Madrid puede presumir de tener restaurantes de todo tipo de cocina. De autor, mexicana, japonesa, italiana... y así hasta decenas de opciones. Pero, ¿qué hay de la cocina francesa? Siendo una de las más laureadas del mundo, la capital tiene grandes opciones también, que aunque no son tan numerosas como las de otros tipos de cocina, bien merece que nos acerquemos a conocerlas.
Porque no nos vamos a engañar, el charme de una cocina con acento francés, pocos la puede igualar. Y esos platos que ya son emblema de nuestros vecinos, son de lo más delicioso que tiene la cocina mundial. Y no solo croissants y baguettes, que de eso tenemos mucho, sino esos platos y vinos que nos tienen ese je ne se quoi que conquista a todo el que las prueba.
Tenemos algunos de los más longevos, alguno de ellos ya míticos en la ciudad, también novedades en clave de wine bar e incluso restaurantes de talla mundial que han llegado recientemente, para hacer más grande si cabe, la oferta de la restauración capitalina. ¿Te vienes a un viaje gastronómico por Francia? Bon appétit!
Atelier Robuchon
Ha sido uno de los últimos en llegar, pero lo ha hecho pisando fuerte. El proyecto que se anunció hace ya unos años, se materializó el pasado otoño. Así llegaba este gigante francés que cuenta con sedes por todo el mundo y 27 estrellas Michelin, para instalarse en el edificio que ocupó el mítico Embassy.
La primera sede del grupo Jöel Robuchon en la capital cumplía el que fuera uno de los sueños del desaparecido chef, profundamente enamorado de nuestro país, tanto que veraneaba en la ciudad de Calpe.
El restaurante aúna tres conceptos bajo el mismo techo. La primera planta del espacio la ocupa L’Atelier, un espacio dirigido por Jorge González, donde probar todos esos platos míticos que ha dejado el recetario del chef, como su codorniz con foie y el puré de patata que lleva su nombre, los raviolis de langostino con salsa de trufa negra o el fotogénico y delicioso caviar imperial de Sologne con king crab.
A pie de calle, en la planta baja, se encuentra L’Ambassade, novedad en el grupo creada expresamente para Madrid. En este espacio la idea es comer con los mismos estándares de calidad, pero con una carta mucho más informal, donde no faltan tapas y hasta panadería propia. ¿Los platos estrella? Una croqueta melosa de confit de pato, la carbonara Robuchon style o un sándwich croque millefeuilles.
Por último cuentan también con Le Speakeasy, una coctelería en la planta baja que funciona a modo de clandestino con los tragos creados por Mario Vilallón, que toman como inspiración la cocina del chef y desdibujan la frontera entre cócteles y cocina líquida, música en directo y tapas para acompañar.
Paseo de la Castellana, 12
Brasseire Lafayette
El barrio del Viso tiene un rinconcito de Francia desde hace años. Fue en 2018 cuando desde las Tablas, llegaba este restaurante capitaneado por Sébastien Leparoux. Desde mediados de este año, el restaurante contaba con la incorporación a la cocina del chef Gustavo Valbuena, que trabajó como mano derecha de Paco Roncero durante casi dos décadas.
Acaban de estrenar nueva carta, siempre poniendo las miras al país vecino y con elaboraciones ligeras y presentaciones muy cuidadas herederas de la alta cocina. A clásicos como la terrina de foie gras, el paté de campaña o los mejillones Bouchot con salsa beurre blanc, se han añadido novedades como un gazpacho de Kir Royal con ostra y toques cítricos, una vichyssoise de coco con puerros asados al fuego o los espárragos, en plena temporada, que se acompañan de salsa de Ossau Iraty, un queso excepcional.
Eso en cuanto a los entrantes, porque también triunfan con principales como el steak tartar o el magret de pato, además de con nuevas incorporaciones como la lubina con tapenade verde de manzanilla o el coquelet de Bresse al vino tinto que tiene toque español, ya que la salsa es una reducción de sangría.
Mención merece también su bodega, dirigida por el propio Sébastien, con referencias muy interesantes de pequeños productores y grandes casas. Y los postres, claro. Crêpe Suzette que flambean en sala, sable de limón o una curiosa versión de la tarta ópera.
C/ Recaredo, 2
Le Bistroman Atelier
Le Bistroman Atelier está en pleno centro de Madrid, pero en el mismo momento en que llegas -y ya desde que ves su coqueta fachada- te transportas a Francia, a un ambiente tan provenzal como bello. Très chic! Y más allá de su bonito envoltorio, es uno de los mejores franceses que tiene la capital, con un gemelo en Marbella.
Aquí la protagonista es la cocina francesa actualizada de Stéphane del Río. Este chef francoespañol aligera recetas clásicas galas, añadiéndoles un toque sofisticado. En la carta de Le Bistroman, encontrarás un compendio de recetas francesas, las más reconocibles y deliciosas, como ostras, paté de campaña, foie gras casero de pato, unos scargots rellenos con persillade o la siempre apetecible sopa de cebolla.
Sigue con principales como el onglet de ternera, un corte muy especial de carne al que se conoce como 'el bocado de la reina0 que prepara con salsa bordeilase, las vieiras a la bretona o la fantástica raya a la mantequilla negra. Y si se te antoja, siempre puedes pedir previo encargo su famoso solomillo Wellington, con una duxelle de setas.
