- 18 restaurantes en Marbella imprescindibles para comer bien
- Back, el bar de tapas reconvertido en restaurante de Marbella
- Abre el primer restaurante greco-mediterráneo con speakeasy de Marbella
Este oasis del buen tiempo todo el año requeriría un análisis cuasi antropológico que daría para un ensayo y medio. Y de hablar de los restaurantes de moda en Marbella en los que cenar al aire libre, también. Más allá de los looks imposibles, el brilli brilli, el postureo desenfrenado, los parkings (y servicios se valet) llenos de coches peliculeros y el resto de excesos, en todos los sentidos, hay que reconocer que Marbella, para colmo y además, es la capital foodie del verano (de España y de Europa).
Grupos como Mosh y Casanis lo bordan con conceptos trabajados en los que además de estar bien pensados cuentan con el mejor servicio, algo difícil de encontrar en los restaurantes de moda de otras capitales. Les Roches y las escuelas públicas de hostelería han formado toda una generación de profesionales muy preparados. “Pero yo me he formado en la calle, trabajando en las barras de media España”, reconoce el barman y maitre del la coctelería del Marbella Club, Nelson Gallo. “Yo llevo 30 años en la empresa, desvela Juan en la recepción de este icono, por algo será, ¿no?”. Toda una pregunta retórica en tiempos de usar y tirar, incluso el empleo.
Sin duda Marbella ha sabido atraer el talento de todo el planeta a una capital que suena a dinero y posibilidades de empleo y que concentra aquí la "crème de la crème" de la hostelería. Los hoteles de lujo “de siempre” son otra de las grandes bazas (y pioneros) del fenómeno, empezando por el Marbella Club, que ha sabido mantener su esencia vintage y glamurosa con espacios actualizados o el histórico Gran Meliá Don Pepe, que sigue siendo todo un ejemplo del buen hacer y la buena salud de los grupos españoles (recordemos aquí a Don José Meliá y su visión).
También los estrenos hablan de excelencia foodie, que se lo digan al resort cinco estrellas METT, la revelación del verano y que trae a la Costa del Sol grandes outlets de la escena gastro internacional. Y claro, clientela, marcas y hotelería top llaman a chefs ídem. Los restaurantes de toda la vida y chiringuitos modestos (o gourmets), pero que ofrecen productos de calidad, conviven con proyectos gastro firmados por el “cuatriestrellado” Paco Pérez, el incombustible Dani García, el maestro Iñigo Urrechu o el genial Ricardo Sanz. En fin un crisol para gustos, nunca mejor dicho, variados que, en esta testeada selección, tienen su mejor testimonio.
AZURE BEACH
Con sedes en Beirut, Dubai y a punto de abrir en Vietnam. Este club de playa es el más de moda y la novedad de la Costa del Sol. Sus hamacas, camas y zonas con piscinas privadas parecen que se las rifan. DJs al mediodía y baños en la playa o en su espectacular piscina para disfrutar de una carta ecléctica tumbados o en las mesas de su adyacente El Bar de Lola (con carta más bien de tapeo ibérico).
¿Qué pedir?
Sushi, sashimi, tartare, tatakis… la carta de crudos de inspiración nipona es infalible. ¿Lo mejor? Su crispy rice spicy tuna. También sandwiches, burgers (wagyu, pollo…), ensaladas y pizzas. Atención a su postre “coconut delice”. Una trufa de coco envuelta en chocolate crujiente con mousse de chocolate encima y coronado por un gel de fruta de la pasión y mango. Buenos cócteles.
MAMZEL
Si tienes que elegir un dinner show que sea este. El espacio es la monda, entre árboles, enorme, al aire libre, con un escenario que se prolonga hasta una mesa para grupos… hay que ir en el “modo” divertirse y disfrutar de la cena, sus vinos y sus cócteles. Esta temporada su espectáculo de baile, animación y música en vivo tiene temática y look viajero “aeropuertuario” con sus azafatas bailarinas y el capitán cantante.
¿Qué pedir?
Mezze libanes con hummus y baba ganoush. Sigue con lubina Saigón (con una ensalada y dressing asiáticos) y black angus o entraña a la parrilla. Coctelería inspirada en países del mundo (un guiño a cada “destino” del show).
