En el pasado fueron otros ingredientes pero, hoy en día, el enemigo público número uno de la nutrición tiene un nombre: azúcar. ¿Qué es exactamente y por qué deberíamos temerlo?
El azúcar es un tipo de carbohidrato presente de manera natural en numerosos alimentos como frutas, verduras o lácteos. Su función es vital para el correcto desarrollo del organismo: 'El cerebro adulto utiliza aproximadamente 140 g de glucosa al día', afirma EUFIC (Consejo Europeo de Información sobre Alimentación). 'El cerebro y los eritrocitos (“glóbulos rojos”) necesitan la glucosa, ya que no pueden emplear otra cosa como fuente de energía: ni grasas, ni proteínas'.
Por lo tanto, aportar ciertas cantidades de azúcar (o hidratos de carbono) al organismo es beneficioso. El problema viene asociado a los azúcares añadidos: una gran parte de los alimentos que consumimos (incluso los que no son dulces) se 'enriquece' con azúcar que no está en ellos de manera natural, y que puede elevar de manera considerable la cantidad de azúcares que consumimos sin ser siquiera conscientes de ello. El resultado suele traducirse en un consumo excesivo de este ingrediente, algo que puede derivar en sobrepeso o enfermedades tales como diabetes o hipertensión.
¿Qué podemos hacer para evitarlo? En primer lugar, leer con cuidado las etiquetas de los productos que consumimos para conocer la cantidad de azúcar que contienen. Y en segundo lugar, buscar sustitutos del azúcar que nos permitan reducir su consumo sin renunciar al sabor.