En una conversación con la farmacéutica Gema Herrerías, cuando le pregunté sobre si era fundamental usar productos antiedad para combatir el envejecimiento y mantener la piel en buenas condiciones, su respuesta fue clara y rotunda: . Aseguró que había mucha diferencia entre alguien que se cuidaba la tez con ellos y quien no tenía una rutina de belleza. Lo que entonces todavía no había comprobado es lo que ciertas herramientas pueden hacer por el cutis.

Lo que me ha cambiado la piel es un masajeador frío. Me parece básico usar esta herramienta después de los tratamientos. Creo que sin ella sus efectos no serían lo mismo. Estos utensilios multiplican los efectos de las cremas y sérums e incluso mejorar todavía más la piel.

El que yo uso me ha costado poco más de 3 euros y hace maravillas por sí solo, pero mucho más cuando lo dejo en la nevera. Es lo que ha conseguido reducir mis ojeras, ayudarme a drenar las bolsas y alisar las arrugas más marcadas.

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Crédito: Druni

El masajeador para arrugas, ojeras y bolsas

Gracias a que ya está frío de por sí y que mejoro esta cualidad con el frigorífico, el masajeador reactiva la circulación de la sangre y reduce la inflamación, ya que el frío descongestiona y calma. El frío también refresca inmediatamente, lo que hace que la mirada se vea más despejada y luminosa.

Por su parte, el masaje también mejora la circulación, con lo que la ojera reduce su intensidad. La bolsa se desinflama porque ayuda a drenar los líquidos retenidos.

En cuanto a las arrugas, el frío logra que la piel recupere firmeza y se vea más tersa. Además favorece la regeneración de las células. Mientras, el movimiento del masajeador aplana las arrugas y estira la piel, lo que minimiza los surcos. Al sumarse al frío, relaja los músculos faciales tensos y eso evita las arrugas de expresión. La activación de la circulación sanguínea con el movimiento y el frío mejora la elasticidad.

Además, esta herramienta ayuda a que penetren mejor los activos de los tratamientos y a que se extiendan correctamente.

Headshot of María Muñiz

María Muñiz es experta en belleza. No hay tendencia en manicuras y pedicuras, truco de maquillaje o corte de pelo de moda que se le resista. Lo que más le gusta en el mundo es un pintalabios rojo que se pueda sumar a su colección de más de 100, además de probar lo nuevo en tratamientos para el pelo fino, aceites para labios, cremas de todo tipo, sérums y contornos de ojos posibles. Eso sin contar cada perfume que ve la luz. Si pueden ser perfumes florales y frescos, mejor.

Por eso, no puede vivir sin redes sociales, en las que bucea hasta que da con lo último que se lleva en cada espejo y neceser del mundo (hasta lo que pasa más desapercibido). Internet es su medio natural, se siente como pez en el agua después de una trayectoria de casi diez años en medios digitales, que comenzó cuando se graduó en Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Desde entonces, María Muñiz ha pasado por cabeceras de moda y belleza como Harper’s Bazaar o Cosmopolitan como redactora de belleza. Ahora ha vuelto a ELLE, uno de los primeros medios donde pudo especializarse en la comunicación digital, para tomar las riendas de la sección de belleza, contarte todo lo que necesitas saber sobre novedades y tendencias y crearte alguna que otra necesidad.