THE GRILL
Es el restaurante icónico del precursor Marbella Club, que celebra sus 70 años (con una gran programación de fiestas y eventos) pero que se le ve mejor que nunca. La maravillosa dirección de arte de los sevillanos e incomparables ceramistas, muralistas, decoradores… (y lo que ellos quieran) The Exvotos han dado nueva luz a espacios como El Patio o a la propia piscina junto al mar (fíjate en el puente o las casetas de toallas).
El jardín no puede ser más impecable, el servicio no puede estar más entregado, el desayuno no puede estar mejor pensado, las habitaciones no pueden ser más bonitas ni más llenas de detalles, los espacios no pueden ser más chic... Nota: gracias al icónico diseñador Josef Frank (1885-1967) por su estampado Citrus Garden, que se declina en cojines, papelería…
En fin, realmente hostelería old school (cuanto se la echa de menos) para quedarse a vivir allí, todo el verano. El plan es un cóctel a medida en su terraza con croonersen vivo haciendo de Sinatra y Elvis (a veces cantando a dúo) y luego perderse en su jardín, bajo los árboles, y dejarse llevar, a la luz de las velas, por sus maîtres “de toda la vida”.
¿Qué pedir?
Cocina clásica afrancesada y “de hotel bueno” en la que no faltan los clásicos como el servicio de caviar, las ostras, el tartare de carne aliñado en mesa, el Wellington… también es conocido, como su propio nombre indica, por la parrilla, con cortes como entrecote, ribeye, ojo de bife, T-Bone, chuletón de Angus, tomahawk, lomo bajo o Châteaubriand, por citar algunos ejemplos. Siempre con salsas (que no falte la bearnesa) y guarnicioneros clásicas (fritas espectaculares y verduras de su huerto propio). Una delicia.
BARBILLÓN
Otro de los clubes de moda inaugurado el año pasado y que ya se ha ganado un puesto entre los tops. Más de 4.000 m2 junto al mar. Cuenta con zona de playa y piscina. Abre de 10.00 am a 2.00 am así que es posible disfrutarlo casi a cualquier hora del día (y de la noche). El grupo tiene restaurante en Madrid.
¿Qué pedir?
Arroces como el de pollo de corral con gamba roja o el de presa ibérica.
Atún Balfegó (tienen hasta cinco platos con el) pero el más rseñable es con patatas, huevo frito y trufa rallada. La carta de vinos no es muy extensa, son 50 referencias pero bien escogidas, con predominio de espumosos, blancos y rosados (estamos en Marbella, el reino rosé).
NOTA BLU
De los restaurantes más bonitos y sofisticados de Marbella. La cocina vista lo pone al primer nivel (en sentido culinario y estético) de los restaurantes de las mejores capitales foodiesde Europa. Interiorismo con guiños a los años 30 y al look afrancesado que hace gala en su apellido “new brasserie”.
Cuenta con una zona “oculta” de bar (Blu Bar) ideal para una copa después de cenar. También mesa para grupos en su selecta enoteca. Evidentemente cuentan con una gran carta de vinos. El frondoso jardín, lleno de esculturas, parece sacado de un paraíso tropical.
¿Qué pedir?
Pizzeta de trufa y queso fontina; el sashimi de atún en brick crujiente, mayonesa japonesa, cebolla encurtida y aceitunas Kalamata y la ensalada de coliflor con queso de cabra, aguacate, nueces caramelizadas y sumac. De principales el lenguado miso-menier (el lenguado es el pescado de moda en la Costa del Sol) es exquisito. De postres la tarta fina de manzana y la crème brûlée de naranja.
LA PLAGE CASANIS
Es lo que todo neochiringuito debería ser. Buena comida con platos de los que siempre apetecen en la playa, servicio de lujo, estupenda coctelería, buena carta de vinos… todo muy premium. Cuentan con servicio de hamacas y camas de día para disfrutar del mar.
¿Qué pedir?
Tapeo español (desde croquetas a la calamares) e internacional (desde gyozas japo hasta nems vietnamitas) para seguir con arroces, carnes y pescados a la parrilla. Tarta de queso y lemon pie.
