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Las cejas han pasado de un extremo al otro en poquísimo tiempo. Si en los 90 se llevaban cejas ultrafinas, ahora la tónica es completamente distinta. Se llevan las cejas súper pobladas, tupidas y naturales, pero también con diseños perfectos y simétricos. Esto ha dado lugar a que las técnicas para rellenarlas se multipliquen y hablemos de microblading, laminados, nanoblading y ahora también shading de cejas.
Todas ellas son técnicas que están de rabiosa actualidad y que son aptas para conseguir las cejas que más se llevan este otoño. Y lo mejor, hacerlo sin ya invertir más dinero en productos para cejas, ni tampoco tiempo. Además de ahorrarnos la frustración cuando pintamos de más la ceja o no acertamos con el tono del lápiz de cejas.
Especialmente, el shading, que es la técnica que ahora nos ocupa, cumple con esta fantasía a rajatabla, ya que se basa en rellenar huecos con mipropigmentación pero como si fuera una sombra.
Qué es el shading de cejas
"Es una técnica creada para rellenar y diseñar la ceja", señala Valentina Troni, experta en cejas y CEO de Tebori Brows. "Lo que persigue la micropigmentación con esta técnica que trabajan las sombras o los efectos de sombras en las cejas es rellenar la ceja", añade.
Es decir, "es una técnica de sombreado que permite trabajar la forma, diseño y simetría de las cejas, corregir imperfecciones y rellenar huequitos o zonas carentes de vello", aclara Estefanía Ariza, experta en microblading.
Hay que tener en cuenta que es una forma de maquillaje semipermanente de las cejas: "Cambia la forma de la ceja, rediseña la forma de la ceja y añade pelos si es necesario. Esto es lo que persigue la micropigmentación", apunta la CEO de Tori Brows. Y añade: "Es una técnica sombreada para que quede natural, nunca va a tener mucha saturación. Va a ser una técnica muy discreta, muy transparente".
Se hablará de micropigmentación y maquillaje semipermanente, nunca de tatuado, no es una técnica de tatuaje de cejas: "No me gusta nada utilizar el término tatuado, porque el tatuaje trabaja otras profundidades y con otros pigmentos de moléculas mayores, y se diferencia mucho del maquillaje semipermanente", aclara la experta.
Cómo se hace
Tal y como apuntan ambas expertas, esta técnica se basa en depositar micropigmentos en la capa basal de la epidermis de manera superficial con un demografo. Este es un dispositivo que permite poner pigmentos de color en la piel de forma pixelada o degradada para conseguir ese resultado natural.
"Para que fije y para que se vea, hay que ir trabajando la piel capa por capa. Es decir primero una pasada, se espera (muchas veces ponemos una especie de anestésico y vemos la reacción de la piel), luego otra, etc. Ahí vas creando los diferentes gradiantes de color que deseas sobre la piel", explica Troni.
El objetivo es que quede una ceja natural y no muy opaca, por eso hay que trabajar la saturación: "Hay quien tiende a saturar mucho la ceja o quien directamente pone una capita de pigmento en la base de la piel de la ceja para que rellene pero que pase inadvertido. Esta última es la clave porque el fin es que sea algo muy natural, una sombra muy natural que perfeccione la forma de la ceja", añade.
"Hay quien pone píxeles en la zona de los extremos, hay quien pone más cantidad de color en el centro y el final, hay quien solo pone en el centro… por ejemplo, mi estilo es no cargar nada la cabeza de la ceja ni la parte superior ni la parte de la cola, simplemente solo la base y de esa forma conseguimos un degradado muy suave y muy natural. Como si tuviera pelo natural apelmazado", explica.
Antes de nada, para que las cejas no queden demasiado densas, lo que se hace es "una revisión de la simetría de ambos ojos, de las dos cejas, se hace un diseño exactamente igual, y luego se escoge un color para pigmentar la ceja", apunta Valentina Troni, que insiste en que el shading que se hace ahora de cejas es más bien una corrección de la forma.
Diferencia entre microblading y shading de cejas
El microblading es una de las técnicas de micropigmentación de cejas más utilizada en el último tiempo, pero es cierto que a ella han surgido varias alternativas como esta, el shading de cejas.
La diferencia principal y básica de estas dos técnicas es que el microblading es una pigmentación que se hace pelo a pelo. Mientras, el shading, como hemos dicho, se hace con pixeles.
