Qué pasa después de tomar los medicamentos para adelgazar
Ozempic, Wegoby, Mounjaro, Saxenda… las redes sociales están llenas de testimonios de personas que han tomado los medicamentos del momento para adelgazar y que cuentan su experiencia. Lo que no todo el mundo sabe es que el famoso Ozempic, junto con Mounjaro o Saxenda son, en realidad, fármacos para tratar la diabetes, no la obesidad, aunque como efecto secundario tengan la pérdida de peso. Por su parte, “Wegoby, que tiene el mismo principio activo sí está indicado para el sobrepeso”, como señala la Dra. Mar Mira, médico estético y nutricionista de Clínica Mira Cueto.
Como subraya la Dra. Mira, antes de prescribir cualquier medicamento de este tipo, “hay que hacer un diagnóstico previo, hay que mirar que el paciente realmente haya tenido muchas intenciones de perder peso, que esté en una situación hormonal en la que le cuesta mucho, que cada vez va ganando peso y es difícil de controlar”. Es decir, que ni Ozempic, ni Wegoby ni Mounjaro se pueden tomar a la ligera ni porque queramos perder dos o tres kilos antes del verano.
Estos medicamentos sólo pueden tomarse bajo prescripción médica, con un seguimiento y con un cambio de hábitos durante el proceso para no reganar el peso. Como subraya la Dra. Mira, “el tratamiento con Ozempic debe ir acompañado de cambios en el estilo de vida, incluyendo una dieta equilibrada y actividad física regular”. “Esto no solo potencia los efectos del medicamento, sino que también ayuda a mantener la pérdida de peso a largo plazo una vez finalizado el tratamiento”.
Así lo han hecho las tres mujeres que nos han contado su experiencia con los medicamentos para adelgazar que han roto stock. Ellas han hecho el proceso con médicos privados, ya que la Seguridad Social sólo cubre el tratamiento con Ozempic, lo que ha hecho que esté prácticamente agotado.
“Fue la manera de darme el empujón que necesitaba para adelgazar”
Esto es lo que nos cuenta Carolina, de 45 años, cuando le preguntamos por qué decidió comenzar un tratamiento con Ozempic: “Llevaba mucho tiempo a dieta y me había estancado, no solo físicamente, sino mentalmente. Fue una manera de dar el empujón que me faltaba”. Ella empezó el tratamiento en febrero de 2023 y aún no ha terminado: “Llevo dos años y poco, pero espero poder acabar antes de verano”.
“Empecé con Saxenda, que se pincha 1 vez al día. Después pasé a Wegoby y ahora estoy con Mounjaro, que se pinchan una vez a la semana”, nos cuenta Carolina, que ha seguido todo el proceso por lo privado. Cuanto más alta es la dosis, más caro es el medicamento: “Yo ahora pago unos 210 euros por una pluma de Mounjaro de 2,5, que tiene dosis para 4 semanas, pero con Saxenda creo que llegué a pagar cerca de los 400 o más cuando las dosis eran las más altas”, nos cuenta.
Carolina comenzó el proceso con 73 kilos y ha perdido ya 17, y quiere recalcar que “jamás lo he usado sin control médico, además, mi doctora me hace analíticas periódicas para controlar”. “Llevaba tiempo a dieta con mi médico. Ella nunca receta nada que no haya probado. Yo le pregunté porque tenía una prima que llevaba más tiempo usándolo y tras estudiar mi situación en ese momento me dijo que estaba justo en el límite de poder empezar a usarlo. Que era mi elección, pero que tenía que tomármelo en serio. Y decidí empezar”, nos cuenta.
¿Qué ocurre cuando empiezas a tomar estos medicamentos? ¿Qué sientes? “Lo que más recuerdo es que poco a poco vas perdiendo la ansiedad por comer. Me hacía gracia que, al principio, cuando iba a comprar al súper, me daban arcadas cuando pasaba por delante de los mostradores del pollo y la carne. Poco a poco vas perdiendo el apetito. Y llega un momento, según vas subiendo de dosis, que comes porque sabes que tienes que comer cinco veces al día, pero podrías pasar de largo. Además, cada vez comes raciones más pequeñas y el cuerpo se acostumbra”, dice Carolina.
El hambre, como nos cuenta esta experta en marketing, no desaparece radicalmente, “es algo paulatino, pero se nota rápido”. ¿Te dejan de apetecer los dulces y los caprichos? “Es que no tienes hambre. Y si te lo comes, sabes que te va a sentar mal, porque los dulces son siempre extras. Así que acabas no comiéndolo”, dice.
¿Y si comes de más? Como dice carolina, “si alguna vez te pasas de la raya y comes más de lo que debes, te empachas”. “Y la sensación de empacho es tan desagradable, que llega un momento en el que tú sola te pones freno. Y acabas aprendiendo que tu cuerpo no necesita un bol de gazpacho hasta arriba ni comerse tres filetes de pavo. Que con un vaso de gazpacho y un filetito, tienes suficiente”, dice. “Llega un momento en el que cocinas lo que sabes que te vas a comer, y como tu mente lo sabe, es cuestión de mantener el ritmo. Cuando empiezas a bajar de peso de nuevo y ‘sin sufrir’, tú misma te motivas a seguir adelante”, añade.
Tuviste efectos secundarios? “La verdad es que a mí me han ido bien las tres medicinas”, dice Carol. “Hay gente que se marea, que tiene dolor de estómago... Yo, lo único, el tema de los empachos, que alguno he tenido”, apunta.