BARDOT
Don Pepe tiene historia y se nota. Buen hacer, profesionales jóvenes que heredan un legado, localización perfecta entre el mar y la ciudad… Sus habitaciones “Red Level” ya disfrutan de su propio universo foodie con desayunos exclusivos y bar donde picar algo o tomar una copa a cualquier hora (lo que es un plus).
Además de este restaurante de corte español, ubicado mirando a la playa y junto a su maravillosa piscina y rodeado de cuidados jardines, cuentan con su asiático Tahini o el asador contemporáneo de Iñigo Urrechu ERRE.
¿Qué pedir?
El pescado frito lo hacen de categoría, el boquerón no falla. Tienen su especialidad en los arroces, el del senyoret o de gamba roja son buenas opciones. Ojo a los maridajes de Dani Calvente, lo borda con, por ejemplo, un Dos Ramas de González Byass para su fantástica ensaladilla de gambas o un PX de Málaga para su atún en tartar o en mini hamburguesas (sublimes).
EDGE BY PACO PÉREZ
Una de las grandes aperturas de la temporada es el restaurante del cuatro estrellas Michelín Paco Pérez (dos por Miramar -Llançà, Girona- y dos por Enoteca -Barcelona-) que aterriza, literalmente, en la azotea del renovado (con aires retro muy chic) cinco estrellas El Fuerte Marbella, con interiorismo de Jaime Beriestain. Vistas espectaculares al mar (es como cenar en un barco, literal).
¿Qué pedir?
Tartaleta de tomatitos con mantequilla de anchoas; el gazpacho traslúcido con cerezas; el buey de mar en ensalada malagueña; el terciopelo de almendras, gele de melón, quisquillas y capuchina; el bogavante azul y su boloñesa de corales con judías verdes o la vaca de Coín (Valle del Guadalhorce) y salsa Café de París. Todos ellos platos presentes en su menú degustación.
AMMOS
Viene precedido del éxito de sus sucursales en Dubai, Doha e Ibiza. En su outlet marbellí ofrecen su estilo griego de buganvillas, azules y blanco nuclear en su bar (ojo a los cócteles de inspiración helénica con los típicos ouzo o mastika), terraza con look patio y hasta en su menú de playa (con tumbonas para darse un baño, comer y echarse la siesta).
Cocina fresca esencialmente mediterránea que nos traslada a los bares de Atenas, las terrazas de Santorini o los clubs de Mykonos.
¿Qué pedir?
Algún dip como su tzatziki (yogurt, pepino, eneldo, ajo y aceitunas Kalamata) o taramosalata (crema de huevas de bacalao). Pulpo marinado (ksidato), la ensalada fría de berenjena ahumada con piñones y perejil (melitzano salata) además de la imprescindible ensalada griega. Pescados frescos que se hacen a la brasa en la mismísima playa.
ISOLA
Cuenta con restaurantes italianos en Milán, Bodrum, Bouznika (Marruecos) y Dubai. Sin duda una de las grandes revelaciones del verano. Todo esta rico y bien servido. Se nota que hay “know how” y del bueno. Ingredientes de suma calidad.
¿Qué pedir?
Burratas en varios gramajes, “pinsas” caseras, rissotti, pastas frescas… Dorada a la siciliana (con un aceite de hierbas y limón) y cottoleta milanesa con un side de ensalada de rucula y parmesano (la combinación perfecta). El tortino al cioccolato, un fondant de chocolate acompañado de helado de avellana, es excepcional.
https://www.isolarestaurant.com
NIDO
El club de playa perfecto. Distintos tipos de hamacas y camas rodean una piscina que mira al mar. Una cómoda bajada comunica con la playa, con zona nudista, para darte un chapuzón (ponerte el bañador de nuevo) y seguir el “tumbing” con un cóctel (déjate recomendar por Frank). Arquitectura de líneas sinuosas, paisajismo e interiorismo muy cuidados, contemporáneo y limpio.
Se agradece la sofisticación de lo sencillo. Gran programación de ocio que incluye noches flamencas. Zona de masaje y tienda pop up de la firma de moda sueca Nickben.
¿Qué pedir?
