshuesadas y se comen con las manos o con la royal de conejo braseado con sriracha y grelos.
¿Algo más contundente? La smash burger, por supuesto, que terminan con salsa de la casa y conviene acompañar con sus patatas con nam pla (salsa de pescado) y hierbas. ¡Totalmente adictivas! No te pierdas tampoco el char siu, su versión de la panceta. En el poco tiempo que llevan abiertos se ha convertido en la estrella. Si tienes una mesa con vistas a la cocina, podrás divisar cómo la van preparan lentamente en la robata, incluso abanicándola, consiguiendo que quede súper jugosa junto a salsa nam jim jaew y chirivía.
Y para cerrar, solo tienen -por el momento- un postre, una tarta de chocolate con ganache y glaseado de miso y soja, que sirven con una chantilly, que promete convertirse en un must.
El toque final: vinos naturales
Para acompañar la propuesta gastronómica, Chuck’s ha confiado la selección de vinos a Natalia Cano, que ha reunido etiquetas de grandes nombres del vino natural, con cerca de 200 etiquetas, muchos de ellos comprados directamente al distribuidor y en exclusiva para el restaurante.
¿Algunos nombres? Anders Frederik Steen, junto a referencias españolas de Barranco Oscuro, Eloi Cedo, Nuria Renom y Alfredo Maestro. Y si no eres de vino, también hay guiños al mundo craft beer con opciones como la japonesa Hitachino, una cerveza icónica por su perfil aromático y su proceso artesanal.
Para Chuck George, esta apertura simboliza un paso más en su evolución. “Pasamos de ser un pequeño local de take-away en Milán a un espacio con identidad propia en Madrid, con una comunidad alrededor. Ya no se trata solo de hamburguesas, sino de compartir algo más”, explica el chef. Y eso es exactamente lo que promete Chuck’s: un sitio para disfrutar de comida con personalidad que viene para convertirse en todo un éxito.