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Las tendencias en manicura para este otoño ya están escritas. Se llevan, fundamentalmente, las uñas oscuras, como la manicura chocolate, el clásico negro o también algunas más originales, como el verde oliva. Pero de entre todas las propuestas en manicuras, hay una que trae de vuelta el nail art: la manicura carey.
El año pasado, ya daba de qué hablar en las manos de vips como Hailey Bieber y se convertía en una de las protagonistas de la temporada más fría. Aunque mantuvo un perfil bajo durante los meses de verano, era inevitable que este año no volviera antes, después de lo que se ha llevado el animal print. En belleza, son la máxima representación de este estampado.
Por si todavía no sabes bien de qué uñas hablamos, son esas que imitan la parte externa de una concha o el caparazón de una tortuga. De hecho, también se llaman torotiseshell nails (o tortoise nails), aunque a lo que más recuerdan son a esas monturas de gafas marrones, y que llevan el estampado homónimo de estas uñas.
Cómo llevar las uñas carey
Como más se van a ver este otoño (y también invierno) es con todas las uñas pintadas con el estampado. Aunque no de manera regular, sino que las manchas caigan de forma aleatoria y sean de distinto tamaño. Hay algunas manchas más marcadas que otras, pero, en general, se dibujan difuminadas y de la forma más natural posible.
Pero también vamos a poder ver las uñas carey salteadas con otras tendencias, como es la de las uñas verde oliva.
O alternadas con otros colores que forman parte de su composició, como el marrón oscuro o el negro. En estos casos, las uñas carey serán las que más protagonismo tomen en las uñas del centro.
Sabemos que, a priori, puede parecer que esta manicura no es para todo el mundo, pero aunque se vea atrevida por su originalidad, lo cierto es que queda súper elegante y hace que las manos se vean más finas y suaves. Además, se lleva con las uñas largas (aunque no en formato XXL) y perfectamente limadas con la punta redonda, lo que las hace más distinguidas.
Ahora bien, si sigues sin atreverte con ellas directamente, siempre puedes recrear la tendencia en versión manicura francesa. Así, sólo habrá un detalle carey en tu manicura y el resto de la uña se verá completamente limpia.
Cómo se hace la manicura carey
El efecto carey se consigue con la mezcla de varios colores. Los básicos son el negro o el marrón oscuro y el marrón claro con cierto toque anaranjado. También juega un papel importante el mostaza, como este de Rimmel London, que se seca en 60 segundos.
En cuanto al marrón, que servirá para hacer el halo de algunas manchas, puedes usar este de Opi. Se trata de un tono chocolate con leche.
El negro debe ser lo más clásico posible, como este de Maybelline, efecto gel, para que se fomente todavía más el efecto concha.
Primero se aplica el tono mostaza de manera uniforme por toda la uña. Después, se mezclaría el marrón con una gota de esmalte de uñas transparente. Así, el color no sea tan opaco y puede quedar como una fina capa que haga más anaranjado el amarillo.
Mezcla también, por otro lado, el negro o el marrón oscuro y el marrón más claro y aplícalo con un pincel y con pequeños toques para crear las manchas. Recuerda que deben ser desiguales y asimétricas, así que no te preocupes porque queden redondeadas.
Esta es una de las técnicas, porque lo cierto es que cada nail artist tiene su propia estrategia. Por eso, lo mejor es que, si no te atreves tú sola a recrear la tendencia, acudas a un profesional en la materia.
María Muñiz es experta en belleza. No hay tendencia en manicuras y pedicuras, truco de maquillaje o corte de pelo de moda que se le resista. Lo que más le gusta en el mundo es un pintalabios rojo que se pueda sumar a su colección de más de 100, además de probar lo nuevo en tratamientos para el pelo fino, aceites para labios, cremas de todo tipo, sérums y contornos de ojos posibles. Eso sin contar cada perfume que ve la luz. Si pueden ser perfumes florales y frescos, mejor.
Por eso, no puede vivir sin redes sociales, en las que bucea hasta que da con lo último que se lleva en cada espejo y neceser del mundo (hasta lo que pasa más desapercibido). Internet es su medio natural, se siente como pez en el agua después de una trayectoria de casi diez años en medios digitales, que comenzó cuando se graduó en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Desde entonces, María Muñiz ha pasado por cabeceras de moda y belleza como Harper’s Bazaar o Cosmopolitan como redactora de belleza. Ahora ha vuelto a ELLE, uno de los primeros medios donde pudo especializarse en la comunicación digital, para tomar las riendas de la sección de belleza, contarte todo lo que necesitas saber sobre novedades y tendencias y crearte alguna que otra necesidad.