La doctora que le prescribió estos medicamentos a Carolina también la ayudó a hacer un cambio de hábitos. “En realidad, ese es su cometido, enseñarte a comer sano y equilibrado para evitar que vuelvas a coger peso, a combinar los alimentos, cómo y cuándo es mejor comerlos”, cuenta Carol, que va a consulta cada semana parea que la doctora le ajuste la dieta a las necesidades de la semana siguiente: “Tiene en cuenta si tengo algún evento, si como fuera de casa, el tiempo que hace... para hacerlo fácil. Carol también hace ejercicio un mínimo de tres veces por semana. Aquí tienes los 20 mejores ejercicios para tonificar para las mujeres.
Aunque ya está en su peso, Carolina aún sigue con el tratamiento, “necesito estabilizar y quitarlo”. ¿Repetirías el tratamiento? “Espero no tener que hacerlo. Pero si fuera necesario, lo haría, pero siempre bajo prescripción médica y si realmente lo necesito”, recalca. ¿Lo recomendarías? “Yo sí, totalmente. A mí me ha ayudado y me ha ido bien. Pero nunca lo recomendaría a nadie para quitarse dos kilos de más por una ‘operación bikini’. Creo que mucha gente trapichea y se toma este medicamento a la ligera. Y no es un juego”, subraya.
“Creo que estas medicinas han ayudado a mucha gente. Conozco personas que han perdido más de 40 kilos, y aún están pesando por encima de los 80. Para estas personas, es maravilloso”, concluye Carol.
“Me lo recomendó mi endocrino, lo tomé por salud”
Mireia, de 58 años, empezó a tomar Saxenda en febrero de 2021 por recomendación de su endocrino, quien se lo recomendó por motivos de salud. Pesaba 124 kg y ya ha perdido 33 kg.
Para ella la experiencia ha sido muy positiva por diferentes motivos, no sólo por la pérdida de peso: “Sufría fuertes dolores de cabeza y se me quitaron. Perder progresivamente y no sintiéndome mal me animaba a continuar. Al principio a una hora concreta del día me sentía con el estómago vacío y revuelto, pero con una pequeña cantidad de comida, un trozo de manzana, se me pasaba”, nos cuenta. “Mi manera de comer cambió porque comía pequeñas cantidades y la forma de hacer la compra y los menús era totalmente diferente. Me mentalicé de que tenía que vivir a dieta, pero dieta rica, sana y saludable”, añade.
Mireia, que hizo el proceso por lo privado, no tuvo ningún efecto secundario, “solo uno positivo, que se me quitaron los dolores de cabeza habituales”. Además de su endocrino, la siguió una nutricionista. “Tenía una vida sedentaria y lo apoyé con un poco de ejercicio acuático, pero muy poco, por falta de tiempo”, nos cuenta. Eso sí, también probó Wegoby, porque le cambió su endocrino y lo tuvo que dejar “por indisposición continua”.
A diferencia de Carol, Mireia no perdió totalmente el apetito o las ganas de dulce: “Te paras a pensar para no tirar por la borda el trabajo hecho y ser razonable con lo que te pide la cabeza y el estómago”.
Ella ya ha dejado de tomarlo, pero no ha tenido efecto rebote. ¿Cómo mantiene el peso? “Continúo a dieta, pero sin medicina, pero no con los mismos resultados”.
“Tengo más energía y no sigo una dieta estricta”
Paula lleva año y medio tomando Ozempic, Wegoby y ahora de nuevo Ozempic con una pausa de un mes, también con un médico privado. Tiene 52 años y ha perdido 12 kilos. “Empecé en 125 kilos y lo hice por salud”, nos cuenta.
Su experiencia general ha sido buena: “Me ha dado más energía y no llevo una dieta estricta, pero el medicamento ha acelerado mi metabolismo. Voy lenta pero segura y además no he recuperado el peso que he perdido”. Dice. Todo su proceso ha sido bajo control médico, con analíticas cada seis meses y haciendo ejercicio físico. Aquí tienes las claves para acelerar el metabolismo y perder peso más rápido.
“El apetito sí ha disminuido pero, sobre todo, la ansiedad entre comidas. También se ha moderado la ingesta de alcohol porque tienes menos resistencia o tolerancia. Yo personalmente no soy muy dulcera o golosa, así que por ese lado no he notado mucho la diferencia”, nos cuenta Paula.
¿Lo recomendarías? “Sí, pero se debe tomar con el asesoramiento de un especialista, ya sea un endocrino o un nutricionista para llevar un seguimiento del organismo mediante analíticas”, subraya.
Experta en fitness, belleza, nutrición, salud, psico, pareja y sexo. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, escribe en Elle.com y Womenshealth.com y ha escrito para muchas cabeceras de Hearst, “mi segunda casa”. En sus más de 25 años de profesión, ha pasado por Terra Mujer, Sport Life, Runners, Atresmedia, La Ser, Radio Aragón o el programa Bellas & Sanas. Es autora de Cambiar de vida es fácil si te dicen cómo. 15 pasos para conseguirlo y de Una vida en forma. La guía de la actividad física y la mujer a cualquier edad. Amalia también es instructora de fitness, profesora de yoga, yoga facial y fundadora de Yogabrunch.es. "Por suerte, la vida me ha permitido unir mis dos pasiones, el periodismo y el mundo del bienestar".