"El shading se hace con demógrafo y consiste en sombrear la zona, por lo que tiene un efecto degradado. El microblading, sin embargo, se realiza de forma manual, con el Tebori, y el resultado es un efecto pelo a pelo", explica Estefanía Ariza.
El tebori es una pluma de metal desechable, que se usa junto a unos blades (las agujas de microbleding), para aplicar el pigmento trazo a trazo como si fueran pequeños pelos. Por eso queda tan natural.
El shading, por su parte, quedaría más difuminado y empolvado, como si la ceja estuviera maquillada.
En este sentido, "a grandes rasgos, podemos decir que para pieles grasas con vello grueso y oscuro, lo más recomendable es shading. Para pieles no grasas con vello claro y fino, sin embargo, recomendamos la técnica pelo a pelo o microblading", recomienda Ariza para que el resultado sea lo más natural posible.
Lo bueno, es que ambas técnicas se pueden combinar y quedará una ceja súper tupida con los huecos rellenos y mucho más natural porque se imita el crecimiento del vello.
Hay que tener en cuenta también que el shading de cejas es mucho menos invasivo que el microblading. Sólo se usa una nano aguja de 1mm para pigmentar.
¿Y respecto al laminado?
Mientras que el shading y el microblading comparten que ambos son métodos de micropigmentación, el laminado es otro mundo.
"El laminado de cejas no es de la familia de la micropigmentación", señala la de Tebori Brows."Cuando hablamos de laminado, es un moldeado del pelo de la ceja que lo que hace es alisar mucho la fibra capilar del pelo y dejarla más maleable. Por ejemplo, este efecto wet que se está viendo ahora mucho en las revistas, de cejas como muy brillantes, muy pegadas a la piel, eso se consigue a través del laminado", explica.
"Se aplican productos químicos: el primero lo que hace es que retira un poco la queratina del pelo. Es como un alisado de las cejas, el pelo se vuelve más elástico y tú te lo puedes peinar y fijarlo en la dirección que quieras", añade.
"Hay que tener un poco de cuidado al hacerlo porque no puedes repetirlo cada 3 semanas porque al final no deja de ser un químico. Mi recomendación es recurrir a laminado de cejas una vez cada 2 o 3 meses. Tampoco lo recomiendo en cejas con fibras muy muy finas o vello muy fino, que se sea frágil porque no es una ceja apta. Es más para cejas de normales a gruesas, que tengan pelo", advierte la experta.
Qué hay que tener en cuenta del shading de cejas
No es invasivo ni doloroso y además dura más que el laminado, en concreto, de año y medio a tres años. Parece el método de cejas soñado. Aún así, hay algún punto que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, que no es apto para todo el mundo. La CEO de Tebori Brows no lo recomienda en cejas con alopecia total. Y advierte de que es una buena opción si buscas cejas gruesas.
Aunque se pueden ver resultados desde la primera seisión, el del shading "es un efecto que sólo observaremos cuando ya el pigmento haya curado, la piel esté curada y el pigmento haya quedado depositado debajo de la capa basal de la piel". Se necesitan aproximadamente tres sesiones espaciadas entre cuatro y seis semanas para conseguir los resultados deseados.
María Muñiz es experta en belleza. No hay tendencia en manicuras y pedicuras, truco de maquillaje o corte de pelo de moda que se le resista. Lo que más le gusta en el mundo es un pintalabios rojo que se pueda sumar a su colección de más de 100, además de probar lo nuevo en tratamientos para el pelo fino, aceites para labios, cremas de todo tipo, sérums y contornos de ojos posibles. Eso sin contar cada perfume que ve la luz. Si pueden ser perfumes florales y frescos, mejor.
Por eso, no puede vivir sin redes sociales, en las que bucea hasta que da con lo último que se lleva en cada espejo y neceser del mundo (hasta lo que pasa más desapercibido). Internet es su medio natural, se siente como pez en el agua después de una trayectoria de casi diez años en medios digitales, que comenzó cuando se graduó en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Desde entonces, María Muñiz ha pasado por cabeceras de moda y belleza como Harper’s Bazaar o Cosmopolitan como redactora de belleza. Ahora ha vuelto a ELLE, uno de los primeros medios donde pudo especializarse en la comunicación digital, para tomar las riendas de la sección de belleza, contarte todo lo que necesitas saber sobre novedades y tendencias y crearte alguna que otra necesidad.