El 19 de octubre es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que, a grandes rasgos, la Dra. Laura García Estévez, jefa de sección de Tumores de Mama de MD Anderson Cancer Center Madrid (mdanderson.es), define como «una proliferación de las células del epitelio mamario que crecen de manera descontrolada, dando lugar a la formación de un tumor».
Las estimaciones de la AECC (contraelcancer.es) indican que, sólo en nuestro país, durante el año pasado se diagnosticaron más de 35.000 nuevos casos que, según el grupo de investigación especializado Geicam (geicam.org), suponen aproximadamente el 30% de los cánceres totales identificados en mujeres. Esos datos se traducen en que una de cada ocho mujeres pasará, en algún momento de su vida, por dicho proceso oncológico, lo que nos hace tomar conciencia de que no es una realidad ajena a nadie y es responsabilidad de toda la sociedad (las firmas de belleza llevan décadas poniendo su granito de arena) trabajar por la prevención y el bienestar de las afectadas, sin olvidar que invertir en investigación es el único camino para alcanzar el gran objetivo de convertirla en una enfermedad crónica. Pero, en la era de la sobreinformación, lo prioritario es desentrañar y entender los pormenores de la dolencia. Ha llegado el momento de desmontar algunos mitos con los que más saben.
Los antecedentes familiares son el mayor riesgo de padecer cáncer de mama
MITO
Ana Ruiz-Saenz, investigadora de la organización CRIS contra el Cáncer (criscancer.org) y de CIC bioGUNE (cicbiogune.es), reconoce que «los antecedentes familiares son un factor importante, pero no el único ni el que mayor influencia tiene para todas las personas». En la mayoría de los casos, el riesgo de desarrollar cáncer de mama está determinado por una combinación de factores genéticos, hormonales, ambientales, la edad y el estilo de vida. Aunque tomar ciertas decisiones puede influir en algunas de estas variables (evitar el consumo de tabaco o alcohol, cuidar la dieta, hacer ejercicio…), desde el grupo académico de investigación clínica Solti (gruposolti.org) se calcula que un 5-10% de los tumores malignos de seno son hereditarios. Si bien es cierto que existen diferentes tipos, la experta resalta que hay uno muy concreto, caracterizado por las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, «en el que el componente genético y familiar tiene un mayor impacto».
La inteligencia artificial es una aliada en el abordaje de la enfermedad
VERDAD
A pesar de que todavía no se ha instaurado en campos como la patología o la oncología, los programas de inteligencia artificial ya se están aplicando a la radiología mamaria con una gran fiabilidad y rapidez, convirtiéndose en un buen apoyo para los propios radiólogos. Su 'modus operandi' consiste en recabar inmensos volúmenes de datos con el propósito de identificar patrones que tienen una alta probabilidad de convertirse en lesiones malignas. Desde el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) sostienen que estas propuestas predictivas de diagnóstico precoz permiten localizar una señal de alarma años antes de que la enfermedad se desarrolle.
El ejercicio físico forma parte del tratamiento
VERDAD
«El proceso oncológico provoca alteraciones como fatiga, tendencia a aumentar la grasa acumulada, dolores musculares o falta de funcionalidad», apunta Soraya Casla, Dra. en Ciencias de Actividad Física y Deporte y directora del Programa Ejercicio y Cáncer (ejercicioycancer.es). El ejercicio, además de ser un preventivo (150 minutos semanales de actividad cardiovascular y de fuerza pueden reducir el diagnóstico de los específicos de mama en un 30%), minimiza los efectos secundarios durante el tratamiento y, al trabajar la capacidad física, cardiovascular y funcional, «ofrece una mejor respuesta y un mejor pronóstico». La experta reconoce que es clave trazar la rutina de la mano de un profesional que se adapte al nivel del paciente, al momento de la enfermedad y a las terapias, «con ejercicio cardiovascular con picos de intensidad, de fuerza, de equilibrio y de propiocepción paratronco, piernas y brazos». En el caso del cáncer de senos es prioritario focalizarse en la postura, ya que se puede ver afectada por la radioterapia, una cirugía o una reconstrucción.
