Todos merecemos una pausa -puede ser pequeña, mediana o grande- en nuestro día a día. Ese instante donde degustar un café de especialidad, un té matcha acompañado de un bizcocho preparado con mucho amor o de un exquisito brunch con sus huevos hechos al momento con pan de masa madre. Cada uno es libre de tomarse como quiere ese instante diario para conectar con uno mismo y darse amor propio, y Bucólico Café es el lugar idóneo para hacerlo.
Desde ser la primera parada de las mañanas para ir a buscar el café para llevar; a convertirse en la oficina para muchos nómadas digitales, el lugar donde tomarse una bebida con amigos después de una larga jornada, o el espacio donde quedar los fines de semana para largos y lentos desayunos. En Bucólico Café siempre hay un plan que hacer y por supuesto, mucho que beber y comer. Pero lo más importante: cada receta es preparada con mucho amor y servida con una sonrisa de oreja a oreja.
Un lugar con historia
Bucólico Café es la historia de dos amigos, Wagner Rusca y Alexandre García. Dos brasileños amantes del café que trabajaban en cosas que nada tiene que ver con el mundo de la gastronomía pero que siempre habían tenido ese 'no sé que' interno que necesitaban llevar a la realidad. "Yo trabajaba en el mundo de la perfumería por muchos muchos años, pero siempre me ha gustado el lado sensorial de las cosas, la estética, el gusto, el paladar, la comida entendida como un experimento para crear sabores y momentos", explica Wagner Rusca, cofundador.
Y el café siempre le ha llamado la atención, le ha fascinando y lo lleva en la sangre. "Mi bisabuelo era Italiano y se fue a Brasil a trabajar en las plantaciones de café. Y ahora yo, tres generaciones después he vuelto a Europa, más concretamente a Madrid para trabajar con el café. Me resulta curiosa esa conexión, algo en mi interior me decía que tenía que mudarme a la capital española y cumplir el sueño de abrir una cafetería", nos sigue explicando.
Y por casualidades de la vida, Alexandre y Wagner se conocieron y enseguida surgió una amistad. Una que les llevó a abrir Bucólico. "Por unos amigos en común y una cena imprevista, Alex y yo nos conocimos y después de hablar habla hablar y hablar de café, de nuestros gustos, sueños, objetivos... No sé como, pero surgió Bucólico Café, y tres años después aquí seguimos".
Un oasis de calma en el centro de la ciudad
"Madrid es una ciudad que nunca para, esta repleta de planes a hacer y la gente parece que todo el día corre. Nosotros queríamos crear un lugar de paz en el centro de la ciudad, donde todo el mundo pueda encontrar ese momento de desconexión y calma todos los días", cuenta Rusco. Una estética bonita, platos deliciosos, café de especialidad y música agradable. ¿La filosofía por excelencia? Ser un lugar de Brunch.
Gracias al gran trabajo de Estudio Querencia, los encargados de diseñar todo el interiorismo del local, el resultado fue todo lo que ambos propietarios habían soñado: con toques vintage, muchas velas, candelabros, flores secas, libros y por supuesto, una gran mesa central del siglo XVIII decorada todos los días por pasteles, cookies y bizcochos preparados con muchísimo amor. "Como si 15 abuelitas se apoderan de la cocina todos los días para crear dulces deliciosos", dice Wagner.
Para conquistar todos los paladares
El menú de Bucólico Café cuenta con una larga propuesta de tostadas para satisfacer todos los gustos, así como sandwiches y dulces. Recetas sencillas pero al mismo tiempo con un toque particular que sorprende tanto en diseño como en boca. Y todo obra de Wagner, una mente andante que no para de crear propuestas y desarrollarlas con su maravilloso equipo.
"Ingredientes del campo, de la naturaleza. Así es como trabajamos en el menú de la cafetería. Por ello, muchos de los platos llevan huevo como ingrediente principal: un reflejo de la vida, del campo. Toda casa de pueblo (o casi todas) tienen gallinas de las que consumen sus huevos", dice Wagner. Los benedictinos son un clásico en el menú, un plato que está desde sus inicios. "Huevos Benedictinos (dos huevos) con salsa holandesa tostada con miso rojo y aceite especiado con pimienta de Sichuan: exquisito. Los huevos revueltos al estilo cantonés son otro de nuestros bestsellers: con crema de queso feta y pistacho, acompaña pan de masa madre".
A ello se le agrega su café de especialidad y otras opciones de bebidas como su Golden, Rose y Matcha latte, chocolate caliente 85% o 100%; smoothies y muchísimo más. Incluso kombuchas y mimosas.
Obligatorio probar sus dulces
Entrar por la puerta y observar la preciosa mesa del siglo XVIII conseguida en el Rastro, toda repleta de dulces recién salidos del horno y que tienen un auténtico pintón. Imposible resistirse. "Los bizcochos son preparados todos los días por nuestra súper repostera, que le pone todo el cariño del mundo en sacar opciones exquisitas. Se han convertido en todo un hit en la ciudad, tenemos muchos clientes que vienen todas las semanas, incluso todos los días", rebela Wagner.
A opciones que se encuentran todos los días, a otras de más especiales únicamente disponibles los fines de semana como sus famosos Cinnamon rolls y Babka. Además, hacen su propia mantequilla casera con flores ecológicas. "Además del menú y los dulces, todos los fines de semana sacamos un plato excepcional disponible únicamente sábado y domingo y siempre es diferente. Es fruto de mi imaginación e inspiración durante la semana y después trabajada con el equipo".
Bucólico Café también es el lugar donde celebrar eventos, catas de vino, exposiciones de arte (sus paredes son decoradas por artistas que van cambiando cada aproximadamente 3 meses) y mucho más. Un auténtico oasis de paz en medio de la non-stop ciudad de Madrid.
IG: @bucolicocafe
WEB: bucolicocafe.es
Mireia Noguer es redactora especializada gastronomía, viajes, experiencias, diseño de interiores y arquitectura en varios medios. En ELLE Gourmet se encarga de descubrir las cafeterías y restaurantes más especiales y dar a conocer sus historias. Su pasión es descubrir las personas que ponen nombre a cada nuevo producto, local, aventura gastronómica y entrar en las cocinas para ver descubrir sus propuestas y ver cómo trabajan en equipo.
Estudió periodismo y derecho en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Desde pequeña le apasiona el mundo de la gastronomía y en especial, los postres. Las magdalenas han sido siempre su especialidad, un plato que recuerda cocinar desde niña en la casa de su abuela. Afirma que las recetas saladas requieren de pocos ingredientes y fáciles de encontrar; en cambio los dulces son otro mundo: ingredientes secos, otros de líquidos y muchos pasos para llegar a platos exquisitos. Todo un universo siempre en expansión.
Hoy en día es una amante del deporte, de la comida saludable, de subir a un avión y perderse por el mundo; de vivir al máximo y tomarse cada experiencia como una nueva oportunidad en la vida. No hay quien la pare: cargada de energía desde las 6 de la mañana, ella dice que su secreto es tomarse un jugo de apio cada mañana y salir a pasear por las calles de la ciudad en la cual se encuentre. Siempre, por supuesto, con su cámara en mano para fotografiar todo lo que ve y poderlo plasmar en sus artículos y en su cuenta de Instagram.