C/ Amnistía, 10
St. Germain Wine Bar
Aunque no es un restaurante al uso, en St. Germain se respira Francia por los cuatro costados. Este wine bar se ha convertido en uno de los imprescindibles a la hora de pensar en tomar fabulosos vinos y productos galos.
Sus socios, con dilatada experiencia en el mundo de la gastronomía y la importación de productos del país vecino, quisieron dar con un espacio informal, un lugar donde beber muy bien y hacerlo acompañado con productos galos.
Unieron todo su savoir faire en materia de vinos, con una oferta de cocina y productos de pequeños artesanos franceses, con una sólida historia detrás, que representan lo más auténtico de su país. Para la oferta de vinos contaron con Paloma Tovar, su sumiller, que organiza un viaje por lo mejor que ha dado el país en cuanto a vinos y champagnes, con algunas referencias al vino de Jerez.
Su carta cuenta con producto de primera, como las ostras bretonas que acompañan de una salsa de chalotas casera, el foie gras que preparan allí mismo o una refrescante ensalada con mollejas de pato y queso azul. Hay mucho más. Tablas de quesos franceses, cuyas referencias cambian cada 10 días, rillettes y patés, confit de pato o un sabroso sándwich de pastrami con salsa tártara que meten dentro de un pan brioche.
¿De postre? La tarta amandine de pera con crema de almendras, especialidad de la casa, que acompañan de helado de vainilla, una tarta de queso que sabe a queso elaborada con queso cantal o un coulant de chocolate con helado de caramelo salado.
C/ Cochabamba, 21
L'Entrecote Café de París
Muchas veces imitado, nunca igualado. Ese es el eslogan de otro de esos sitios con acento francés que merece la pena conocer. Y lejos de lo que pueda parecer, por dedicarse al monoproducto, este sitio tiene mucha historia.
Y esa es la hazaña de los propietarios de un restaurante en Suiza, Le Coq D'Or, Monsieur Boubier y su esposa, que dieron con la receta de una salsa que iba a hacer que sus nombres quedasen grabados en la historia de la gastronomía. Esa salsa se servía con carnes de buey y cada día ganaba más adeptos. Su hija hizo el resto, expandiendo este sabor hasta cambiar el nombre del restaurante de su marido, que por el éxito, pasó a llamarse L'Entrecote Café de París.
Esta idea ha llegado a muchos rincones, entre ellos Madrid, donde cuentan con dos espacios. La comanda aquí es muy fácil. Consiste en una ensalada verde fresca, con un aliño especial marca de la casa y continúa con el plato fuerte, el entrecote Café de París con su famosa salsa secreta creada por Monsieur Boubier. Esta salsa compuesta con una base de mantequilla, se completa con especias, hierbas y algún que otro ingrediente y es una receta que guarda la familia bajo llave, tanto o más preciada que la de la Coca-Cola.
Junto al entrecote, vienen patatas fritas peladas y cortadas a mano y cocinadas a la minute. Y lo mejor de todo es que puedes comer cuantas quieras, porque te las repondrán todas las veces que desees. Completan la oferta con una selección de postres franceses como crêpes Suzette, profiteroles con chocolate o crème brulée, entre otras delicias.
C/ Conde de Aranda, 11 y Félix Boix, 8
Comparte Bistró
Aunque no se trate de un restaurante francés al uso, no podíamos dejar de recomendarte una de las aperturas más interesantes que ha tenido Madrid en los últimos años. Y ese es Comparte, un bistró 'paritano' que une lo mejor de Francia con la cocina gaditana.
¿Por qué este mix? Por sus creadores. El chef gaditano Mario Sánchez Ariza y la parisina Charlotte Finkel. Juntos han convertido su pequeño espacio en el barrio de Las Salesas, en un emblema de buena cocina, sala y servicio.
Su cocina es un viaje de París a Cádiz -pasando por Madrid- cogiendo lo mejor de aquí y de allá, dando lugar a una propuesta totalmente novedosa y deliciosa. Han hecho ya emblema platos donde se ve esa mezcla, como el chicharrón con queso cantal, la carrillera de atún en salsa bordelesa o un imprescindible de la casa, el steak tartar de picaña madura muy bien aliñado, servido con croissant de mantequilla tostado y una salsa holandesa.
C/ Belén, 6
Caripén Bistro
Y si hablamos de clásicos, no podemos dejar de hacerlo de otro de esos sitios que forma parte del canalleo madrileño. Y de la cocina francesa, por supuesto. En lo que fuera el tablao madrileño de Lola Flores, desde 1993 se encuentra este restaurante de referencia en la capital situado en una cueva.
Caripen significa 'buen rollo' en argot gitano por lo que aquí, las veladas memorables están aseguradas. Además, nacieron con algo diferente y es que se especializaron en aquello del late dinner y es que sirven cenas hasta las 2 de la madrugada.
La cocina de Caripen viaja a través de influencias francesas -y también italianas- con platos como foie caliente, scargots con setas, una buena colección de platos de pastas y pizzas y carnes como un magret de pato para compartir entre dos personas.
Plaza de la Marina Española, 4.