El primer síntoma del cáncer de mama es un bulto
MITO
Gracias a las pruebas de cribado, la mayoría de las lesiones sospechosas se identifican antes de que la paciente aprecie cualquier signo. El protocolo pauta una mamografía cada dos años solo a las mujeres de entre 50 y 70 años, por lo que es importante conocerse a una misma. «Siempre que no produzca estrés o ansiedad, cada una debe autoexplorarse sus mamas, palpando en cuatro cuadrantes», aconseja la Dra. García Estévez. En el examen mensual, debes prestar atención a cambios en el tamaño de los senos o el pezón, irregularidades en la piel, si percibes dolor… Para ayudarte en la tarea doméstica han creado Palpa (25 €, palpa.es), un dispositivo para aprender a identificar anomalías, de un modo intuitivo, con un formato de esponja que puedes usar en la ducha.
El confort es una prioridad en un cuidado 360º
VERDAD
La oncología integrativa suma adeptos. Sara Pons, enfermera oncológica y psiconeuroinmunóloga, la define como «un área de tratamiento del cáncer que se centra en la persona, adoptando una visión global del proceso para contribuir a su bienestar». Junto a la medicina convencional, se integran técnicas complementarias con evidencia científica para combinar sus beneficios. Pueden ser disciplinas centradas en hábitos y estilo de vida (alimentación, control del estrés…), técnicas del cuerpo y la mente (yoga, acupuntura…), métodos con base energética (reiki) o prácticas biológicas (micronutrición, probióticos…).
¿Lo esencial? Hacerlo con «un profesional sanitario experto en oncología y en medicina integrativa que informe sobre la eficacia y seguridad de las prácticas complementarias al tratamiento convencional», apunta.
Es una dolencia 100% femenina
MITO
La Asociación de Cáncer de Mama Masculino Invi estima la incidencia nacional en hombres en el 1,5% del total. Las especialistas alertan que, como sucede con el femenino, el número de casos está aumentando, pero, ante la creencia de que a ellos no les afecta, suelen retrasar la visita al médico. Síntomas como la aparición de un bulto indoloro, el crecimiento de la mama o modificaciones en el pezón debe ser motivo de consulta.
La atención psicooncológica es una realidad
VERDAD
El cáncer genera un sufrimiento psicológico en la mitad de los pacientes y se acompaña de trastornos psicopatológicos en más del 30%, afirma Fátima Castaño, psicooncóloga en MD Anderson Cancer Center. El fin de su especialidad es «ofrecer soporte y asesoramiento ante las dificultades derivadas de los tratamientos o del diagnóstico para prevenir o amortiguar el malestar emocional». Destinada también para familiares, proporciona recursos para gestionar los sentimientos, afrontar mejor los efectos secundarios, facilitar la toma de decisiones… Gracias a una mayor concienciación de la importancia de la salud mental, la experta confirma que esta atención está cada vez más generalizada y es accesible en hospitales, organizaciones sociales y en el ámbito privado.
Casi todos los tratamientos eficaces tienen menos de 100 años
VERDAD
El abordaje del cáncer de mama es un ejemplo de la importancia de la investigación. Los esfuerzos para descubrir los pormenores de esta compleja enfermedad han permitido desarrollar sofisticados sistemas de detección, identificar los diferentes tipos y profundizar en su biología para diseñar protocolos cada vez más personalizados. Esta labor supone que, en los últimos años, la tasa de supervivencia ha mejorado considerablemente. Ana Ruiz-Saenz señala que ahora el estudio se centra en el contexto en el que se desencadena el tumor (al margen de las células tumorales, «hay otras que las rodean e influyen en su crecimiento y respuesta a los tratamientos»), en el desarrollo de terapias avanzadas con potencial («como los anticuerpos conjugados a fármacos») o la implementación de técnicas y sistemas sofisticados de diagnóstico y seguimiento «con el fin de anticiparse a los procesos de resistencia a las terapias y optimizar su planificación para cada paciente». Otra buena noticia es que los resultados clínicos positivos se han acompañado de una mayor preocupación por el confort de los afectados y, aunque aún faltan años y muchos recursos de investigación, el objetivo de cronificar la enfermedad parece más cercano.
Los desodorantes favorecen su desarrollo
MITO
La idea se popularizó en los años 90 ante la sospecha de que algunos componentes de los antitranspirantes (ciertos compuestos de aluminio), así como su aplicación tan cercana al seno, podían incrementar la posibilidad de padecer la enfermedad. Sin embargo, Ana Ruiz-Saenz nos remite a entidades de referencia como American Cancer Society, Cancer Research UK o Federación Española de Cáncer de Mama, que sostienen que los estudios científicos realizados hasta la fecha no muestran ningún tipo de asociación.