Croquetas de bacalao, ensalada de tomate e hinojo, arroces mediterráneos y pescados frescos que se hacen a la sal o a la parrilla. Ojo al flan casero. Firma la carta el chef Franco Franceschini.
MC BEACH
A pocos metros del Marbella Club este es el mejor chiringuito “pijo” de Marbella (con permiso del maravilloso La Milla). Un balcón al mar (las mareas y temporales lo han acercado al agua) hecho para disfrutones.
Productazo (sobre todo del mar) fresco cocinado lo justo y servido con mimo y pasión. Equipo de coctelería y sumillería top. Cuenta con servicio de hamacas.
¿Qué pedir?
Coquinas, puntillitas, calamares a la romana y gambas al pilpil. Espeto de sardinas hecho casi a la vista del cliente (en la tradicional barca de arena malagueña). Rodaballo a la brasa con su puré cremoso de patatas. ¿De postre? El afamado e infaltable mousse de chocolate y la pavlova. Iván, con gracejo gaditano y arte por un tubo, te recomendará las mejores capturas del día.
LA CÂBANE
Marbella en pura esencia (ya desde los 60). Ahora el estampado de Dolce&Gabanna inunda colchonetas, sombrillas, cortinas, toallas, los vestidos de su boutique y hasta los inflables que flotan en su piscina (todo supervisado por Domenico y Stefano Gabanna al dedillo, o dedal, of course). Evidentemente, con esta escenografía neobarroca y mediterránea, las poses imposibles y desvergonzadas buscando seguidores en Instagram son dignas de deporte olímpico (categoría invitada en París 2024).
Fuera bromas, este sitio es un planazo. La terraza del restaurante es como estar en Los Hamptons o en un club de Bahamas. Gastronomía (firmada por Dani García) con inspiración en la Costa Amalfitana y Capri. DJ en vivo.
¿Qué pedir?
Flor de calabacin, vittelo tonato, lasaña de pollo al horno y lenguado a la parrilla. Postres by Dolce Gabbana con el tiramisú servido en tetera (diseñada por ellos) o sus bolsos comestibles (con logo) como imprescindibles. Un tip, no dejes de pasar por su “carrito de postres” que aquí tiene forma de habitación secreta.
MOMENTO
¿Es un club con restaurante o un restaurante con club? Pues las dos cosas y depende de tu plan. Abre a las 22.00 (y cierra 5.00 am) así que, para los españoles en verano es un horario razonable para cenar, y para los nórdicos (por ejemplo) para tomar la primera copa y el postre (de cuando cenaron a las 18.00).
La entrada, con un cuidado paisajismo, es ya un espectáculo. Un edificio enigmático, lleno de aristas, casi espacial, que esconde un patio jardín minimalista y con guiños a la arquitectura brutalista. El casting de equipo es un espectáculo (en estética y en ética). Todo el mundo parece feliz y contento de que al comensal no le falte “ni gloria bendita”.
Tras la cena (o resopón para los noruegos) la fiesta continúa dentro en su club (programación de DJs archifamosos a nivel planetario) que para muchos de los fiesteros encuestados (y han sido decenas) es el mejor de Marbella. “Ahí es na”.
¿Qué pedir?
Niguiris flambeados de pez mantequilla y trufa o el de toro (atún) con foie, berenjena miso, tacos de wagyu (para pedirse unas cuantas órdenes) y picanha trinchada en mesa como plato principal. El postre de cítricos con chocolate blanco se merece un premio.
CASANIS BISTROT
A veces conviene recordar que Marbella no es solo su costa y sus beach clubs. En pleno centro, cada vez más encantador y con propuestas hoteleras de lujo como la de su vecino (casi puerta con puerta) La Fonda Heritage Hotel, este conocido restaurante ofrece excelente cocina también en su terraza a pie de calle (ideal para ver el ir y venir de los viandantes).
Cocina de corte internacional sin olvidar el Mediterráneo y ciertos guiños a Francia. Su chef Fabián Cangas, selecciona productos de Km.0 para crear un menú muy top. Abre solo para servicio de cenas.
¿Qué pedir?
Atún rojo de Barbate en tartar, carpaccio de berenjena, caracoles de Borgoña y gambas cajún.
MOSH FUN KITCHEN
Fue el prinero de los restaurantes del grupo (no te pierdas tampoco su Playa Padre y Motel Particulier) del mismo nombre, celebra su octavo aniversario y, en cuanto termine la temporada, afrontará una renovación total. Una suerte de restaurante, bar dinner-show muy divertido, transitado y siempre animado. Perfecto para ir en grupo. Reservar con antelación.
¿Qué pedir?
Buena selección de rolls y crudos para empezar. Canelón de wagyu con salsa de coco y cardamomo, el salmón con salsa de lima o la lubina a la parrilla. De postre la tarta de queso de yuzu y lima.
EVA
Inspirado en la diosa griega del agua, de la que toma el nombre, será (desde julio), “el sitio”. Ellos lo definen como una combinación “de lifestyle mediterráneo, la tradición griega, la chispa andaluza y el glamour de Marbella”.
Está ubicado junto al mar, en la Playa del Cristo, en un espacio de más de 5.000 m2 con piscina y espectáculos sonados que van desde reconocidos DJ internacionales hasta sorprendentes acróbatas en “dinner shows” (en plan Lío) que anticipan como “inolvidables”.
¿Qué pedir?
El hummus, el queso manouri con miel y trufa, el tirokafteri (yogur aderezado con pimiento rojo asado, queso feta, guindilla roja y pimiento de Padrón) o la pasta orzo de mariscos (con bien de langosta).
LAGUNA
Un multiespacio playero que cuenta con el club de playa Sublim (para piscinear y playear a gusto pero también comer), el restaurante japonés-mediterráneo KAI, dirigido por el chef estrella Michelin Ricardo Sanz, y shopping de la mano de la firma de moda Ecoalf.
¿Qué pedir?
En Sublim tortilla de merluza en salsa verde, gamba blanca marinada o navajas, cítricos y chile, entre otras opciones. Para seguir con tarantelo de atún de almadraba y gremolata, pulpo en manteca colorá con patatas revolconas o cortes de carne premium a las brasas. En KAI: gyozas, sashimi, sushi y usuzukuris. De la robata salen platos como el unadon (anguila sobre arroz gohan, pimienta japonesa y salasa tare), el hotate (vieiras con mantequilla kimchi y migas) o el yakitori (pollo de corral, puerro asado y teriyaki de jengibre).
https://www.lagunacostadelsol.com
LOBITO DE MAR
El famoso “bar resalao de Dani García” (con sucursales en Doha y Madrid) es siempre apuesta segura. Comida honesta que no olvida sus raíces malagueñas y los productores locales siempre con un twist rebelde y divertido.
¿Qué pedir?
Carpaccio de atún, ensaladilla de anguila, sus arroces, carnes y pescados a la parrilla. Un must es el pepito de mar (ventresca de atún, pimiento y huevo de codorniz) y la ensaladilla de anguila se pueden tomar en la barra.
ALABARDERO BEACH
Si en Sevilla tienen su River Club a orillas del Guadalquivir aquí en la playa tienen su Beach Club. El Grupo Lezama (con restaurantes en Madrid y Washington DC), con gran alma social y que tanto ha hecho por formar a jóvenes y profesionales, tiene aquí su chiringuito cool. Cuenta con hamacas, playa y piscina.
¿Qué pedir?
Mejillones al horno de leña, chipirones en su tinta, bogavante a la brassa con sobradada, fritura, sardinas, brasas y arroces.
OCEAN CLUB
Tocando el mar en Puerto Banús. Es la definición de beach club. Aquí lo importante, comida aparte, es la botella más grande, la silicona (no decimos donde) o el tapiz de tatuajes que campan a sus anchas entre piscinas, tumbonas, camillas de masaje, la cabina del DJ, las plataformas donde la gente baila y toda la locura marbellí que quepa imaginar.
¿Qué pedir?
Cocina fusión japonesa y mediterránea. El menú incluye el consabido y omnipresente sushi pero también pescado fresco, carnes premium y ensaladas frescas. La carta la firma el chef ejecutivo sueco Andreas Nygren y los vinos llegan de la mano del renombrado sumiller Jean Pierre.